No hay plástico malo
"El plástico es malo si es que no se lo utiliza varias veces”, ha sentenciado Manuel Laredo, gerente de la empresa Mamut, mientras brindaba al celebrar el quinto aniversario de su organización, establecida hace cinco años en Cochabamba.
Mamut fabrica y comercializa soluciones poliméricas de base tecnológica para la construcción, con un enfoque de sostenibilidad e impacto generando innovación urbana.
En otras palabras, obtiene gránulos de caucho provenientes de neumáticos en desuso que al ser reciclados quedan libres de componentes tóxicos y se vuelven inocuos. Laredo tiene como lema #ActuarEnVezdeHablar, y predica con el ejemplo.
Durante el acto dijo que se ahorraron 180 litros de agua, debido a que el agua con la que se fabricó la cerveza artesanal Legría fue agua tratada en la granja Polen. Se redujo en 74,4 kilogramos la huella de carbono, porque durante la distribución de las invitaciones se usó a la empresa Eco Delivery, que utiliza bicicletas eléctricas para el sistema de reparto en lugar del tradicional sistema de reparto altamente contaminante.
Las invitaciones que repartió son 100% reciclables y pidió a los asistentes que una vez finalizado el evento, las depositaran en contenedores especiales para enviarlas a reciclar y distribuyó la cerveza o jugos y refrescos en vasos plásticos reutilizables. Pidió que se conserven los vasos y que se reduzca el uso de vasos desechables.
Los vasos, asimismo, sirvieron como un bonito regalo para quienes conmemoraron junto a Manuel y su hermano Antonio un emprendimiento que ahora rinde frutos y que inicialmente sirvió para que quemaran la cocina de su mamá, porque hicieron las primeras pruebas usando las ollas y utensilios domésticos de su familia.
El impacto después de un quinquenio es evidente. Ha reutilizado más de 400 toneladas de caucho, lo que implican 66 mil llantas, con las cuales se hicieron parques, gimnasios, caballerizas, aproximadamente 400 mil usuarios de estos beneficios están en dos países y en 20 ciudades. Con cada llanta de 36 pulgadas se pueden lograr 20 metros cuadrados de baldosas antideslizantes de caucho.
La lección queda para quienes se desalientan y piensan que las cinco erres: reutilizar, reducir, reparar, reciclar y regular no sirven para nada.
Estas cinco acciones reducen el impacto de nuestra vida sobre el planeta y nos reeducan en el valor de la vida. Si una empresa es capaz de lograr esto, imagina si todas hicieran lo mismo.
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER