Mancomunidad contra los “ríos de basura”
Hace pocos días, en las páginas de este matutino se publicó un reportaje sobre los “ríos de basura”, en el que se alertó sobre el atentado ambiental que se registra en el trópico cochabambino debido a que los vertederos están cerca de cuerpos de agua, vulnerando la norma ambiental.
La publicación tuvo efectos inmediatos. Todos los municipios involucrados en el problema, Villa Tunari, Shinahota, Chimoré, Puerto Villarroel y Entre Ríos, asumieron con buen ánimo la crítica constructiva y se pusieron en acción. Y no lo hicieron aisladamente, como suele ocurrir con otros municipios del departamento ante similar problema, sino a través de la Mancomunidad de Municipios del Trópico.
El primer paso fue realizar una inspección, como corresponde, con la participación de la Gobernación a los botaderos que actualmente operan en condiciones tan deficientes. Se propusieron afrontar el desafío entre todos, es decir mancomunadamente, y construir una planta de tratamiento de residuos sólidos.
Es de lo más encomiable la fórmula adoptada por los municipios del trópico, pues tiene como punto de partida el reconocimiento de que el problema de la basura sólo puede ser abordado, con alguna posibilidad de éxito, si se lo hace sumando los esfuerzos y recursos humanos y materiales de varios municipios interconectados entre sí. Y lo mismo puede decirse de muchas obras de infraestructura y servicios básicos, como la construcción y administración de redes de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas servidas.
Sin embargo, y apesar de lo evidente que es la conveniencia de seguir por ese camino, la mayor parte de los municipios se resisten a hacerlo. Es el caso, por ejemplo, de los del valle alto, que no dan muestras de estar avanzando en ese sentido.
Peor aún es el caso de la Región Metropolitana Kanata, que casi cinco años después de su creación sigue sin dar señales de vida. En efecto, los siete municipios que conforman esa unidad administrativa (Sacaba, Cercado, Quillacollo, Tiquipaya, Colcapirhua, Sipe Sipe y Vinto) continúan buscando, por cuenta propia, soluciones a problemas que sólo serán resueltos con éxito y eficiencia cuando se los encare en términos de mancomunidad.
Para que eso sea posible, hay una condición imprescindible. Es que los tres niveles de gobierno estatal –municipales, departamental y nacional– tengan la madurez y grandeza necesaria para anteponer los intereses de la ciudadanía por encima de sus circunstanciales conveniencias políticas. Algo que se aleja cada vez más a medida que las urgencias proselitistas invaden todo.