Bolivia sólo tiene 3 aceleradores lineales para tratar el cáncer
La situación de los enfermos con cáncer en Bolivia es desoladora. En las últimas semanas, personas que padecen esta enfermedad se vieron obligados a crucificarse e instalar un piquete de huelga de hambre en La Paz para ser escuchados.
No sólo sufren la afección física, sino que deben enfrentar la carencia de equipo, falta de profesionales especializados en los hospitales, además de lo costoso que significa un tratamiento, entre otros. Una muestra de la crítica realidad es que en el país sólo hay tres aceleradores lineales, entre privados y públicos.
Esta población también está expuesta a los efectos a nivel familiar, psicológico, moral y otros tantos que deben superar con ayuda especialmente de sus seres queridos y amigos, y sin ninguna política de Estado que les permita enfrentar y combatir esta enfermedad. El deseo de vivir los impulsa a seguir adelante.
Equipos
De acuerdo con diferentes informes, en el país los aceleradores lineales que existen se encuentran en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Dos de ellos con tecnología 3D y el otro 2D.
En enero de 2016, la ciudad de El Alto contaba con el único acelerador lineal moderno del país, pero pertenencia al Instituto Boliviano de Radioterapia y Oncología (IBRO).
El aparato cuenta con un software 3D especializado para diagnosticar a pacientes con cáncer. Es útil para evaluar y diseñar mediante computadora las áreas del cuerpo en las que se hará el tratamiento.
En septiembre de ese mismo año, la Gobernación de Santa Cruz presentó el “primer acelerador lineal”, también de 3D, que se encuentra en el hospital Oncológico. Sin embargo, el equipo llegó a la ciudad oriental en diciembre de 2015, pero debía esperar la adecuación del espacio respectivo. Es decir, la construcción de un bunker.
Según las especificaciones, el acelerador lineal 3D permite elaborar una imagen similar al del tumor para emitir la radiación solamente en esa parte sin afectar a los órganos cercanos, tal como ocurre con la bomba de cobalto.
Por último, el tercer acelerador lineal es de propiedad de la Caja Petrolera de Salud (CPS) de la ciudad de Cochabamba. Este equipo es de generación 2D, menos que las anteriores, pero también efectivo en los tratamientos.
Por otra parte, desde hace meses, la clínica privada Talentum, de la zona de Mallasilla de La Paz, espera una autorización para empezar a trabajar con el que sería el segundo acelerador lineal de La Paz.
Pero, la cruda realidad es que la Caja Nacional de Salud (CNS) que acoge a la mayor cantidad de asegurados no tiene un solo acelerador lineal.
Obsoletos
Asimismo, se conoce que en el país operan cinco bombas de cobalto, cuya tecnología data de hace más de 50 años y que son utilizadas en el sistema público y la seguridad social.
Estos equipos se encuentran en el Instituto de Cancerología Cupertino Arteaga de Sucre; el Instituto Oncológico del Oriente, de Santa Cruz; la Caja Petrolera de Salud, de Cochabamba; la Caja Nacional de Salud y el Hospital de Clínicas, de La Paz.
Este último dejó de operar en las últimas semanas, motivo por el que los enfermos con cáncer asumieron medidas de presión. Este conflicto se solucionó con el compromiso de la Gobernación de La Paz de invertir más de un millón de bolivianos para el tratamiento de los pacientes.
De acuerdo con informes, las cinco máquinas de cobaltoterapia fueron donadas hace más de 15 años por el Organismo Internacional de Energía Atómica y el Gobierno de Argentina.
DATOS
19.437 casos registrados
Según el Registro Nacional de Cáncer, cada año se diagnostican alrededor de 19.437 nuevos casos en el país, el 65% en mujeres y el 35% en varones.
De las mujeres, el 24% padece cáncer de cérvix, 17% de mama, 7% de vesícula biliar, 4% de estómago y el 3 % de cáncer de ovario.
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En el caso de los varones
En relación al cáncer que afecta a los varones: el 17% sufre de cáncer de próstata, el 8% de estómago, 6% de pulmón, 5% de vesícula biliar y el 4,2% de linfomas.
Mortalidad alcanza el 27%
La mortalidad anual es del 27%, gran parte de ella por falta de diagnóstico precoz, acceso a tratamiento oportuno y falta de recursos económicos.
Abundan carencias en el oncológico de Santa Cruz
Una protesta en presencia del presidente del Estado, Evo Morales, protagonizada por familiares de pacientes con cáncer y personal médico del Instituto Oncológico del Oriente Boliviano, el pasado 6 junio, mostró las carencias de este hospital que recibe diariamente a decenas de enfermos con cáncer de Santa Cruz y de toda Bolivia. El mandatario mandó a decir que atendería al sector para conocer sus demandas.
Las limitaciones van desde equipamiento hasta la falta de ítems, considerando que cada día suman los pacientes con esta enfermedad y que requieren un tratamiento que dura meses sino años. La directora de este hospital, Martha Alicia Arrién, se limitó a informar que el equipamiento es limitado en relación a la cantidad de pacientes que recibe el nosocomio. Y es que pese a los problemas, el Oncológico de Santa Cruz es el único del sistema público que cuenta con un acelerador lineal, utilizado por pacientes que requieren de tratamiento de radioterapia.
Este equipo de avanzada tecnología hace que cada vez más pacientes de toda Bolivia lleguen hasta este hospital, saturando en muchos casos la capacidad de atención, puesto que el personal médico que actualmente requiere este centro asciende a 70.
Gobierno prevé fortalecer la capacidad de respuesta
Ante la problemática, el ministro de Salud, Rodolfo Rocabado, salió al frente para indicar que la responsabilidad en el manejo de los hospitales de tercer nivel es de las gobernaciones. Sin embargo, adelantó que la administración central viene desarrollando una serie de proyectos para atender la demanda de las personas con cáncer.
“Lo que estamos viendo es fortalecer la capacidad de respuesta a nivel nacional. Vamos a tener una unidad acá solamente en La Paz, la nueva unidad de radioterapia en el hospital de Clínicas, tenemos el hospital Alto Sur (ciudad de El Alto) que cuenta con un área específica de radioterapia con acelerador lineal de última generación que está en proceso, tenemos por otra parte los dos centros de la Agencia Boliviana de Energía Nuclear (ABEN), uno en La Paz y otro en El Alto que cuenta cada uno con dos aceleradores lineales”, dijo.
Acotó que también se contempla un instituto de cuarto nivel en Tolata, Cochabamba, que contará con todas las condiciones para ser un centro de referencia a nivel nacional. Además, dijo, que el Oncológico de Tarija está en proceso de construcción.
“También se contempla el Oncológico del Oriente con un avance de construcción de un 50 por ciento al momento; el hospital de Montero que cuenta también con acelerador lineal y que tiene un área específica para el manejo del cáncer, y el hospital de Trinidad, Beni, que está en proceso de construcción y que de igual forma cuenta con toda la tecnología para poder responder a los enfermos con cáncer. Si usted ve también tenemos el Centro Oncológico de Chuquisaca”, explicó.
Historias de vida, entre la esperanza y las limitaciones económicas
Josué Hinojosa
Los Tiempos/Santa Cruz
María Ch. recibió la mala noticia hace aproximadamente un año. Sin que ella notara mayores síntomas, porque solamente sentía una leve picazón debajo del brazo, le detectaron cáncer de mama. A sus 42 años, tiene cuatro hijos y su enfermedad, dice, le ha cambiado su manera de ver las cosas. En su mente alberga sentimientos encontrados, pues por un lado está el temor de perder la vida y, por otro lado, la necesidad de aferrarse a este mundo para ver crecer a sus hijos menores.
María se encuentra en pleno tratamiento. Ella solamente recuerda que la picazón que sentía se acentuó un día cuando comió ají y casi de inmediato notó un pequeño nudo bajo del brazo, algo que después se convirtió en su mayor tormento. Pese a ello, todavía no se explica cómo ni por qué adquirió esta enfermedad, porque asegura que llevaba una vida normal y sana.
Pero hoy María dice que no le queda otra opción más que enfrentar el cáncer y soportar las quimioterapias y radioterapias a las que se somete una vez al mes. La dureza de estos tratamientos, que tienen la función de eliminar las denominadas células malignas, también se refleja en su rostro, al igual que en su pelo, cejas y pestañas que ya no tiene. Ella perdió su seno izquierdo, porque en éste albergaba células cancerígenas.
Esta mujer dice haber adquirido mucha fortaleza por el apoyo de su familia y los médicos del Oncológico de Santa Cruz y algunos centros privados a los cuales acudió. Ella entiende que el cáncer se debe al crecimiento de células anormales, invasivas y con la capacidad de multiplicarse, pero también que esta enfermedad tiene cura.
Natalia P. también es parte de las casi 11.200 personas con algún tipo de cáncer que se contabilizó en Bolivia en el último año. Desde la detección de su enfermedad, en 2016, su vida cambió drásticamente. Ella recuerda haber perdido casi 20 kilos sin mayores motivos, eso acompañado por fuertes dolores de cabeza. En base a esos síntomas, los médicos le detectaron cáncer de tiroides, en grado dos, y de inmediato le extrajeron esa glándula.
El grado dos es una etapa en la que, según especialistas, el cáncer todavía es tratable sin mucho riesgo de que el paciente pierda la vida.
Esta mujer, de 32 años, señala también que estuvo a punto de perder la vida por el deterioro de su salud, pero que encontró esperanza en el tratamiento oncológico basado en la radiación con yodo, quimioterapias y radioterapias.
Dice estar infinitamente agradecida con su familia porque ésta pudo asumir los gastos de la mayor parte de su tratamiento en un centro médico privado, pues el monto económico superó los 12 mil dólares porque, entre otras cosas, tuvo que hacer viajes desde Santa Cruz hacia La Paz.
La salud de Natalia ahora ha mejorado y su vida no corre riesgo, pero ella debe tomar, de por vida, una dosis diaria de 150 miligramos de Eutirox, una tableta que busca cumplir la misma función que la tiroides.