Marruecos-Irán, un duelo distinto

Fútbol Int.
Publicado el 15/06/2018 a las 0h13

Librada a orillas del mar Báltico, en un espectacular estadio construido en una isla que mira a Escandinavia, el inédito partido que disputarán hoy (11:00HB) Irán y Marruecos se perfila como una gran batalla deportiva de complejos trasfondos políticos y religiosos.

Países musulmanes ambos, cada uno de ellos se arroga el liderazgo de las dos ramas enfrentadas del Islam: Marruecos, de mayoría suní, presume de que los genes de su familia Real proceden directamente de la estirpe del Profeta Mahoma.

Irán, por su parte, es el único Estado del mundo que se define como chií, la corriente -ahora minoritaria- que en el siglo VII se escindió de la ortodoxia.

Hermanados por el duende del fútbol, desde hace días iraníes y magrebíes chocan las manos, intercambian parabienes, se abrazan y animan ruidosamente a sus selecciones conscientes de que la victoria no es sólo un anhelo, sino una necesidad si aspiran a hacer historia y progresar a la segunda fase.

Con un ojo puesto en Sochi, donde Portugal y España cierran la primera jornada, los técnicos de ambos combinados comparten una cábala similar: una victoria y una eventual derrota de uno de los dos favoritos le colocaría en una situación inmejorable.

Ambas escuadras han encajado escasos goles tanto en los partidos de clasificación como en los amistosos previos a esta fase final de la copa del mundo.

 

IRÁN, SIN BOTAS PERO CON LA MORAL ALTA

No tienen botines pero la moral está bien arriba: los futbolistas iraníes, que no recibieron las botas de Nike para disputar el Mundial-2018, y su seleccionador portugués Carlos Queiroz encaran la Copa del Mundo más unidos que nunca para un partido que se anuncia decisivo en sus posibilidades de clasificación en el Grupo B, frente a Marruecos hoy.

La empresa rechazó calzar a Irán, en virtud de las sanciones impuestas al país por parte de Estados Unidos, pero "eso ha sido una fuente de inspiración para nosotros", respondió Queiroz.

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