Perú se despide con un 2-0 ante Australia

Fútbol Int.
Publicado el 27/06/2018 a las 5h20

Victoria histórica, pese a la eliminación: la selección de Perú se despidió ayer de Rusia 2018 con un simbólico triunfo de 2-0 ante Australia, un resultado sin importancia para el torneo, pero cargado de emociones para los sudamericanos en su regreso al Mundial de fútbol tras 36 años.

Además de volver a celebrar por primera vez, desde 1982, un gol en una copa del mundo con los tantos de André Carrillo en el 18'PT y de Paolo Guerrero en el 5'ST, Perú festejó en el estadio Fisht de Sochi su primer triunfo mundialista en 40 años.

Pese a que el equipo llegó a su último cruce ya eliminado, el habilidoso extremo Carrillo hizo saltar de alegría a la festiva hinchada "blanquirroja" con un gol histórico: fue el primer tanto de los peruanos en un Mundial tras 13.153 días, 36 años después de que los "incas" perdieran 5-1 con Polonia en España 1982. Como ironía cruel del destino, Perú celebró su primera victoria en Rusia de forma inversa a como había empezado: jugó mal, pero mostró efectividad.

 

LA FIESTA FUE DE LOS HINCHAS

En los instantes finales, la barra inició su fiesta en las tribunas cantando "olé, olé" y entonando a gritos el himno mundialista peruano, el vals "Contigo Perú" de Arturo "Zambo" Cavero, que sonó en los altavoces de un Fisht blanquirrojo.

 

PERÚ: 36 AÑOS POR UN GOL, 40 AÑOS POR UNA VICTORIA

Algunos juegos pirotécnicos aislados sonaron en el distrito limeño de Chorrillos después de que la selección del Perú derrotó ayer por 2-0 a la de Australia en Rusia y le puso fin a 40 años sin triunfos en un Mundial de fútbol.

"Perú, Perú, Perú", gritaron voces infantiles en colegios chorrillanos cuando André Carrillo acabó con 36 años sin un gol peruano en un Mundial. Con el agravante de que el último había sido en una goleada por 5-1 aplicada por Polonia en España 1982.

Tras el pitazo final, la alegría se disipó rápido y Chorrillos –el distrito de Paolo Guerrero y de muchas estrellas del fútbol peruano– regresó a la cotidianeidad, al igual que todo un país que durante meses vibró con una clasificación que no se lograba desde 1982 y a la que muchos les parecía inalcanzable.

No hubo ayer desbordes, pero la tranquilidad y el optimismo se notaban tras las pieles. Los medios online no se desgastaron en adjetivos gloriosos, pero fueron unánimes en que la actuación fue digna y que hay un futuro que será aún más promisorio si se logra la continuidad de Ricardo Gareca como técnico.

Gareca, que llegó sin mayores pergaminos, sentó las bases de un trabajo a largo plazo, en llave con el nuevo presidente de la Federación, Edwin Oviedo, y con el director general de selecciones, Juan Carlos Oblitas.

La clasificación desató euforia y exceso de optimismo. Tanto, que algunos vaticinaron larga vida en Rusia. La realidad, empero, se empezó a ver en la derrota por 1-0 ante Dinamarca y se tornó más áspera con la caída por el mismo marcador ante Francia.

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