DT Martínez persuade a Kevin De Bruyne

Fútbol Int.
Publicado el 10/07/2018 a las 0h27

Mundo Deportivo

No se dejen engañar por su cara de niño, por ese pelo puntiagudo y pelirrojo que le otorga una apariencia de personaje salido de un cuento, aunque hable con un tono suave, aunque baje la mirada, aunque le vengan ganas de abrazarle, no lo haga: este tipo es un diablo malcarado capaz de ponerle rojo de rabia por su impertinencia. Actúa así desde niño, siempre se movió por su instinto sin importarle el qué dirán.

Con 9 años en un stage con el Gand en Roses, Costa Brava, al acabar un entrenamiento el entrenador ordenó a los chicos que recogieran el material. Kevin se negó. Su entrenador, Frank de Leyn, le dijo que hasta que no ayudara no volvería al hotel. Se hizo de noche.

Otro de sus entrenadores formativos, Domenico Olivieri, estando en el Genk, recuerda organizar una actividad con bicicletas de montaña. Al rato se aproximaba De Bruyne rojo de rabia y le soltaba: “¿Pero qué mierda, esto no es fútbol?”. Y no hubo forma de convencerle: tenía 17 años. O como aquella vez que habían perdido un torneo y se sentó en medio del campo. No quería moverse. Tuvo que salir su padre para llevárselo en volandas.

La parte irracional y hasta cierto punto salvaje de Kevin De Bruyne se entiende por una infancia llena de contrastes, vivida entre Burundi y Costa de Marfil, donde su familia tenía intereses petrolíferos su madre es ingeniera y sus viajes a Inglaterra, donde residía parte de su familia materna, africana de origen inglés. En menos de siete meses, Martínez ha  logrado que De Bruyne no sólo entienda qué pretende con su pizarra, sino que además sea el más fiel de sus soldados.

Martínez ha tenido que ser especialmente cuidadoso con De Bruyne porque él no acepta órdenes sin más. El seleccionador español desgranaba cada parte de su táctica para que el jugador entendiera el objetivo final, donde la explosión de su talento estaba en primer lugar, por eso, cuando le llamó antes del partido ante Brasil para explicarle que jugaría de falso "9", el pelirrojo cabezota e irascible sonrió.

Contra Francia, tiene un plan y en su cabeza De Bruyne siempre es importante porque aunque tenga ese mal carácter, ese pronto insoportable, es un futbolista que hace crecer al equipo, que no se esconde, genial en casi todas las fases del juego.

 

HINCHA DE LIVERPOOL Y DE MICHAEL OWEN

Kevin De Bruyne de origen Belga desde niño se consideró fanático del fútbol inglés, cuando le preguntaron de qué equipo era respondía sin vacilar: “Del Liverpool y de Michael Owen”, su influencia era claramente británica debido a los constantes viajes que sus padres realizaban.

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