Bolívar deja con las ganas de festejar a Wilster
Lo que comenzó como un gran agasajo valluno con el que se dio pie a una nueva etapa para el equipo Aviador, con nuevo cuerpo técnico y una renovada imagen; terminó con el diluvio de la hinchada entre billetes de alasitas, reclamos de traición y la decepción de haber iniciado con el pie izquierdo esta nueva campaña.
Una hora antes del cotejo ya se coloreaba el ambiente de rojo con una marea de aficionados que tomaron la zona de El Prado y marcharon hacia el estadio, como una ola escarlata que llegaba para ver a su equipo modelo 2019 ante el clásico rival de la Academia paceña.
El estadio se colmó de miles de camisetas y banderas con el escudo marcado por la “W” que caracteriza a la hinchada más popular de Cochabamba, un lleno absoluto en las cuatro secciones del principal escenario.
La afición local buscó imponer el ritmo de la fiesta desde el primer brinco a la cancha de los académicos, con la mirada puesta sobre el escurridizo volante Thomaz Santos que, como se esperaba, fue el blanco de los disparos verbales y los reproches de una afición que no le perdonó una sola jugada.
En el gramado, celestes y rojos intercambiaron un cálido saludo previo al silbato inicial, viejos conocidos que alguna vez palpitaron los mismos colores y que por razones del destino su presente los llevó a la otra vereda. Tal fue el caso de Moisés Villarroel, Thomaz Santos, Miguel Ángel Portugal, Vladimir Soria y muchos más que no dudaron en extenderse la mano.
El foco de la atención giró alrededor de Santos. Fue el mismísimo talentoso que se robó la atención y el desprecio de las divergentes multitudes de los cuatro sectores del estadio Félix Capriles, que por momentos unificaron sus voces para expresar su disgusto con calificativos más que conocidos.
Un aluvión de billetes falsos descendieron sobre éste como mistura en festividad religiosa, euros, dólares y bolivianos, todo para aludirlo.
Es que desde su ingreso en la segunda parte, con cada balón que tocaba, los decibeles de animosidad se evidenciaban con silbatina y coreadas de adjetivos indignos. Sin embargo, el volante no se achicó y puso su calidad en evidencia con cada pase, enganche y desborde exitoso.
Pronto, llegaron los goles. En dos minutos se diluyeron los indicios de fiesta que se dieron en la previa y, a pesar de que la curva sur jamás cedió, los hinchas tuvieron que marcharse con las ganas de gritar gol y saborear una victoria en la punta de la lengua…hasta la próxima fecha.
ATAQUE A LOS JUGADORES CELESTES
En el pospartido, la hinchada de la curva sur no aguantó la bronca de la derrota (0-2) en la primera fecha y atacaron a los jugadores de Bolívar arrojando botellas cargadas de bebidas que explotaban en el instante de tocar piso.
Incluso, algunos inadaptados se las ingeniaron para atacar con gas lacrimógeno el camerino sur, lo que ocasionó que los jugadores celestes sean momentáneamente desalojados de dicho sitio para evitar mayores daños. Varios ya estaban dentro y escaparon tosiendo y cubriéndose la boca y nariz. Se entendió que las bombas fueron lanzadas por una de las ventanillas por debajo de las graderías.
"Es un vergüenza. Son por estos inadaptados que nuestro fútbol no progresa, es lamentable. Son unos cuantos, que estoy seguro que no representan a toda la hinchada de aquí". Dardo Gómez. Gerente General de Bolívar