Ángela Castro: "Amo competir. Se sufre mucho, pero me gusta"
COCHABAMBA |
Palmo a palmo, una carrera intensa en los últimos minutos, así vivió Ángela Castro, de 24 años, la final de 20 kilómetros marcha del Campeonato Sudamericano de Atletismo, donde logró la medalla de plata para Bolivia. Un triunfo que le permite ir al Mundial de Londres 2017.
La medallista tiene mucha pasión por el deporte que practica y solo piensa en dar lo mejor de sí misma para alcanzar sus metas. De hecho, es parte del legado que le dejó su padre, que batalló contra el cáncer hasta el último momento: "Luchar contra todo".
Ángela vive en la ciudad de La Paz y estudia Fisioterapia pero decidió tomar pocas materias para entrenar casi todo el día apuntando al Mundial, que se celebrará en agosto. Además, participará en los XI Juegos Suramericanos Cochabamba 2018.
Tras su triunfo del fin de semana, un momento sin duda emocionante, también está la incertidumbre sobre el apoyo para el largo camino que queda. En esta entrevista de Los Tiempos, Ángela detalla la experiencia que vivió y los retos que le quedan.
LT: ¿Cómo viviste eso minutos de la competencia en Asunción?
La competencia estaba durísima. Estaba bien preparada pero estaba planificando más para lo que es el Mundial en Londres, porque para esta competencia no tenía pasaje hasta un día antes, así que me decidí ir.
El día de la competencia me sentí bien. La ecuatoriana (Paola Pérez), que ganó, se alejaba, yo la alcanzaba y de nuevo se iba. Fue todo un juego.
El año pasado, fui campeona Sudamericana en Ecuador y ella misma (Pérez) compitió, yo le gané. Así que ahora es su revancha, pero así es el deporte. A veces uno gana y al día siguiente pierde y así se va mejorando.
Me da más ganas de seguir, para mí, la siguiente es la revancha. Bueno ahora me toca recuperarme estos días. Y estoy muy contenta por el resultado.
LT: ¿Te afectó físicamente?
Ayer (domingo), no podía caminar y estoy totalmente adolorida. Sigo entrenando, un poquito, pero es más de recuperación y ya luego a alistarme para el Mundial, que es un nivel súper fuerte.
Ahora, estoy dispuesta a entrenar duro y tengo que hacerlo para representar bien a Bolivia. Estamos yendo solamente dos de Bolivia (con Ronald Quispe) que pudimos clasificar. Estamos bien.
LT: ¿Cómo te estás preparando ahora?
El año pasado nos fue muy bien en las Olimpiadas y este año me sentí muy fuerte. El trabajo que se está haciendo con la "profe" Martha (Marín) está siendo muy bueno. Y los entrenamientos y las sesiones son duras, pero el resultado es este: una medalla para Bolivia.
LT: Según cuentas fue a última hora la decisión de participar, ¿qué pasó?
Soy del (programa de becas) "Equipo Bolivia", y me tenían que dar el apoyo desde mayo, es un apoyo económico por mes. Hasta ahora no me han dado ni un centavo. Me atreví a mandar una carta al Comité Olímpico para que me apoyen con el pasaje porque no tengo. Yo no puedo sacar tanto dinero de mi bolsillo porque yo ahora estoy entrenando sin ningún apoyo. Y no me respondían, y yo dije: "Si no me responden, seguro no me lo van a dar".
LT: ¿Cuándo mandaste la carta?
Mandamos dos semas antes a la Federación y la Federación mandó una semana antes ahí (Comité Olímpico).
Día antes, me llaman y me dicen: "Sí te vamos a dar el pasaje pero solo el porcentaje de 400 dólares y el restante tienes que aumentarte".
Y les he dicho: "No pueden decirme eso ahora, me lo podrían decir antes. Todo está carísimo. No voy a ir si no me dan los pasajes".
Y me dijeron: "Entonces, no vas". Me llaman más tarde y me dicen ya hemos conseguido.
Ha sido un juego de dos semanas, que me decía: "Vas a ir"; "no vas a ir".
LT: Un momento complicado cuando está en juego tanto...
Sí, estaba muy molesta. No pueden jugar con mis entrenamientos. No pueden decir un día antes vas o no vas. Si no tenía mi pasaje no iba a ir, porque me decían: "Más tarde te vamos a descontar de tu beca" y yo le decía: "Cómo me van a descontar de algo que ni siquiera me han dado aún".
En la noche del martes, me llaman y me dice: "Ya está tu pasaje, mañana sales al medio día".
Y fui a lavar mi ropita, mis tenis porque no estaba nada lista para ir.
Yo creo que es el destino, son pruebas. Yo creo mucho en Dios, y yo creo que puso todo en mi camino para que yo fuera. Tal vez, si no hubiera ido, me hubiera arrepentido en el alma. Gracias a Dios, el Comité Olímpico me dio el pasaje y estoy agradecida con ellos.
Amo competir, se sufre mucho, pero me gusta.
