Yohann Diniz, un oro en el Mundial de Londres-2017 con raíces brasileñas
LONDRES |
Yohann Diniz, el marchista francés de 39 años, que ganó el oro este domingo en los 50 km marcha del Mundial de Londres-2017, logró un título un poco brasileño también.
Su bisabuelo dejó Brasil para luchar en Francia durante la Primera Guerra Mundial y ya se quedó.
"Mi apellido es Diniz, porque mi bisabuelo era brasileño. Mis bisabuelos paternos vinieron durante la Primera Guerra Mundial, desde Rio de Janeiro. Tuvieron un hijo, Xavier, mi abuelo,", dijo Diniz, que se convirtió en el ganador de más edad de una medalla de oro en la historia de los Mundiales, cuando cumplirá 40 años el próximo 1 de enero.
"Xavier Diniz se asentó en la región de Champagne, donde se casó con mi abuela, de origen portugués, y mi abuelo decidió tomar la nacionalidad portuguesa. Por eso me siento muy unido a estos dos países. No sé si tengo familia e Brasil", explicó Yohann Diniz.
Los bisabuelos del campeón de mundo se instalaron en la región de Champagne y se dedicaron a cultivar viñas.
Yohann Diniz tuvo desde su adolescencia un gran compromiso político, adhiriéndose a los catorce años en la Juventud Comunista Revolucionaria, militando contra el Frente Nacional de Jean Marie Le Pen en el seno de grupos antifascistas de extrema izquierda.
Desde 2006 tiene un contrato de deportista de alto nivel en La Poste, el servicio de correos francés, implicándose en la defensa sindical de sus compañeros, sobre todo en cuanto a salud en el trabajo.
Compromiso político
En la carrera de Marsella-Cassis, el 29 de octubre de 2007, y antes el 15 de octubre en e maratón de Reims, varios centenares de carteros fueron a su encuentro para escuchar sus consejos en materia de preparación física e higiene de vida.
En julio de 2011, integró el equipo de campaña de la política Martine Aubry, en las primarias socialistas, como encargado de la temática "Deportes".
En Rio-2016, en la patria de sus bisabuelos, estuvo cerca de ganar una medalla, siguiendo la misma táctica que empleó en Londres, lanzarse en solitario casi desde el principio.
Pero tres indisposiciones, entre vómitos, mareos y diarreas, le dejaron al final e el octavo puesto.
Le hubiera gustado ganar una medalla en el lugar de sus raíces.
No pudo hacerlo, pero le queda la espinita clavada de no haber ganado una medalla olímpica, lo último que le falta en su palmarés, en el que cuenta con tres títulos europeos y dos medallas en Mundiales, con la plata en Osaka-2007 y el oro en Londres-2017.
Por eso, cuando le hablaron de retirada este domingo, al estar cerca de 40 años, afirmó que su objetivo es cumplir ese año olímpico en Tokio-2020.