El COI ante la encrucijada de sacar o no a Rusia
El COI tomará mañana una de las decisiones más difíciles de su historia reciente, con ramificaciones políticas, legales y éticas que trascienden lo deportivo: la participación o no de Rusia en los Juegos Olímpicos de invierno de PyeongChang (Corea del Sur), en febrero de 2018.
Decida lo que decida, a la Ejecutiva del Comité Olímpico Internacional (COI), que se reunirá en Lausana (Suiza) los días 5 y 6, se le echarán encima unos u otros de los numerosos actores que se han tomado el asunto ruso como algo personal.
Las pruebas recabadas por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), el propio COI y distintas investigaciones periodísticas respecto a la existencia durante largos años de una trama organizada de dopaje en Rusia son un argumento que manejan con contundencia los partidarios del veto a Rusia.
Veintiséis deportistas de esa nacionalidad han sido descalificados de los Juegos de Sochi 2014 tras quedar acreditado que, a propuesta de las autoridades deportivas, crearon un banco de orina limpia para dar el cambiazo cuando fueran sometidos a control antidopaje. Pese a que ninguno de ellos dio positivo, el COI estima que cabe hacer “la deducción lógica” de que, si manipularon los frascos para cambiar una orina por otra, es porque consumían sustancias dopantes. Las medallas perdidas han quitado a Rusia el primer lugar que ocupó en los Juegos de Sochi, en beneficio de Noruega.
A esto se suma una mayoría de deportistas rusos entre el casi centenar de positivos hallados al reanalizar las muestras almacenadas de los Juegos de Pekín 2008 y Londres 2012.
Quienes son contrarios a la exclusión de Rusia de los Juegos esgrimen que no se puede castigar al todo por culpa de las partes. Los deportistas que nunca han cometido una violación de las reglas antidopaje tienen derecho, afirman, a participar en PyeongChang. Cualquier tribunal, añaden, les daría la razón si el caso llega a la justicia ordinaria.
Una solución salomónica sería la admisión en los Juegos de los deportistas rusos presuntamente limpios, pero bajo bandera olímpica, sin la posibilidad de representar a su país.
La agencia antidopaje rusa (Rusada) está suspendida hasta nueva orden. El mes pasado la AMA descartó rehabilitarla porque, entre otras cosas, Moscú se niega a doblar la cabeza y admitir que practicó el dopaje de estado.
A 7 meses del Mundial 2018. Todo este problema del dopaje se intensifica a siete meses de que Rusia inaugure en su territorio la Copa del Mundo de fútbol.
LA DECISIÓN ESTÁ EN MANOS DE 15 PERSONAS
La decisión está en manos de 15 personas: el presidente del COI, el alemán Thomas Bach; sus vicepresidentes Zaiqing Yu (CHN), Juan Antonio Samaranch (ESP), Ugur Erdener (TUR) y Anita DeFrantz (USA); y los miembros de la Ejecutiva Gunilla Lindberg (SUE), Gian Franco Kasper (SUI), Angela Ruggiero (USA), Sergey Bubka (UCR), Ser Miang Ng (SIN), Willi Kaltchsmitt (GUA), Robin Mitchell (FIJ), Nicole Hoevertsz (ARU) y Denis Oswald (SUI). A ellos se suma el francés Tony Estanguet, parte de la comisión que estudia los casos de los rusos en los Juegos de Sochi, junto a Oswald y Samaranch.