La comedia “¿No es romántico?” critica el amor de hollywood
Parodiar a la comedia romántica desde el elogio o la veneración, marcar sus clisés y hasta sus absurdos no es nada nuevo. Lo que “¿No es romántico?” no logra es que todo lo que pudiera semejar un homenaje, no resulte insípido. Porque el guión en vez de iluminar, resalta, y en lugar de ser filoso, babosea.
Rebel Wilson (Damas en guerra, Cómo ser soltera) es Natalie, que cuando era chica creció embobada con “Mujer bonita”, la película con Julia Roberts. Su madre le aclara que la ficción no siempre supera a la realidad, sino que ni le llega a los tobillos. Sí, Natalie está algo excedida de peso ya de niña preadolescente, y 25 años más tarde la protagonista, por más que tenga un buen trabajo como arquitecta, es por lo menos denigrada en su estudio en pleno Manhattan.
Todo cambia un día, cuando un hombre en el subte la observa y se le acerca, y lo que Natalie entiende como un cortejo es en verdad un robo. Forcejean, ella recibe -oh, qué original- un golpe en la cabeza y cuando despierta aparece atrapada en una comedia romántica. Todo parece casi salido de la mente de Garry Marshall, el director de “Pretty Woman”.
No sólo Blake (Liam Hemsworth, el menor de los tres hermanos australianos, no el de “Thor”, que es Chris, sino el de “Los juegos del hambre”), para quien estaba diseñando un edificio cae embelesado ante ella, sino que todos casi que le brindan pleitesía. Tiene a su mejor amigo, Josh (Adam Devine, desaprovechado) en el trabajo, quien le tira onda pero hasta ahí. En este nuevo universo paralelo en el que las calles neoyorquinas tienen arreglos florales (hasta en el subte) todo es con colores brillantes –lo único que brilla-, Josh se enamora de una modelo (Priyanka Chopra) y todos sabemos que cuando se vayan a casar, ¿quién irrumpirá en el altar? ¿Eh?
A todo esto se le suman todo tipo de guiños divertidos e incontables: parejas besándose por doquier en las calles de Nueva York, pajaritos que vuelan en bandadas formando un corazón sobre los puentes de la ciudad, efectos brillantes al fondo de un hombre representando el amor extremo
Que Warner Bros. le haya vendido a Netflix los derechos para distribuirla fuera del territorio estadounidense puede ser una señal de que “¿No es romántico?” no es un filme para la pantalla grande.