Liliana Colanzi “La escritura es conectar con lo desconocido de nosotros”
Cuenta que de niña le gustaba mucho jugar con libros y disfraces, al parecer un acto premonitorio o un ensayo de lo que hoy hace en la realidad la escritora boliviana Liliana Colanzi, quien es finalista junto a otros cuatro autores en el Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, con el libro de cuentos “Nuestro mundo muerto”.
La autora, quien considera que en su quehacer literario es muy importante conectar con alguna pulsión primitiva y salvaje, tiene un doctorado en Literatura Comparada que concluyó en diciembre de 2016 con una tesis sobre animales, monstruos y cyborgs, y ahora enseña en la Facultad de Español de la Universidad de Cornell, EEUU.
A continuación, la autora nos habla de su escritura y las emociones que provocan hacia ella uno de los más bellos actos creativos: la literatura.
-- ¿De dónde crees que viene este impulso de contar cuentos por escrito?
-- Escribo desde niña y la pulsión de contar cuentos nació como un rechazo a mi propia realidad, que me parecía aburridísima; me interesaban más los personajes y las situaciones de los libros que las personas y las situaciones reales. Después, durante los años que mantuve un diario, la escritura también fue una forma de exploración interior y de diálogo conmigo misma. Ahora veo la escritura como una manera de conectar con lo desconocido de nosotros mismos y de los demás, de hacer que hable eso otro que no sabemos que nos habita.
-- Tienes algún método para escribir, cómo lo haces....
-- No tomo muchas notas, excepto cuando se trata de palabras que me gustaría incluir en una historia por cómo suenan. Por lo demás, generalmente todo comienza con una imagen que me da vueltas durante muchos meses mientras estoy escribiendo algo distinto o haciendo otras cosas. Si la imagen persiste, sé que hay algo allí que debo perseguir. Escribo en casa, no me puedo concentrar en lugares públicos. Soy muy lenta, necesito unas tres horas por delante para escribir y no puedo trabajar en varios cuentos a la vez.
-- ¿Y cómo eliges los temas o ellos te eligen?
-- Me cuesta escribir solamente a partir de temas, para mí son igual de importantes las atmósferas, conseguir que un texto responda a una cierta vibración, por llamarlo de alguna manera. Generalmente a los escritores nos preguntan mucho por los temas, pero en mi caso necesito también vislumbrar una forma, un modo de contar la historia, y la forma muchas veces me señala lo que después puede reconocerse como el “tema” del cuento. ¿Cómo voy a contar esta historia? ¿Cuál es la respiración del texto? Si tengo el tono y la atmósfera, el cuento me va descubriendo por sí mismo de qué va. Obviamente, hay cuestiones que me interesa explorar (en “Nuestro mundo muerto” se repiten ciertos temas, como la locura, la obsesión, lo sobrenatural, la muerte), pero esto no lo sé hasta que el cuento está escrito y necesito mantener esas cuestiones a un nivel subconsciente, un poco veladas para mí misma, para que no pierdan su poder. Para mí es muy importante conectar con alguna pulsión primitiva, salvaje, y escribir desde ese lugar.
-- ¿En qué estás trabajando ahora?
-- Acabo de terminar un cuento que transcurre enteramente en una cueva y sus alrededores, y que empieza en el Cretácico y termina cuando los humanos ya no están más en este planeta. En ese cuento quería experimentar con el tiempo, con la forma en que la escritura también te puede dar un sentido de lo cósmico.
-- ¿Cómo cambiará tu vida estar entre los finalistas del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez? ¿Y qué piensas de él?
-- No sé cómo pueda cambiar, pero me siento muy agradecida de estar entre escritores que admiro y de tener la posibilidad de descubrir a otros cuentistas que no conocía. El premio García Márquez es una apuesta fuerte por el cuento y eso, en un campo literario obsesionado por la novela, envía una señal muy alentadora.
-- Me llama la atención que vivas en Ithaca.
-- ¡A mí también! Nunca me imaginé vivir en los Estados Unidos y menos aún en una ciudad pequeña y con un invierno tan crudo. Durante varios años lamenté estar a la vez tan cerca y tan lejos de la ciudad de Nueva York, donde todo ocurre en simultáneo, pero ahora pienso que el aislamiento de Ithaca me protege de varias distracciones, y yo tiendo muy fácilmente a la distracción. Además, disfruto mucho de la naturaleza en Ithaca, de sus impresionantes acantilados, sus ciervos y sus bosques.
-- ¿Qué opinas de la vida y la muerte? Cómo lidias con eso de saber que cualquier momento podemos morir. O finalmente no te importa... Leí un artículo escrito por ti sobre la adicción al clonazepan y me pareció una gran lucha por vivir.
-- No tengo una opinión sobre la muerte, y si la tuviera, mi opinión no podría cambiar el hecho de que con cada minuto nos acercamos un poco más a ese trance tan misterioso y tan definitivo. Sí me mido a diario con la idea de mi propia muerte y la de mis seres queridos, y con la pequeñez de lo que representa nuestro paso por la Tierra. Me intriga la muerte, pero también me intriga mucho la crueldad inherente a estar vivos: para vivir, necesariamente tenemos que matar a otros seres.
UN POCO DE COLANZI
Nombre completo: Liliana Colanzi Serrate
Nacimiento: 27 de marzo de 1981
en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia
Residencia: Ithaca, Nueva York
Nacionalidad: Boliviana
Alma máter: Universidad Cornell (doctorado); Universidad de Cambridge (maestría); Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (licenciatura)
Posgrado: Doctorado en Literatura Comparada de la Universidad de Cornell
Maestría en Estudios Latinoamericanos, Universidad de Cambridge
Ocupación: Escritora
Género: Cuento, novela
Distinciones: Premio Internacional de Literatura Aura Estrada 2015
Nuestro mundo muerto
El libro contiene una colección de ocho cuentos. En los relatos hay una de fantasía que se diluye con el terror y suspenso.
Autor: Liliana Colanzi
Editorial: El cuervo
País: Bolivia
Dato: Los cuentos “Chaco” y “Caníbal” fueron acreedores del Premio Aura.
PARA DESTACAR
"Acabo de terminar un cuento que transcurre enteramente en una cueva y sus alrededores, y que empieza en el Cretácico y termina cuando los humanos ya no están más en este planeta. "
" Me cuesta escribir solamente a partir de temas, para mí son igual de importantes las atmósferas, conseguir que un texto responda a una cierta vibración, por llamarlo de alguna manera."
Colanzi se relacionó con la escritura desde su niñez
La autora comenta que desde niña le gustó escribir para salir de la realidad en que vivía. Recuerda que su infancia estuvo rodeada de fantasía y naturaleza, temas que le parecían más interesantes para disfrutar.
De niña “me gustaban en primer lugar los libros, pero también los disfraces. Cultivaba un huerto de verduras; más que para comer, quería ver cómo crecían las plantas, que siempre me han parecido seres vivos muy extraños”, recuerda Colanzi.
La escritura y la lectura estuvieron siempre presentes en su vida. La escritora cuenta que nunca fue buena en los deportes pero, más bien, siempre estuvo cerca de la literatura, como hasta ahora lo está.
“Era un desastre para los deportes, pero sí me gustaba mucho (y me gusta) bailar. Pero antes que nada pasaba mucho tiempo leyendo y escribiendo, y en ese sentido tengo la suerte de seguir haciendo lo que hacía desde niña”, puntualizó.
“Nuestro mundo muerto” finalista del García Márquez
El libro “Nuestro mundo muerto” de Liliana Colanzi está entre los cinco finalistas del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, en su quinta versión.
Los otros escritores que compiten por el premio son Federico Falco (Argentina) con “Un cementerio perfecto”; Alejandro Morellón Mariano (España) con “El estado natural de las cosas”; Soledad Puértolas (España) con “Chicos y chicas” y Daniel Salinas Basave (México) con “Días de whisky malo”.
La ceremonia de premiación se realizará el 1 de noviembre en el Teatro Colón de la ciudad de Bogotá. El ganador obtendrá la suma de 100 mil dólares. El o la ganadora se dará a conocer el mismo día del evento.
Los libros de los cinco escritores finalistas formarán parte de las colecciones de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas de Colombia, compuesta por 1.444 bibliotecas públicas, ubicadas en los 32 departamentos de este país.