Baudoin: La literatura boliviana dejó de estar aislada
La escritora boliviana Magela Baudoin, ganadora en 2015 del II Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez con “La composición de la sal”, considera que “desde hace 25 años la literatura boliviana ha decidido saltar la insularidad en la que estaba para darse a conocer al mundo”.
Baudoin piensa que ese proceso tiene su constatación última en una realidad: “En la cuarta edición del Premio Hispanoamericano de Cuento García Márquez había dos escritores bolivianos entre los 13 finalistas preseleccionados, Edmundo Paz Soldán y Liliana Colanzi, esta última ya entre los cinco finalistas”.
En una entrevista , Baudoin señala que “esta evolución de la literatura boliviana tiene que ver con su mediterraneidad y la conexión con los circuitos comerciales”.
Pero, a pesar de esa insularidad, Bolivia fue capaz de dar a la literatura escritores como Augusto Céspedes, una de las cumbres del cuento latinoamericano, que formó parte de la llamada generación del Chaco.
Y desde principios del siglo XX, la literatura boliviana está —a juicio de Baudoin— llena de perlas como Ricardo Jaimes Freyre, padre del modernismo latinoamericano; Franz Tamayo, Yolanda Bedregal o, más recientemente, Edmundo Mitre.
En “La composición de la sal”, que acaba de publicar en España Navona, todos los cuentos relatan situaciones de la vida cotidiana en las que aparentemente no pasa nada, pero por debajo están a punto de colapsar, y se sitúan en esa zona en la que se juegan el afecto y la fricción humana, las heridas y las cicatrices, lo que se dice y lo que no se dice.
“Si hay un lugar vindicado en mi literatura es la inmigración, la no pertenencia a un lugar”, confiesa Baudoin.