Kazuo Ishiguro: “Debí lavarme el pelo”
Estocolmo, Suecia
La mañana en que le comunicaron a Ishiguro que había sido elegido nobel de Literatura 2017, lo primero que dijo a la prensa fue: “De saberlo me hubiese lavado el pelo”. En Estocolmo, cuando se le preguntó ¿se lavó el pelo?, sonrió y movió la cabeza afirmativamente.
Kazuo Ishiguro nació en Japón en 1954, llegó a Londres cuando tenía sólo cinco años, tiene una madre sobreviviente del bombardeo atómico a Nagazaki y un padre que, por razones de trabajo, mudó a la familia a Inglaterra.
Como todos los nobeles, Ishiguro también dijo que es un honor estar en Estocolmo para recibir el premio de mano del Rey, hoy domingo 10 de diciembre. E hizo una referencia esperada, “en estos tiempos es difícil encontrar instituciones que infundan respeto”.
El premiado llega en un momento muy especial para la Real Academia Sueca de las Letras, debido a que un hombre muy cercano a la institución ha sido acusado por 18 mujeres jóvenes de acoso sexual y transgresiones a las reglas del secretismo que rodea la elección del Premio Nobel de Literatura. La Policía, así como un estudio de abogados, está en plena tarea de investigación. Las 18 víctimas se hicieron eco de la campaña mundial llamada “Me too”.
El escritor inglés de origen japonés es un hombre preocupado por la situación actual del mundo, agrio opositor a la salida de Inglaterra del ámbito de la Unión Europea, crítico de la sociedad “posverdad”, porque “las falsedades que circulan por el espacio cibernético y el avance de fuerzas oscuras producen inseguridad, resquebrajamiento de valores y dirigencia, el Premio Nobel es una pequeña parte de un todo gris, que alienta en el buen sentido”. Sobre la crisis puntual de la Academia dijo: “No creo que la Real Academia Sueca de las Letras haya perdido autoridad debido a las investigaciones a las que está sometida”.
Ishiguro se presentó en la vieja casa bursátil de Estocolmo acompañado por Sara Danius, la secretaria permanente de la institución.
Sara Danius, en ocasión de la publicación del fallo de la Academia, dijo que Kazuo Ishiguro es una mezcla entre la literatura de Kafka y Jane Austen.
Ishiguro admite la influencia de Kafka, pero reemplaza a la Austen por Charlotte Brontë, “cómo he sustraído cosas de Charlotte”, dijo a propósito de relatar que había releído últimamente Jane Eyre de la Brontë.
Y, ¿es Kafka su influencia principal? La mayoría de los críticos coinciden cuando dicen que la escritura de Ishuguro es clara y misteriosa al mismo tiempo; otros la califican de “pesadilla”. El propio autor dijo: “Mis novelas tratan de personas que mienten sobre sí mismas, sostienen su falsedad incluso cuando saben que han sido descubiertas”. Pero también figuran el “honor y la obediencia por sobre la verdad”.
¿Es él como sus personajes? Ishiguro no duda en decir que no escribe ficción a través de sus propias experiencias, “no quiero ser identificado, no me interesa. No soy autobiográfico”.
El Japón no está en su literatura, quizá es mejor decir “lo japonés” está ausente con excepción de sus primeras novelas. Sin embargo, la lengua del hogar materno es el japonés, el inglés se convierte en la lengua de trabajo. En su escritura no hay una deconstrucción de lo colonial como podría ser el caso de otro afuerino como Naipaul, incluso como Salman Rushdie que problematiza el colonialismo. Ishiguro es un inglés, está incluido entre los escritores que los británicos llaman (a la literatura) “World Literature” o “The empire strikes back”.
¿Tiene opinión sobre su antecesor Bob Dylan? Ishiguro ríe y cuenta que él quería ser cantor de rock, tenía incluso una banda, pero olvida a Dylan y cuenta, en cambio, que fue asistente social durante dos años. “Mucha gente con la que me encontré sobrevivían en medio de muchas necesidades, hacían esfuerzos incluso ridículos para ser positivos frente al desastre de sus vidas”, ha sido una etapa muy inspiradora, agregó.
Ishiguro no es Dylan, pero tampoco Modiano. Ishiguro está en una capa intermedia entre los “bestseller” y los “difíciles”, sus libros eran conocidos por círculos numerosos que gustan de una buena literatura como gustan de los cuentos de Alice Munro, aquellos que leen para pasarla bien y no se detienen mucho en los experimental o erudito. No es un escritor al que sólo conoce la élite intelectual, es un autor igual que la canadiense Munro (Nobel 2013) que tienen películas realizadas en base a sus libros, es guionista de cine, además un personaje muy sencillo de vaqueros y chaqueta de pana, que toca la guitarra una vez al día.
¿Por qué estos cambios en el Comité Nobel de Suecia? Ayer Svetlana Alexievich, (periodismo literario) luego Bob Dylan (poesías de trovador) y ahora Kazuo Ishiguro que se mueve entre “Lo que queda del día” y la distópica “Nunca me abandones” (ambas hechas películas) o una realmente magistral creación como “El gigante enterrado”.
Nadie sabe lo que pasa al interior de la Academia, pero me atrevo a decir que estos últimos años se está produciendo un cambio generacional. Este mes será posesionada Sara Stridsberg, una feminista con un libro dedicado a la famosa Valerie Solanas, es una incorporación notoria de mujeres que están sustituyendo a académicos varones fallecidos. Los académicos son elegidos de por vida.
Kazuo Ishiguro ha sido una buena elección, porque abre la posibilidad para otros del mismo porte como Salman Rushdie. Aunque debo confesar que tengo un par de preferidos, el estadounidense Paul Auster y el italiano Claudio Magris, el primero más cercano a Ishiguro y el italiano más próximo a Modiano o Pamuk.
Reveló, finalmente, el contenido de su próximo libro. “Estamos preparados para un ataque de los zombis gracias al cine, pero sabemos poco o nada de la Inteligencia Artificial (IA). Es el tema de mi próximo libro”.
BIBLIOGRAFÍA
EL AUTOR CUENTA CON SIETE LIBROS
1. “Pálida luz en las colinas” (1982).
2. “Un artista del mundo flotante” (1986).
3. “Lo que queda del día” (1989), adaptada al cine.
4. “Los inconsolables” (1995).
5. “Cuando fuimos huérfanos” (2000).
6. “Nunca me abandones” (2005), adaptada al cine.
7. “El gigante enterrado” (2015).
Kazuo Ishiguro ha sido una buena elección, porque abre la posibilidad para otros del mismo porte.
Ishiguro no es Dylan, pero tampoco Modiano. Ishiguro está en una capa intermedia entre los “bestseller” y los “difíciles”.