Arte y educación FAS apoyó proyectos de educación a través del arte, además de la conciencia ambiental y la educación especial

Con la voz un poco grave y los ojos azules, Elizabeth Schwimmer siempre ayudaba, diciendo las cosas de frente y con el desprendimiento de quien tiene lo que necesita y lo demás es para ayudar. Schwimmer falleció el lunes pasado, dejando un legado invaluable al arte y la educación. Ayudó a muchos artistas, así sin burocracias y poniendo fe en el trabajo de todos los que se acercaban a ella sin mayores requisitos. Además de su trabajo por el arte, con la Fundación Arnoldo Schwimmer (FAS) llevó arte, infraestructura y apoyo pedagógico a varios colegios de la ciudad.

“Sobre todo era alternativamente educar a través del arte, se llevaba talleres de pintura, música, teatro y promoción de las mismas, se utilizó el Locomóvil, un bus adaptado que servía como biblioteca, escenario para trabajar con títeres, etc”.

Se apoyó mucho inicialmente, con la refacción de infraestructuras y dotación de mobiliario a escuelas también.

Se llevaban obras de teatro (con elencos como Teatro el sol), música, lectura y pintura con el doble propósito de apoyar a artistas y que los estudiantes aprendan a apreciar de forma sencilla las diferentes formas de arte.

“Se llegó a escuelitas en zonas muy alejadas, lo que dio lugar también a la creación de centros culturales como el de Huayrakhsa, que sobrevive y crece aún gracias a Palmira Cano”, cuenta María Luisa Pino, quien trabajó en FAS junto a Schwimmer.

Por su parte, Hugo Francisquini, quien también trabajó en esa primera etapa de la Fundación, comentó que durante tres años trabajó con el proyecto del Locomóvil, el bibliobus con el que salían a dar talleres de Educación por el Arte en colegios fiscales de diferentes barrios. “La Fundación también apoyó las ferias culturales organizadas por la Fundación Nuevos Horizontes, creada por Liber Forti, y junto a María Luisa Pino colaboraba coordinando otras actividades como el apoyo al centro cultural SEMILLA de Wayrakasa. También hubo apoyo para exposiciones de artes plásticas como la de Paula López y Dayana Nogales, actividades de apoyo al teatro como Teatro Trono, la creación de la sala de teatro el Bufón que estuvo a mi cargo y donde se daban talleres y se presentaban obras de teatro”, dice Francisquini.

Apoyo escolar

En FAS también se hicieron textos trilingües (en quechua, español e inglés), producidos para transferir las tradiciones orales, la forestación del Parque Tunari a cargo de los niños de las escuelas más pobres de la zona o la educación alternativa en comunidades alejadas de Punata son algunos de los resultados del apoyo que ha dado la Fundación Arnoldo Swchimmer durante 12 años en Bolivia.

La directora de la Fundación, Elizabeth Schiwmmer, comentaba en una entrevista con Los Tiempos en 2009 que recibió el legado de su tío Arnoldo, quien al morir dejó el encargo de crear tres fundaciones a favor de la educación en Chile, Bolivia y Uruguay.

Se intentó hacer las tres, pero la única que funcionó fue la de Bolivia, donde la pianista fue aprendiendo en el camino “porque soy profesora de música y no sabía bien cómo hacer, pero conocí gente realmente maravillosa, héroes escondidos que hay en Bolivia y que no son pocos”, dijo en la ocasión.

El Locomóvil

Julio de 1996 marcó el inicio de los proyectos de la Fundación. Uno de los más importantes fueron los Locomóvil, dos buses, uno de los cuales fue donado por la fundación al Centro de Atención al Infante Carcelario (CAIC), hijos de reos que necesitaban un vehículo que los lleve todos los días a la escuela y de allí a la casa de atención que tiene el CAIC para apoyo pedagógico, debido a que sólo vuelven a dormir a la cárcel.

El otro bus fue habilitado con toldos a los costados, baúles y otros implementos, con la idea de llevar talleres artísticos de pintura, títeres y otras habilidades a los barrios periféricos de Cochabamba.

Primero se trabajó en Cochabamba con talleristas de la Fundación que la pianista fue sumando al proyecto, junto con artistas y pedagogos que fueran durante cuatro o cinco años a los barrios.

El proyecto era muy importante, según comentaba la directora de la Fundación, pero parecía muy pequeño, hasta que apareció la familia Cardoso en Oruro, todos artistas, que tenían años llevando talleres artísticos a los barrios con financiamiento de su bolsillo e incluso en trufis si era preciso.

El proyecto “Para volver a ser niños juguemos con ellos” era masivo, para niños, pero también participaron papás, tíos, abuelitos, jefes de comunidad y todos querían pintar y hacer títeres.

La Fundación traspasó el bus al proyecto de Cardoso con todo el material incluido y la satisfacción de saber que podía recorrer todo el altiplano, bajar a Yungas, venir a Cochabamba, ir a Sucre, Potosí o Santa Cruz.

En Punata

Otro proyecto que recibió el apoyo de la Fundación Schwimmer es el grupo La Cigarra, que se originó en Oruro, pero después se mudó a Cochabamba. Este grupo se caracterizaba por la organización de talleres artísticos, muy similares, con líneas pedagógicas muy establecidas.

La Cigarra diseñó un proyecto de educación creativa en escuelas rurales, cuyo centro de acción fue Punata y la fundación la apoyó durante cinco años en ese cometido. “Empezamos con comunidades aledañas que pertenecen al municipio de Punata durante dos años, con escuelitas donde se impartían talleres de un mes a dos al término de los cuales se dejaba el sistema pedagógico establecido, con los profesores, directores, padres , decía Schwimmer.

El tema central de esta actividad fue la tradición oral, artística, pero principalmente centrada en la lectoescritura a través de la cual se empezó a recobrar en esas comunidades las tradiciones, cuentos y leyendas, donde participaron los ancianos contando historias.

PSICOBALLET

Educación especial

La bailarina, actriz y psicóloga Paola Salinas, actual directora de Espacio G, también tuvo una experiencia que fue apoyada por Elizabeth Schwimmer, se trata del Psicoballet, en el que participaban chicos que asistían al Programa de Educación Especial de Fe y Alegría.

“Fui a presentar mi proyecto con Ely y ella me apoyó, me preguntó qué necesitaba para trabajar y parte de esas necesidades era mejorar la infraestructura donde trabajábamos. Pero además, para las presentaciones, la fundación nos pagaba el vestuario y afiches, nos apoyaron por más de dos años y me daba un sueldo, después creció el proyecto hacia el área de música, Ely donó varios instrumentos. Nos dio mucha ayuda y nunca buscó reconocimiento, hacía todo con bajo perfil. Para mí fue maravillosa su disposición”, dice Salinas.

12 años de la Fundación Arnoldo Schwimmer

Después de 12 años de intenso y significativo apoyo a la cultura y al arte, la Fundación Schwimmer se despidió en abril de 2009 con broche de oro: organizó la primera versión del Bachfest, a partir del cual se organizaron nuevas versiones los siguientes años.

Camilo Kunstek, actual jefe de carrera de Ciencias de la Comunicación Social en la Universidad Católica, también trabajó en Punata con el apoyo de FAS. “Teníamos un programa de capacitación a docentes y de trabajo con niños. Funcionó desde 2000 hasta 2008 se llamaba Centro de Expresión y Creatividad Infantil Arnoldo Schwimmer (Cecias), trabajamos con un promedio de 1.500 a 2.000 niños por año, unas ocho comunidades rurales y dos talleres anuales con el Servicio Distrital de Educación de Punata capacitando a un promedio de 60 docentes por taller en metodologías de educación a través del arte, educación ambiental y recuperación de la tradición oral”, explica Kunstek.

El comunicador comenta que, mientras funcionó el Cecias, Punata fue sede tres veces de Festival internacional de Títeres Titiritay, que se organizaba con la Alianza Francesa y Elizabeth Schwimmer, que apoyaba que las obras internacionales vayan y hagan actuaciones gratuitas para las escuelas de Punata y los niños que iban al Centro.

“También se apoyó para que el Estudio de Danza Contemporánea Melo Tomcich, Atempo Danza, y La Orquesta Sinfónica de Cochabamba se presentaran en Punata, todo esto en el marco de las gestiones del Centro. Se apoyó la llegada de talleristas internacionales para capacitar a un equipo de facilitadores que eran los jóvenes de las comunidades de Punata. Estuvo Phillipe Bizot entre otros”, dice.

Por otro lado, afirma Kunstek, en educación ambiental se desarrolló una experiencia modelo, como transversal en la micro curricular educativa en la comunidad de Tako Loma Alta en Sacaba. Y otra experiencia en el parque Noel Kempff Mercado en apoyo con FAN.

“Bueno, son muchos los aportes y recuerdo de la Ely (Schwimmer) con 12 años que trabajamos juntos y empezamos con un taller de 30 días, pero se entusiasmó y construimos una hermosa experiencia educativa”, finaliza el comunicador.