Gastón Paz: “Mi entusiasmo es grande y voy a seguir mientras Dios lo disponga”
Gastón Paz Zegarra es uno de los pocos cantantes líricos o quizás el único, que puede contar haber compartido escenario con Teófilo Vargas, el autor de la música del Himno a Cochabamba, y de una obra musical profusa. Pero además, Don Gastón es uno de los pocos barítonos que goza de tan buena salud.
Es sin duda, una de las figuras más representativas del arte boliviano. En su repertorio figura una gran cantidad de óperas y conciertos que fueron puestos en escena en varias ciudades del país como Carmen, La Traviata, Tosca, Marina, Lucia de Lammermoor, Nabucco, Fausto, Rigoletto, Aida, Manchaypuytu, Orfeo y Euridice, la primera opera boliviana Incallajta interpretando el papel del Inca Soberano, y en El Hombre de La Mancha hizo de Don Quijote, así también otras obras como Requiem de Verdi, Requiem de Mozart, El Mesías, Sinfonías de Beethoven, Lieder. Además, resaltan conciertos con reconocidos solistas y músicos nacionales e internacionales como la pianista Teresa Rivera de Stahlie y Rachel Goodenough, entre otros.
En esta entrevista nos habla sobre su trayectoria y su próximo concierto.
¿Cuánto tiempo más quiere seguir en los escenarios?
(Risas) Mi entusiasmo es grande y voy a seguir mientras Dios lo disponga. Mientras exista la vida y la alegría y pueda seguir ayudando a los demás, ahí voy a estar.
¿Cuándo será su próximo concierto?
Haremos otro homenaje a Elizabeth Schwimmer, con la música que a ella le gustaba. Será en julio en la Iglesia de la Compañía de Jesús.
¿Cómo cuida su memoria, su oído y su voz?
De verdad, no cuido (risas), es genético. Mi abuelo Israel llegó a tener 104 años de edad y todavía manejaba su jeep y no podían quitarle el permiso de conducir por cuestiones morales, él decía que había importado el primer Ford a Cochabamba.
¿Cuándo se dio cuenta de que tenía una voz privilegiada?
Cuando fui al colegio La Salle, al primer curso y me recibió el hermano Justiniano. En las primeras pruebas que hizo a la clase ya notó que yo tenía condiciones especiales y en ese colegio fui solista del coro y de las presentaciones artísticas que se hacían ahí, hasta salir bachiller. Después ingresé al conservatorio, dirigido en ese entonces por Teófilo Vargas.
¿Cómo es su relación con la actuación?
Antiguamente al cantante lírico sólo se le exigía voz y no importaba si estaba como un palo en el escenario, pero las cosas han cambiado, el cantante lírico debe ser también un buen actor.
¿Cuál es el papel que más le ha gustado interpretar?
Hay muchos, pero hay uno en especial: Nabucodonosor. La ópera se llama sólo Nabuco y se necesita saber actuar para encararlo, es un personaje bíblico, que en su primera fase tenía mucho poder, pero era modesto y humilde. Lo interpreté varias veces en escenarios de La Paz y Lima.
Y el otro personaje que me gusta mucho es Don Quijote, por supuesto.
¿Es muy costoso montar óperas en Bolivia?
Sí, pero es posible hacerlo. La ópera es el compendio de todas las bellas artes, es difícil, pero hay que hacerlo en Cochabamba. Hace algunos años hicimo la Traviata en el teatro Achá y la orquesta era grande, entonces tuvimos que sacar algunas filas de las butacas de platea del teatro.
¿Hay nuevos talentos dentro del canto lírico?
Claro que hay. Cochabamba en especial tiene muchos talentos como María Reneé Ayaviri de Quillacollo, Jorge Soliz Pereira y así puedo mencionar a muchos.
¿Qué ópera le gustaría poner en escena?
La Traviata siempre es muy linda, pero lo que yo quisiera hacer ahora es zarzuelas, que también combinan música con la palabra. Me encantaría hacer Luisa Fernanda, es en mi opinión la reina de las zarzuelas, es bellísima, tiene canciones maravillosas para todos los cantantes, es un espectáculo completo, donde se podría apreciar el talento de cantantes, bailarines. Es una obligación apoyar este tipo de actividades, que son más populares y con más humor, el uso de la palabra es destacable.
PREMIOS
Una carrera de reconocimientos
- Distinguido por su docencia en solfeo e impostación vocal por la Academia de Opera y Coros de Lima, Perú.
- Boliviano Notable (1987)
- Ciudadano Meritorio e Hijo Predilecto, Concejo Municipal de Cochabamba (1988)
- Premio musical Teófilo Vargas (1993).
- Medalla de Oro conferida por la Fundación Min On Art de Japón, por conciertos de música boliviana realizados en Tokio.
- Medalla de Oro, Concejo Municipal de Cochabamba en ocasión del Bicentenario de la ciudad.
- Homenaje como profesor fundador por el Instituto Eduardo Laredo, en ocasión de las bodas de oro de la entidad.