Marinovitch se inmortaliza en su música y sus documentales
Bernard Marinovitch, pianista de jazz y documentalista, que falleció el domingo pasado, será inmortalizado por su gran producción musical y cinematográfica en más de 10 años que radicó en Bolivia.
El artista murió por un tumor, dejando huérfanos a sus proyectos, familia y amigos.
“Amo Bolivia, quiero quedarme aquí”, fueron las últimas palabras que le dijo a Carol Zegarra, su esposa y la madre de sus dos hijas, Camile y Nathali, cuando ésta le sugirió ir a otro país para que se trate de su enfermedad. La noche del domingo fue su velorio en La Capilla y ayer en la mañana la misa de despedida.
Marinovitch, proveniente de Francia, llegó a Bolivia por primer vez en 1995. El artista se graduó como pianista del Conservatoire de Marseille y fue miembro de importantes proyectos con la española Martha Sánchez, el grupo “Ole, Ole”, de Herbert Leonard, Martine Clemenceau, entre otros.
En esa oportunidad permaneció por un breve tiempo en el país, pero se enamoró de la música boliviana, sus costumbres y su cultura. Tres años después retornó y conoció a Carola y desde entonces fue su compañera, su amiga y su esposa. En 2000 se fueron a Estados Unidos, donde trabajó como arreglista y compositor para otros artistas y se formó en producción audiovisual.
“Memories of Tomorrow” y “Talitakum” fueron los materiales discográficos que produjo y fueron nominados a los premios Dove 2006, en la categoría “Inspirational Album of theyear”, y a los Wammies en 2009. Uno de estos álbumes se encuentra en Spotify. Otro de sus éxitos fue “Corazón norteño”, ganador del premio al mejor grupo regional mexicano en 2007.
En 2009 retornaron a Bolivia esta vez para quedarse. Emprendió proyectos musicales de jazz junto a Carlos Zalazar (baterista fallecido en julio pasado).
“Pi Produc Ciones” fue su productora que ofrecía estudios de grabación, producción audiovisual y asesoría musical. Diferentes productores jóvenes independientes formaron parte de ella.
The Trancapecho Experience es tal vez el emprendimiento que le permitió conocer de cerca la producción musical local. Mandíbula, Verde Clorofila, Mosa Nostra, Chinkana, Ser, Astrofónica, Sariri, A Pie, Caja Negra, Suyana, Desidentes, Ricardo Ruiz, Beradelia fueron las bandas que participaron de este proyecto, que tenía la finalidad de promocionar la producción musical artística local a través de tocadas en vivo en diferentes escenarios alternativos como calles, avenidas, plazas, lugares abandonados y otros.
Por su estudio de grabación, que se instaló algunos años en proyecto mARTadero, pasaron varias bandas como Mandíbula, Cartel Afónico, Bramido, entre otros.
En cuanto a sus producciones audiovisuales, dirigió el documental “Don José, el boticario de Totora” junto a Luis Suárez, Grover Arzabe y René Márquez. Además de “Madre agua”, un filme que estrenó en octubre pasado y tiene como epílogo el hallazgo de la causa principal de la desaparición del lago Poopó.
Según Franz Gutiérrez, productor del documental, Bernard tenía un proyecto más que dejó huérfano: una película sobre el Parque Nacional Madidi.
Su compromiso con el medio ambiente lo reflejó en su última producción. “Realmente amaba esta tierra y cuando se comprometía con algo lo cumplía”, recuerda su esposa.
Las cenizas de su cuerpo serán esparcidas –según Carola- en diferentes lugares de Bolivia a los que él visitó como el lago Titicaca, Parque Nacional Madidi y el lago Poopó.
"Era una persona muy generosa y comprometida con los proyectos que emprendía. Siempre solía decirme que si él no lo hacía, nadie más lo haría". Carola Zegarra. Esposa de Marinovitch