“El Gran showman”, pionero del espectáculo circense
El musical que se ideó durante siete años junto al director Michael Gracey, cuando todavía La La Land no había sido anunciada ni le devolvía fuerza al género, cobró vida y está por salir a la luz. Pero a Hugh Jackman, multifacético actor australiano, reconocido por interpretar a Wolverine en la serie de películas de X-Men, le apasiona correr riesgos y esta vez no sería la excepción.
“Él es el nacimiento del show business, lo considero un pionero al estilo de Steve Jobs y Elon Muskm, que definitivamente arriesgaba todo. Yo no soy así, pero me identifico con él en la parte de que la familia siempre es primero”, mencionó el actor al describir al empresario que encarnó en este filme, quien al igual que él también era esposo y padre.
La cinta cuenta la historia de Barnum con canciones pop pegajosas y bailes glam. Así, sumerge a las audiencias a los orígenes del entretenimiento de masas y las megacelebridades de 1870. Es la época de oro de los Estados Unidos, después de la Guerra Civil.
La película es una oda a los sueños y no una película biográfica. Pero en su esencia está la convicción de Barnum de que el trabajo fastidioso de la vida diaria es algo que puedes romper para convertirlo en un espacio maravilloso, en curiosidad y en satisfacciones por ser diferente con orgullo.
El gran showman evoca la conversión de Barnum, que deja atrás una infancia pobre para lanzar su invento escénico en Nueva York y convertirse en magnate célebre. Al elenco lo completan Michelle Williams, que interpreta a Charity, esposa de Barnum, y Zac Efron y la estrella teen Disney Zendaya; ambos componen a una pareja acrobática que se conoce en el circo y cuyo romance, como todo en el filme, se evoca a través de canciones y coreografías. Originalmente pensada como una biopic convencional.
Hoy El gran showman es un pulido blockbuster en el que Fox invirtió más de 100 millones de dólares como distribuidora, en una apuesta inusual por el género más allá de las loas que se llevó La La Land. De alguna manera, el filme es tanto un guiño nostálgico al Hollywood musical de “Cantando bajo la lluvia” como un intento de captar nuevas generaciones, y no por algo comparte letristas con La La Land: Justin Paul y Benj Pasek, también responsables de los temas de la celebrada obra de Broadway Dear Evan Hansen, sobre un chico de secundaria con trastornos de ansiedad.
Tanto Jackman como Efron debieron ponerse al día en términos vocales después de sus ya lejanos y paradigmáticos trabajos en Los miserables y High School Musical. Para Jackman la tarea fue en rigor compleja, en tanto se le tuvo que extraer un carcinoma de la nariz en pleno rodaje y así algunas de sus escenas mudas fueron entonadas en el estudio por el suplente Jeremy Jordan. Una nota menor de un filme que apunta al brillo total y sin disonancias, a tono con el aire que se respira en la cartelera a fin de año.