Fil Maxim, palacio de música popular desde hace 49 años
Semanas antes las radio emisoras ya anticipaban la reapertura de Fil Maxim. “No te puedes perder el espectáculo más fenomenal de 2018, la reinaguración del palacio del espectáculo”, decía uno de los anuncios.
El evento, que se realizó el pasado sábado, llamó la atención de centenares de jóvenes, especialmente de las Bellas Pecadoras, uno de los tantos grupos juveniles que participan de estas fiestas y están conformados por amigos de barrio que tienen la misma preferencia musical.
La fiesta se inició a las 18:30, hora en la que la entrada estaba a 50 bolivianos. Había mucha expectativa por ver si se llenaba el palacio que ha funcionado por casi medio siglo y ha sido el escenario de grandes artistas nacionales e internacionales como Ana Bárbara, Los Bybys, Broncos, Jambao entre otros. En un abrir y cerrar de ojos se llenó. Seis meses de pausa del Fil Maxim no afectaron en nada su popularidad.
En el ambiente, decorado con telas y globos, que acoge a cerca de 1.200 personas, la mayoría de los presentes portaba en el antebrazo la marca “OktoberFest2018” como aval del pago de su ingreso. El precio de la entrada subía cada dos horas y llegó hasta los 100 bolivianos.
Una polera rosada y roja con franjas negras fue el distintivo de las Bellas Pecadoras .
Angela Flores, una de las integrantes del grupo, dijo que ganó su entrada por cantar en una radioemisora, en el marco de un concurso, uno de los temas del grupo Virus de Amor, una de las siete agrupaciones que sería el “plato fuerte” de la noche.
La Gran Cumbia, Marimba, Renzo García, Ismael y su grupo Nostalgias, el conjunto folklórico Tiempo, Beimar Aguilar y su Corazón de Miel y el DJ Rafo fueron los otros grupos que tocaron en Fil Maxim.
El grupo Tiempo abrió el espectáculo con sus mejores canciones folklóricas nacionales. Uno que otro coreaba las piezas que interpretaban y muy pocos salieron a bailar a la pista. El escenario, de siete metros de ancho y largo, era suficiente para que el vocalista haga un gran show en ese espacio.
A las 20:00, las Kumbieras Fusión hicieron un cartel en apoyo a La Gran Cumbia, el grupo que tomaría la posta del espectáculo. La madre de Marcela, una de las integrantes de este colectivo, dijo que conoció a su padre hace 30 años en este mismo ambiente, el que para entonces se llamó Doña Máxima. “Si no vengo a las presentaciones, mi familia y yo venimos a comer el chicharrón que sirven todos los fines de semana”, cuenta.
En la transición de una agrupación a otra, el Dj Rafo amenizaba durante 20 minutos con repertorio de cumbias, huayños y algunos clásicos. Conjunto musical que ingresaba tenía hora y media para conquistar a su público y ganarse más fans. Si el conjunto hace un show extravagante más seguidores puede ganar en las redes sociales, dice Jheyson Montaño, integrante de La Gran Cumbia.
Mientras más se acercaba la medianoche, más jóvenes ingresaban al local. Arnold Arnez, el gerente propietario e hijo de Máxima Gonzales, quien dijo que desde que tiene uso de razón trabajó en el local de su madre, recorría por los pasillos, por el escenario, por inmediaciones del local para verificar que todo salga conforme a lo planificado.
Cuenta que desde hace seis años el Fil Maxim se inclinó más por la música popular ya que genera más ingresos. Desde entonces cada fin de semana se presentan grupos “chicha”, un género musical que proviene del Perú.
El investigador Marcelo Guardia explica que este estilo en Bolivia es conocido sólo como “cumbia boliviana” y que ha adaptado una sonoridad y un ritmo particular.
El grupo que cerró la velada fue Virus de Amor, quien horas antes, según dijo un integrante, amenizó un matrimonio de la zona sur. Cerca de las 02:00 y con un total de casi mil personas presentes, en medio de los silbidos y aplausos, tocó sus mejores éxitos como “Te busco”, “Miénteme”, “Pecado de amor”, “Mírame la cara” y demás. Las luces y la música crearon un ambiente para un espectáculo inolvidable con mucho baile.
Cesó la música y todo terminó. “Qué increíble estaba. ¿Dónde continuamos ahora?”, murmuraban algunos jóvenes. Aseguraban que estarían presentes el siguiente evento del sábado 10 de noviembre porque este fin de semana no hay show, ya que una pareja que contraerá matrimonio alquiló el local.
Arnold dice que aún ajustan detalles para su próximo “power” evento, el más grande de 2018 que lo llevarán a cabo en diciembre en el salón de al lado, un espacio del Fil Maxim que puede albergar hasta 3.500 personas.
Doña Máxima
Máxima Gutiérrez emprendió el negocio en junio de 1969 junto con sus hijos Arnold, Roxana, Jhurandy y Elmar. Época en la que sólo era una chicharronería en el patio de su vivienda. Algunas jornadas prestaron su espacio a agrupaciones emergentes para tocar y de a poco, mientras más popular se hacía el lugar, invitaron a más artistas locales, nacionales y hasta internacionales.
LOCALES EN COCHABAMBA
Los Ex Duraznitos, Collasuyo, Fil Maxim, Primavera, Mi Cholita I y II, Quinta los Molles son algunos de los locales que cada fin de semana congregan a jóvenes de familias que migraron a la ciudad de áreas rurales.