Siete años sin “Amy”, recordamos a la artista y su legado cerca al aniversario de su muerte
Ariel antezana
Director
El Fin del Silencio
La percepción de tiempo es tan relativa que nos juega, habitualmente, crueles bromas, una de las más terribles es la sensación de cuánto ha pasado desde la perdida de alguien y, lo que es peor, lo que hizo en vida. Uno de los casos más recientes y menos gratos es el tiempo que ya vivimos sin Amy Winehouse.
Amy Jade Winehouse nació en Londres, Inglaterra, el 14 de septiembre de 1983. Desde muy niña fue mimada dentro la música por su padre Mitchell, quien, a pesar de ser conductor de taxi, siempre le cantaba a la pequeña Amy canciones de Frank Sinatra o Bing Crosby, cosa que ella replicaría más tarde en el colegio, llegando incluso a recibir quejas de parte del plantel docente que indicaba que era prácticamente imposible hacer que la pequeña se calle por un momento. Todos quienes la conocieron en su infancia, sabían, o al menos sospechaban, que la música corría por las venas de Amy Winehouse.
A los 13 años empezó a tocar la guitarra y un año después ya componía sus canciones. A partir de ese momento formó una banda de rap llamada Sweet N’ Sour, también creó una banda femenina de jazz. Era sólo cuestión de tiempo para que Winehouse fuera “descubierta” por algún productor y/o sello grande. Y esto sucedió con el empresario Simon Fuller, un importante cazatalentos, conocido por ser el creador de las marcas “Idols” como Pop Idol o American Idol, pero también por su, casi inexistente, ética de trabajo hacia sus artistas. Amy no duró mucho con él, después de mucha búsqueda encontró, ella diría más tarde, al igual que su padre a la única persona que la entendía al cien por ciento: el productor Salaam Remi.
El 2003, Amy Winehouse se da a conocer en el mundo del jazz, soul y R&B con su disco debut, el grandioso “Frank”, bautizado así en honor a Frank Sinatra. Curiosamente el homenaje a Sinatra sólo estaría en el título ya que las canciones que contenía el álbum eran escritas o coescritas por la mismísima Winehouse, un dato que no deja de ser llamativo.
“Frank” recibió las mejores criticas posibles para una cantante nueva, solista y desconocida; sin embargo y a causa de la fama y exposición, lo que, sí trajo críticas y muy ácidas hacia la cantante fue su imagen. Viviendo en una sociedad hipócritamente conservadora como la inglesa, nunca cayó bien a nadie que una cantante de jazz y soul se presente con tatuajes, piercings, fumando y bebiendo. Como ya había pasado antes con Janis Joplin y sin que nadie se diera cuenta, Amy Winehouse empezó a sufrir una profunda depresión a causa de su imagen.
Nada de lo vivido se compararía a lo que sucedió el 2006 con el lanzamiento de su segundo disco “Back to Black”, considerado el mejor álbum pop de aquel año, Brits Awards, 5 Grammys, MTV Música Awards y una infinidad más de premios confirmarían lo que la gente y los críticos ya sabían desde hace años. Amy Winehouse se convertía en la cantante más importante e imponente del nuevo siglo. Un disco perfecto, sin grietas, sin errores, un clásico absoluto desde el primer momento. El éxito, la fama y el reconocimiento fueron absolutos… Lastimosamente, hay sueños que traen fatales consecuencias a quienes los consiguen.
Amy Winehouse fue invitada a una infinidad de proyectos paralelos, dúos, apariciones, invitaciones y una cadena de presentaciones en vivo y giras que la tuvieron durante más de tres años fuera de casa. Y esas actividades, a pesar de los estudios forenses, fueron las verdaderas causas de su muerte.
Una persona sencilla, con una sensibilidad más allá de lo normal no siempre estaba preparada para la demandante e indolente vida de la fama y la fortuna. Amy Winehouse siempre fue una pequeña niña que adoraba cantar y que tenía un talento más allá de lo entendible y no sólo musicalmente hablando. Pero principalmente fue siempre, eso, una niña.
El alcohol pudo más que su sencillez, sensibilidad y talento. Y tan sólo dio la última estocada aquel triste 23 de julio de 2011.
Si hablamos de Edith Piaf, Etta James, Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Nina Simone, Carole King, Janis Joplin, Tina Turner o Aretha Franklin, debemos por supuesto hablar de Amy Winehouse, quien, como las mencionadas, no sólo fue una gran voz y una gran cantante sino, y tal vez lo más importante, un símbolo de la mujer como tal y sin ningún tapujo dependiente del hombre.
Amy Winehouse, además, como si fuera poco, está en ese club que tiene una particular incidencia en el mundo del rock, “El Club de los 27” junto a Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrisson, Kurt Cobain, Robert Johnson.
Recordamos hoy a la voz más conmovedora, profunda y poderosa del Siglo XXI. ¡Todo el respeto para Amy Jade Winehouse!
DISCOS Y PREMIOS
Una carrera de grandes éxitos
En 2003, se difundió el primer álbum de Amy Winehouse, que lleva por título “Frank” y que fue nominado a los Premios Mercury Music. También ganó un Ivor Novello award en 2004 gracias al sencillo “Stronger than Me”.
En 2006, Amy publica su segundo trabajo,“Back to Black”. Gracias a este disco,gana en 2007 un Brit Award como mejor artista británica. En junio de 2007,vuelve a ser nominada a los Mercury Prize y a los MTV Video Music Awards.