The Good Place” trata de segundas oportunidades en la vida
En esta serie, más allá de la aparente sencillez de su historia, nada es perfecto, ni siquiera ese “lugar bueno” del título que se muestra como un idílico cielo.
Allí despierta, tras una disparatada muerte accidental, la pendenciera Eleanor Shellstro, que en vida no fue ninguna angelita. Apenas es bienvenida a “The Good Place” por Michael, el arquitecto que diseñó ese más allá y se llama como el creador.
Eleanor presiente que llegó al utópico edén tras una falla en el sistema, ocupando por error el lugar de una buena persona.
La chica confirma su sospecha apenas le presentan a su supuesta alma gemela, un pretencioso profesor de filosofía llamado Chidi, con quien las tensiones no tardan en aflorar, aunque él decide enseñarle cómo convertirse en una buena persona. Ahí radica uno de los ejes de esta historia.
Eleanor trata de no ser descubierta por Michael para que no la manden al infernal “Bad Place”, pero ella sola se complica la vida (después de la muerte) al comenzar a competir, un poco por envidia y otro poco por aburrimiento, con su esbelta vecina, la filántropa Tahani.
La identidad es el concepto esencial en The Good Place y muchos momentos clave giran alrededor de la necesidad de dejar de ocultarse y mostrarse tal como es uno.