Cinco heladerías y confiterías que superaron al tiempo
Cochabamba es muy conocida por su excelente gastronomía, título que se ganó a lo largo de la historia gracias a la diversidad de ofertas que brindó y sigue ofreciendo a la población. Así, en la ciudad, aún existen heladerías y confiterías que se mantuvieron por más de 59 años y siguen conquistando a los paladares más exigentes.
Muchas de estas opciones iniciaron hace años y aún persisten porque los pioneros les pasaron o enseñaron las recetas y la forma de preparación a las generaciones siguientes (sus hijos, parientes o empleados). Los ahora responsables, señalan que su principal arma es mantener la calidad y sabor del producto que ofrecían desde el inicio y así, aunque muchos cambiaron de lugar y existen más ofertas en el mercado, la gente los sigue y los prefiere.
Wist’upiku, confitería San José y las heladerías: Recoleta, Zurich y España conforman esta lista de algunos negocios -en estos rubros- que aún funcionan y tienen más de 59 años en el mercado y forman parte de la tradición cochabambina.
01 Wist’upiku
En 1939 los esposos José Soliz y Elisa Lazarte ofrecieron a la población empanadas picantes y de queso que aún hoy son muy demandadas no sólo a nivel nacional, sino internacional.
“Gracias a nuestros clientes, las Wist’us llegan a Estados Unidos, Inglaterra y España, entre otros países”, comenta Daniel Butrón, responsable de marketing y ventas de Wist’upiku.
Actualmente, la hija de los fundadores María Blanca Soliz junto a sus hijos se hacen cargo del negocio. “Wilson Ramírez, el hijo mayor, le dio a Wist’upiku un enfoque y organización empresarial, lo cual permitió un crecimiento y expansión de la empresa”, explica Butrón.
Próximos a cumplir 80 años, Wist’upiku ofrece más de 30 productos y cuenta con 34 sucursales a nivel nacional: 15 en Cochabamba, 12 en Santa Cruz y 7 en La Paz.
“Somos pioneros en el rescate gastronómico, tal es el caso de la jawita (similar a la llaucha paceña), que está encantando al paladar cochabambino”, comenta el responsable.
Considera que la gente los prefiere porque ellos son muy rigurosos en el tratamiento de la calidad del producto, desde la recepción de la materia prima hasta que llega a la mesa del consumidor.
Sus productos estrellas son la empanada de queso y el helado de canela.
Atienden de lunes a viernes desde las 7:30 hasta las 19:30.
Wist’upiku es un vocablo quechua que significa boca o pico chueco. Este sobrenombre le puso la gente al fundador José Soliz. Una esquirla de granada le hirió los labios en la Guerra del Chaco.
02 Confitería San José
Desde sus inicios, en 1951, esta confitería fue muy conocida por sus hot dogs (perro caliente). Juan Arce y Julia Rocha iniciaron el negocio un 19 de marzo, por eso lleva el nombre del santo José.
Natividad Arce, la hija que se hace cargo de la confitería, indica que su papá era sastre y trabajaba principalmente para autoridades, pero no pagaban por el trabajo. Por ello, su madre pensaba en dedicarse a otro rubro. Tenían la sastrería en la avenida Perú (hoy la Heroínas) y una vecina les pidió que le alquilen durante el Carnaval para poder vender hot dogs y sándwich. Esto alertó a la madre e iniciaron el negocio que este año cumplió 68 años.
Hot dogs, jugos de fruta (muy mentado el de tumbo) y las pailitas fueron los primeros productos que ofrecieron. Actualmente, aumentaron las ofertas -a más de 12- e incluso tienen almuerzo con buffet de ensaladas.
Natividad considera que la calidad del producto, el trato familiar y los precios económicos son los motivos por los cuales la gente es fiel a la confitería y a pesar de que cambiaron de lugar, la gente los sigue.
“Yo soy la cateadora oficial”, dice Natividad, quien desde sus 12 años ayudó a sus papás. Actualmente, los chorizos los prepara un profesional en el rubro solamente para la confitería. “Él logró sacar el sabor”, dice.
Explica que es un chorizo especial, mezcla de res y chancho, con tripa natural, no tiene grasa, ni soya. Asimismo, el pan -de harina integral y blanca- que ellos preparaban antes, ahora lo encargan a otras personas que siguen la receta original.
Confitería San José está ubicada en la España esquina Colombia. Atienden de lunes a sábado de 11:00 a 22:30.
03 Heladería Recoleta
En Cochabamba, los helados artesanales de canela y leche de la heladería Recoleta forman parte de la tradición.
Alcira Morales inició el negocio, en 1959, en la acera de su vivienda “con taburetes y asientos de piedra”, relata su hija, Mary Morales.
Recuerda que acudieron a la heladería diversas personalidades y autoridades, entre ellos René Barrientos y Hugo Bánzer.
Actualmente, se hacen cargo del negocio siete de los nueve hijos. Los otros dos están en Estados Unidos.
“Cuidamos mucho la calidad de los productos, la calidez de la atención y la limpieza”, dice la hija, quien considera que su mamá era muy activa y visionaria. En época de invierno no se vendía mucho helado, entonces se empezó a elaborar api y tojorí con pasteles y buñuelos. Posteriormente, humintas -a la olla y al horno-, sándwich de chola y más.
Explica que los helados son artesanales y sin conservantes, con frutas de la temporada. Cuentan con más de 22 sabores. Actualmente, ellos elaboran todos los productos, cada uno tiene a su cargo una determinada tarea.
“Gracias a Dios tenemos clientela todo el año. Nosotros somos muy unidos, con principios y valores. Estamos bien organizados, con normas, reglas y sanciones como una empresa”, explica Mary.
La heladería Recoleta atiende todos los días de 7:00 a 21:00. Está ubicada en la Aniceto Padilla casi plazuela Recoleta.
04 Tea room Zurich
En 1959, el suizo Siegfriend Lanz abrió en Cochabamba el Tea room Zurich, donde la copa de helado Vienesa y la masita mil hojas con crema pastelera eran muy requeridas por la clientela.
Posteriormente, se hizo cargo del negocio su hijo, llamado también Siegfriend, y desde hace 22 años se encarga el nieto Eugen Hutterli que se vino de Suiza y se quedó en Cochabamba.
Eugen aprendió a elaborar los helados y masas estilo suizo con su tío. “Mantengo la calidad. Los productos no tienen conservantes, todo es natural y los preparo personalmente”, dice Hutterli, que ahora atiende en la calle La Paz casi plazuela Quintanilla, de lunes a domingo de 15:30 a 19:00.
05 Heladería Colonial España
Oswaldo Torrico abrió en 1969, en Cochabamba, la heladería España donde se elaboraban helados artesanales italianos . Los pingüinos (helado de coco bañado con chocolate) y la copa Vienesa eran muy requeridos.
El orureño Juan Carlos Gonzáles, a sus 11 años empezó a trabajar en la heladería, primero de ayudante luego como maestro o preparador de helados. La heladería se cerró en 1981.
“Yo fui el último trabajador de esa heladería”, dice Gonzáles. Mi sueño siempre fue devolverle a Cochabamba los helados tradicionales. Por ello, el 2007 reinauguró la actividad como Heladería Colonial España y ofrece helados 100% naturales de fruta seleccionada, sin conservantes ni colorantes, preparados como en épocas pasadas. Actualmente, cuenta con 20 sabores. Tiene pingüinos, copas, chupetes y conos. “Tengo mucha aceptación de la población y está muy a gusto con los productos, pues son los sabores de la antigua heladería ”, dice Gonzáles.
Atiende en la avenida Heroínas Nº 1024 entre Pasteur y Aureleo Meléan. Cuenta con una sucursal en la Diómenes Pereira esquina Batallón Colorados.