Rebeca Poma y Chispita, un encuentro que cambió sus destinos

02/05/2019
Chispita encontró en Rebeca una salvadora; y la cachorra fue un estímulo para crear los andadores, un proyecto que crece cada día con amor.

El llanto desconsolado de un cachorro irrumpió en un barrio cercano a la avenida Siglo XX de la ciudad de Cochabamba. Rebeca Poma y su mamá se asomaron a su balcón y vieron a un perrito, de dos meses, que se arrastraba por el suelo de una casa cerca mientras aullaba de dolor. Unos niños le habían lanzado una enorme piedra que lastimó su columna y le causó graves lesiones.

Rebeca rescató a la cachorra tras una discusión con sus primeros dueños que no querían entregarla, pese al maltrato al que fue sometida.

Tenía compresión de su columna vertebral, una fractura de fémur y cadera; además perdió parte de su pata trasera por necrosis.

Los veterinarios no daban esperanza para su rehabilitación y la opción que brindaban era la eutanasia. Rebeca se negó.

La joven cursaba cuarto semestre de Medicina Veterinaria y decidió dar a la cachorra una oportunidad de vida. La vacunaron, le dieron vitaminas y un nombre nuevo: Chispita.

Chispita, pese a que no podía mover sus extremidades posteriores, era muy juguetona. “Ella era bien inquieta y por eso no veía que estaba sufriendo, como muchos piensan”, relata Rebeca.

Primero buscaron andadores en el mercado nacional, pero al no encontrarlos intentaron pedir al exterior, pero eran caras y con tamaños estándar que no respondían a las necesidades de Chispita.

Con ayuda de su papá, fabricaron una silla de ruedas. La primera lastimaba su cuerpito y no era cómoda, pero fueron perfeccionando en el tiempo.

Chispita ya tiene seis años y durante este tiempo le hicieron 20 sillas de ruedas, incluso tiene una con luces que usa para pasear en Navidad.

“Me ha cambiado la vida. Sin ella no hubiera entrado a esta área. Yo pensaba en (especializarme en) avicultura. Teníamos el sueño con mi papá, pero ella apareció y me cambió la vida. Me encanta esta área. Buscar formas para que ellos mejoren”, cuenta.

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El inicio de “Ruedas Can”

Rebeca Poma y Chispita, un encuentro que cambió sus destinos

Un domingo, Chispita y su familia fueron a pasear al Prado y comer helados. Las personas miraban con curiosidad el andador y más de uno se atrevió a acercarse.

“Muchas personas se nos han acercado y me pedían mi número. Les dije “ya” y les di en un papelito y ya vinieron a buscarme”, recuerda Rebeca.

“No era el único caso, había muchos perritos que tenían este problema”, relata.

Durante el desarrollo de su carrera, existieron muchas voces que no confiaban en lo que podía lograr Rebeca, sin embargo, ella perseveró y nació “Ruedas Can”, la veterinaria dedicada a la rehabilitación de perros y gatos.

Andadores de rehabilitación, permanentes, con pedales, bastones para perros ciegos, férulas, prótesis para miembros inferiores, sirenitas y otros productos forman parte de la oferta de “Ruedas Can”.

Todo es realizado por Rebeca, con ayuda de la empresa Isatec, que es propiedad de su hermano Samuel, que estudió Ingeniería Electrónica.

 

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Crear máquinas

Samuel y Rebeca, lograron armar una piscina para rehabilitación acuática, que puede soportar hasta 30 kilos, pero se desea ampliar la capacidad.

La construcción tomó 5 meses y tuvieron que subsanar algunos detalles como la filtración de agua, pero ahora los gatos y perros pueden realizar caminatas en agua atemperada sin producir presión en sus extremidades.

“Hicimos una hidroterapia que no existe en Bolivia, sólo hay en España. Hemos tenido que fabricarla”, señala Rebeca.

El anhelo de la joven cochabambina es ampliar su consultorio y equipar con más máquinas que ayuden a los animales a una mejor calidad de vida.

Uno de los proyectos de los hermanos es la incubadora para los cachorros. La máquina se encuentra en fase de prototipo y se necesitan hacer evaluaciones.

Rebeca Poma, junto a su familia, lograron dar una oportunidad de vida a Chispita, pese a las críticas. Con “Ruedas can”, otros perros y gatos logran su rehabilitación y permanecer con sus familias.

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Rebeca Poma junto a su hermano Samuel y su esposa, observan a Chispita.
José Rocha

Créditos redacción: 

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Yvonne León

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José Rocha

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Gerardo Bravo