Trabajadoras del hogar, los desafíos para dignificar su labor

26/06/2017
La situación de las trabajadoras del hogar siempre fue un tema de debate. Instituciones relacionadas al trabajo y la defensa de los ciudadanos afirman que existe un avance importante en la sociedad en cuanto al respeto a los derechos de este sector, sin embargo esta población considera que aún queda un camino muy largo para mejorar sus condiciones.

Zenobia Mamami tiene más de 34 años como trabajadora del hogar. Cuando comenzó, a sus 12 años, recibía un sueldo mensual de 100 bolivianos por trabajar los siete días de la semana.

Ella ahora es la secretaria general del Sindicato de Trabajadoras Asalariadas del Hogar de Cochabamba y recorre las 17 agencias de empleo que existe en el centro de la ciudad para ver las situaciones en la que estas mujeres son contratadas.

“El sindicato realiza talleres de capacitación de diferentes temas. Como la mayoría de las trabajadoras somos migrantes de las áreas rurales, tenemos miedo a hablar de nuestros derechos”, dice Zenobia al interior de las instalaciones del sindicado, un salón equipado con máquinas de coser, computadoras y mensajes en las paredes con lemas como: “Haz respetar tus derechos”.

Considera que el miedo a exigir sus derechos y el desconocimiento de los mismos son las principales barreras que se deben romper para que se trate de llegar a un escenario de igualdad.

La situación de este sector siempre fue un tema de debate. Instituciones relacionadas al trabajo y la defensa de los ciudadanos afirman que existe un avance importante en la sociedad en cuanto al respeto a los derechos de este sector, sin embargo los trabajadores considera que aún queda un camino muy largo para que se mejoren sus condiciones.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) hace énfasis en que los trabajadores domésticos constituyen una parte considerable de la fuerza de trabajo en empleo informal y se encuentran entre los grupos más vulnerables.

¿Qué tanto avanzó en Bolivia en la reglamentación, promoción y cumpliendo de las trabajadoras del hogar?

Testimonio de una trabajadora del hogar

Algunas cifras para entender a esta población

A nivel nacional se calcula que hay más de 77.000 trabajadoras que se dedican a este rubro y en el departamento se estima unas 20.000 personas. 

Según datos que difundió el Instituto Nacional de Estadística (INE), el ingreso promedio mensual de las trabajadoras del hogar subió de 727 Bolivianos en 2006 a 1.661 Bolivianos en 2015, reportando un incremento de 128,5 por ciento a lo largo de una década.

Asimismo, las estadísticas indican que el número de horas trabajadas por semana de las empleadas del hogar se redujo; en 2006 era de 50,8 y para el 2015 reportan 46,1 horas.

La Ley General del Trabajo, en su artículo 46 establece la jornada laboral no mayor a ocho (8) horas de trabajo por día, así como no se puede trabajar más de cuarenta y ocho (48) horas por semana para los varones y no más de cuarenta (40) horas por semana para las mujeres.

Sin embargo el sindicato no coincide con estos datos. “Por más que se diga que son ocho horas de trabajo no se cumple porque el empleador trata de dartemás tareas y son más horas de trabajo”, dice Julia Chambi, secretaria de Relaciones de este sindicato. 

Un marco legal alentador pero sin aplicación

La promulgación de “Ley Nº 2450 de Regularización del Trabajo Asalariado del Hogar” de 2003 se considera uno de los mayores avances para las trabajadoras del hogar.

El representante del Defensor del Pueblo en Cochabamba, Nelson Cox, realza la importancia de esta  ley para garantizar que las trabajadoras puedan desempeñar sus labores sin abusos. “El problema no es que no existan normas, el problema es ver cuántas compañeras se animan a efectuar los derechos que aparecen en esa norma”, expresa Cox.

El artículo 8 de esta norma señala: “Todo trabajo del hogar realizado bajo dependencia, está sujeto a los siguientes derechos: pago de salarios, indemnización por años de servicios, desahucio en caso de despido injustificado, aguinaldo, vacaciones, sindicalización, afiliación a la Caja Nacional de Salud, en el marco de lo dispuesto en la Ley General del Trabajo, su Decreto Reglamentario, Código de Seguridad Social y disposiciones conexas”.

Asimismo, en 2013, Bolivia depositó ante la OIT su ratificación del convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos. Este acuerdo, conocido como el Convenio 189, establece los derechos y principios básicos, y exige a los estados tomar una serie de medidas con el fin de lograr que el trabajo decente sea una realidad.

“Creemos que la situación de las trabajadoras ha mejorado a comparación de años pasados. Anteriormente ellas no eran consideradas trabajadores, sino eran empleadas domésticas. Este denominativo era como si ellas fuesen una mascota de la familia. Creemos que la nueva norma les ha dado el denominativo correcto, creemos que ha mejorado sustancialmente su situación”, considera Adolfo Arispe, director regional de la Jefatura Departamental de Trabajo.

En la misma líena Cox sostiene que la difusión de estas leyes por parte de las organizaciones de las trabajadoras del hogar tiene un impacto considerable. Sin embargo, también indica que existen deficiencias en cuanto a los mecanismos del Estado para poder aplicarlas. “El Ministerio de Trabajo es una institución que no tiene que estar esperando que vayas a denunciar, ellos tienen que obrar de oficio”, manifiesta.

La Federación Nacional de Trabajadoras Asalariadas del Hogar (Fenatrahon) realiza constantemente publicaciones de las normas que están relacionadas a su sector, así como campañas radiales para fomentar a sus compañeras a hacer resperar sus derechos. Pese a todo esto consideran que existe todavía un desconocimiento general. 

Pocas denuncias: ¿menos abusos o más miedo a hablar?

La oficina departamental de la Defensoría del Pueblo recibió desde agosto una sola denuncia relacionada con trabajadoras del hogar. De la misma manera la Jefatura Departamental de Trabajo coincide en que el flujo de denuncias relacionadas con este sector es mínima.

“Ya no se reportan muchos casos de esas denuncias, antes si se conocían casos de adolescentes que eran explotadas en un hogar”, indica Cox.

“Recibimos denuncias que no son muy cotidianas, entonces hacemos la atención y orientamos”, manifiesta por su parte Arispe.

Julia Chambi, secretaria de Relaciones de este sindicato, considera que los abusos se siguen produciendo, pero que la mayoría de las veces no llega a la denuncia. “La gran mayoría no respeta las leyes y las trabajadoras no conocen sus derechos”.

En esa misma línea, Zenobia Mamami indica que la mayoría de las trabajadoras del hogar provienen de áreas rurales, por lo que desconocen los mecanismos de protección que ellas cuentas, por lo que es difícil que se produzca una denuncia. “Cuando tienen miedo no dicen nada y entran de calladas y así es como surgen los problemas”, considera.

El Sindicato de Trabajadoras Asalariadas del Hogar se ha convertido también en un centro de acopio de denuncias, donde mujeres jóvenes provenientes de áreas rurales recién llegadas a la ciudad relatan los abusos que sufrieron. 

“Muy pocas cobran un salario mínimo”

“Son raros los casos en que los empleadores que pagan un sueldo superior a los 2.000. bolivianos. Debe ser 1 de 100”, considera Zenobia.

Una apreciación que hace el Sindicato de Trabajadoras del Hogar es que solo el 20 por ciento recibe el sueldo mínimo establecido.

“La situación está muy difícil porque las trabajadoras, por la necesidad, son obligadas a aceptar un sueldos bajos que ofrecen, porque hay una oferta y una demanda”, considera por su parte Julia Chambi.

Las representantes del sindicado dicen que el sueldo promedio que recibe una trabajadora del hogar por realizar una labor de tiempo completo es de 1.500 bolivianos mensuales. Asimismo se está observando que muchas de los empleadas optan por contrataciones de medio tiempo, en las cuales ofrecen 700 bolivianos por jornadas que van de las 8:00 hasta las 14:00.

“Dicen que es medio tiempo, pero realmente no es así, porque entran 8 de la mañana y están saliendo dos o tres de la tarde y están ganando ni la mitad del salario mínimo”, indica Julia.

Arispe indica que la denuncia común que tienen en la Jefatura Departamental del Trabajo tiene que ver con el tema del salario. “Hacemos la orientación de indicar qué tienen que ganar, según la normativa, el mínimo nacional, que anteriormente eran 1.805 y que ahora desde el primero de mayo es de 2.000 bolivianos”, indica el funcionario público.  

Remarcó que en caso de que alguna trabajadora doméstica no esté percibiendo este monto por un trabajo a tiempo completo, tiene todo el derecho a presentar una denuncia ante esta instancia.

Sin embargo, tanto el sindicato de trabajadoras y la Defensoría del Pueblo consideran que se está produciendo un escenario en el  que las familias ya no pueden cubrir un salario mínimo para una trabajadora del hogar y esto se evidencia en una disminución en la oferta de empleo.

“A muchos empleadores ya no les conviene tener una trabajadora del hogar, ya no les alcanza para pagar un salario mínimo”, añade Julia. 

La batalla por la seguridad social

La visibilización de la lucha de las trabajadoras del hogar para contar con seguro social lleva por lo menos 10 años. “Todos los derechos que menciona la ley general también son nuestros derechos”, enfatiza Zenobia.

Cada 30 de marzo, ocasión que se recuerda el Día de la Trabajadora del Hogar, autoridades de diversas instancias se acercan a los sindicatos de todo el país para acompañar al sector durante estas celebraciones. El Decreto Supremo 28651 dispone ese día asueto para a todas las asalariadas.

Las trabajadoras aprovechan la atención de autoridades y medios de comunicación para realizar su pedido de siempre, seguridad social haciendo énfasis en la necesidad de contar con un seguro de salud.

“El trabajo asalariado del hogar está sujeto a afiliación a la Caja Nacional de Salud, para cuyos efectos se realizarán los aportes y descuentos correspondientes, de conformidad a lo dispuesto por el Código de Seguridad Social que rige para la materia”, señala el artículo 9 de la Ley del Trabajo Asalariado del Hogar.

La Jefatura Departamental del Trabajo considera que el seguro de salud es un derecho que debe ofrecer el empleador porque así lo estipulan las leyes y por tanto es obligatorio. “No es debatible, está en la normativa y la norma no la podemos negociar y los derechos laborales peor. El seguro médico corresponde al empleador”, explicó Arispe. ´

Julia Chambi indica que los desgastes físicos multiplicados por todos los años de trabajo dejan su huella en la salud de las trabajadoras, sobre todo en las personas mayores de edad, por lo que el seguro de salud es una de sus grandes necesidades.  Sin embargo, menciona que ninguna afiliada de su sindicato cuenta con seguro médico.

Señala que uno de los grandes obstáculos es la burocracia del sistema de salud para la afiliación. “Hay empleadores que quieren asegurar a sus trabajadoras, pero la Caja de Salud no te permite porque no trabajamos en una empresa”.

El representante del Defensor del Pueblo en Cochabamba también apunta a este problema diciendo que el tema de la falta de un seguro de salud es algo que padece todo el sector informal. Considera que una de las formas para hacer frente a este problema es discutir seriamente sobre la implementación de un seguro universal de salud. 

En el contexto actual puede resultar difícil avanzar en estos puntos, un camino aún con varios obstáculos y divergencias que entran en debate; pero es un desafío urgente que mientras tanto se consolide un trabajo digno con remuneración adecuada para este sector.

 

Por: José Romero

Fotos: Fenatrahob, Los Tiempos

Vídeo: Gerardo Bravo