Crímenes en zonas rurales y víctimas con pocos meses, los infanticidios en Cochabamba

23/04/2018
Cochabamba es la segunda región en el país con la mayor cantidad de este tipo de flagelos, de acuerdo a datos de 2017.

El mes en que se recuerda el Día del Niño, Cochabamba fue testigo en solo fin de semana de actos de violencia extrema con infantes con el registro de dos infanticidios. El sábado 14 de abril, Sarahí (1) y Eloisa (2) perdieron la vida bajo la mano de quienes se suponen son sus protectores. La primera fue degollada por su madre en la zona de Cerro Verde y la segunda murió por golpes en la cabeza que le habría propinado su tutora, en el sector del hipódromo.

En lo que va del año, ya se registran tres infanticidios en el departamento, un número similar que se registró a estas alturas en la gestión pasada. El nivel de violencia se mantiene. 

Cochabamba es la segunda región con este tipo de flagelo, después de La Paz, de acuerdos a datos de 2017. Sin embargo, al realizar una mirada más profunda, las cifras demuestran que los asesinatos a menores van en aumento. 

Los infanticidios en Cochabamba se incrementaron exponencialmente en 2017 en relación al 2016, cuando en el departamento, se registraron cinco infanticidios, mientras que en 2017 las cifras ascendieron a 13 casos.

El departamento es una muestra de la escalada de violencia que sufre el país y el mundo. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada 10 minutos, en algún lugar del mundo, una niña muere como resultado de violencia. Estimaciones de Unicef, señalan que cada año 25.000 niños son asesinados en Latinoamérica y el Caribe.

La Fiscalía informó que durante el 2017 registró 70 casos de infanticidio en el país, en 2016 esta cifra fue de 34. En los que va de la gestión ya se registraron 23 infanticidios a nivel nacional.

Los números indican que cada año los hogares se vuelven más peligrosos para los niños.

¿Qué representa un infanticidio en Bolivia?
La pena es de 30 años de cárcel sin derecho a indulto.

“En infanticidio es el crimen más silencioso y oculto que hay en el país, no hay crimen que se le parezca”, expresa Melisa Ibarra, representante de la Red Contra el Infanticidio y el Abuso Sexual, quien asegura que la mayoría de los asesinatos a niños lo perpetran los propios padres. “Éste es un fenómeno social y no estamos haciendo nada para evitarlo”, asegura la activista. 

El nuevo Código Niño, Niña y Adolescente (548), promulgado el 14 de julio de 2014, redefinió la tipificación de este delito y aumentó la sanción penal. El Código establece que comete infanticidio “quien mate a una niña o un niño desde su nacimiento hasta sus 12 años”, y fija una pena de presidio de 30 años sin derecho a indulto.

La pena se aplicará cuando el hecho se haya producido en situación de vulnerabilidad de la niña o niño por el sólo hecho de serlo; haya sido víctima de violencia física, psicológica o sexual, con anterioridad a la muerte, por parte del mismo agresor o haya sido víctima de un delito contra la libertad individual o la libertad sexual, con anterioridad a la muerte por parte del mismo agresor.

Antes de la aprobación de la Ley 548, el delito de infanticidio era sancionado con una pena de uno a tres años y se lo entendía como la muerte de un infante hasta los tres días de nacido.

Pese al endurecimiento de las normas, organizaciones que trabajan por los derechos de los infantes consideran que existe un “adultocentrismo” latente en la sociedad boliviana que minimiza los hechos de maltrato hacia los niños.

“Nuestra sociedad todavía no ve a los niños como personas. Porque si los concibieran como personas no los matarían de esa forma”,  indica la directora ejecutiva de Defensa de Niñas y Niños Internacional (DNI) Bolivia, Rina López.

Indica que en muchas ocasiones el maltrato tiene que ver con asuntos superficiales que de no tratarse de un niño, no serían motivo de castigo.

“El principal factor del infanticidio es el adultismo. A la mayoría de los niños se los mata por la concepción adultocentrista en esta sociedad, que se trata de la percepción inocente de que los niños son inferiores, por lo que deben someterse”, dice por su parte Ibarra.

En este sentido, instituciones que trabajan por los derechos de los niños  cuestionan las cifras que arrojan la Fiscalía y la Policía, indicando que estos números no reflejan la realidad de este tipo de flagelo en el país.

“Las tantas cifras que lanzan autoridades están mal planteadas y mal recopiladas. Se tiene que aumentar un cero para acercarse a la realidad”, añadió la representante de la Red Contra el Infanticidio.  

“Hay infanticidios visibles y hay infanticidios invisibles, que como sociedad no nos informamos porque no salen en las noticias”, añade en la misma línea la directora ejecutiva de DNI.

¿Qué sucede en Cochabamba?
En lo que va del año, ya se registraron tres casos de infanticidio en Cochabamba.

La madre de Sarahí, Virginia C. (24), la degolló con un cuchillo de cocina, porque oyó voces que le dijeron que su hija estaba embrujada y debía matarla. La infante fue enterrada ayer por sus familiares en el Cementerio General de la ciudad.

Mientras Sarahí fue enterrada por sus familiares; nadie se apersonó a reclamar el cuerpo de Eloisa.

“En el caso de las dos niñas fallecidas, hemos coordinado las acciones con el Ministerio Público, asistiendo a los actos investigativos, solicitando la detención preventiva de las personas involucradas”, dijo al respecto de estos dos casos Johnny Bustamante, jefe de la Defensoría de la Niñez del municipio de Cochabamba.

Según datos de esta institución, Cercado registró un solo caso de infanticidio el año pasado y  los casos de Sarahí y Eloisa son los únicos casos que tiene este municipio en lo que va de esta gestión. Anteriormente se registró un caso en Tiquipaya, por lo que suman tres casos en el departamento.

El director departamental de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), Luis Choque, indica que a pesar que estos últimos casos conmocionaron a la población, el número de infanticidios en Cochabamba es relativamente menor a comparación de otros departamentos como La Paz y Santa Cruz.

Choque informó que esta instancia atendió nueve casos el año pasado, los cuales muestra las siguientes características.

De los nueve casos, ocho tuvieron lugar en zonas rurales del departamento, en los lugares de Sipe Sipe, Chimboco, Iscaypata, Villa Tunari,  Palca, Parotani, Vacas y El Paso. Solo un caso se suscitó en la ciudad de Cochabamba.

Asimismo, en más del 80 por ciento de los casos la edad de las víctimas no supera el año y medio, es más, la mayoría de los homicidios fueron a menores que no llegaron a los seis meses.

 

 Víctima del caso 1

Un año y nueve meses

 Víctima del caso 2 Siete días de nacido 
 Víctima del caso 3 Un mes y dos semanas
 Víctima del caso 4 Tres meses
 Víctima del caso 5 Un día de nacido
 Víctima del caso 6 Un año y seis meses
 Víctima del caso 7 Tres años
 Víctima del caso 8 Dos meses
 Víctima del caso 9 Tres años

“La mayoría de los infanticidios se producen de los cero a los tres años, en los primeros umbrales de la vida”, manifiesta al respecto el director de la Felcv.

La mayoría de los victimarios son las madres de los niños

“La mayoría de los infanticidios se producen de los cero a los tres años, en los primeros umbrales de la vida”, manifiesta al respecto el director de la Felcv. 

Asimismo, los victimarios, de los nueve casos, seis tienen que ver la madre del infante. El resto de los casos los victimarios correponden al padre u otro familiar del niño. 

En una anterior la Fecv indicó que mayoría de los casos, los progenitores de las víctimas son menores de edad y viven con sus parejas en condición de concubinato.

De los nueve casos atendidos, cuatro mujeres terminaron con la vida de sus criaturas sumergiéndolas en una fuente con agua.

Causas frecuentes

“Una de las principales causas para que se decida quitar la vida de un hijo tiene que ver con el aspecto económico”, asegura la representante de la Red Contra el Infanticidio y el Abuso Sexual.

La activista indica que en muchas familias numerosas pobres prevalece la visión económica al momento de concebir hijos. Se toma en cuenta más a los varones porque significan una fuerza de trabajo más aprovechable que lo que representa una niña, por lo que muchas veces se decide terminar con la vida de ellas.

Ibarra también señala que el tema de la violencia física y sexual representa una de las principales causas que pueden llegar a terminar con la vida de un menor. “Son 80 kilos contra 5 kilos”, expresa. 

También señala que la violencia sexual conduce al infanticidio, argumentando que los hombres que violan a niñas luego deciden matarlas para no dejar rastro de su crimen.  

La Policía señala que los temas pasionales también juegan un factor importante. “Las causas que muchas veces se registran tienen que ver con la sensación de perjuicio de algunas madres respecto a sus hijos. Al terminar una relación y empezar otra, su hijo es visto como un estorbo o perjuicio porque encuentran una nueva pareja”, indica el director de la Fecv.

Choque asegura que en la mayoría de los casos de agresión a los menores, los hechos se van tornando cada vez más violentos hasta llegar a su muerte.

El asesinato de niños, sobre todo aqueños que recién están llegando a la vida, resulta uno de los crimenes más fáciles de perpetrar y esconder, debido a que se produce en el mismo seno de la familia y son cometidos por aquellos se suponen son los protectores de estos menores. Se cree que la mayoría de de estos asesinatos siguen escondidos bajo la tierra, producto de una sociedad que incrementa sus niveles de agresividad  hacia los infantes. 

Créditos redacción: 

José Romero: 
Texto e infografías
Los Tiempos y agencias: 
Fotografías