Cochabamba, vulnerable y sin cultura sísmica
Giuliana Jaldín
La tierra se mueve constantemente en Bolivia. Cada año se registran hasta 1.700 sismos. Solo en enero se reportaron 32, cuatro más que los que se produjeron el mismo mes en 2018.
A pesar de que no remecen en la mayoría de los casos, por su baja magnitud, existe la alerta de que ocurra un acontecimiento de mayor intensidad y Cochabamba no está exenta de ello, debido a que es una de las regiones más vulnerables a este fenómeno.
La falta de programas de prevención y planes específicos; además del vacío en materia legal en este ámbito dificulta contar con los marcos e instrumentos que permitan una gestión eficiente.
En el país no hay una norma precisa que abarque el tema de sismos. El año pasado la Comisión de Gobierno, Defensa y Fuerzas Armadas trabajó en un proyecto de ley, en la Cámara de Diputados, pero sin éxito ya que fue rechazado.
"Estamos trabajando en el reglamento, el trabajo continuará este año. En esta nueva gestión lo mandaremos de nuevo", informó Dulce María Araujo Domínguez, integrante de esta Comisión.
Por el momento, está vigente la Ley 602 de Gestión de Riesgos, de 2014. La misma comprende de forma integral la reducción del peligro a través de la prevención, mitigación y la atención de desastres y/o emergencias ante los desastres naturales, entre ellos los sismos.
Cochabamba frente a los sismos
El departamento es una de las regiones del país potencialmente susceptible a sufrir algún sismo. Anualmente se registran hasta 150. El más devastador fue el que se produjo en Aiquile en 1998, considerado como el siniestro más grave registrado en el cono sur en los últimos 50 años.
Bolivia está dividida en cinco zonas morfo-tectónicas con características geológicas y geográficas específicas. Por un lado, la cordillera occidental y altiplano; además de la región subandina. Por otro, la cordillera oriental e interandina. Cochabamba está entre estas dos últimas.
De acuerdo a Gonzalo Fernández, director General del Observatorio San Calixto, la mayor parte del departamento, en especial el trópico, es vulnerable a terremotos con sismicidad superficial, es decir la más peligrosa dependiendo de su magnitud.
"Cochabamba tiene tanta sismicidad superficial debido al proceso de acortamiento del Oroclino Boliviano, la corteza terrestre se deforma. Se da por el contacto de la placa de Nazca con la de Sudamérica", es la explicación técnica de Fernández.
"Prevenir antes que lamentar"
Nadie puede predecir un sismo, ni su magnitud y éstos pueden presentarse en cualquier momento. Por ello, es imprescindible la concientización y capacitación respectiva con el fin de preparar a la población ante un fenómeno de esta naturaleza.
Sin embargo, no hay un programa anual que se realice periódicamente a nivel nacional. "No hay normas específicas, ni procedimientos de ejecución (…) Un soldado podría convertirse en víctima", manifestó Carlos Azcárraga, coordinador de Grupo Especial de Operaciones de Salvamento (GEOS) en Cochabamba.
La última capacitación, dijo, fue hace dos años con el apoyo de las autoridades y del proyecto de fortalecimiento a la Primera Respuesta de Atención a Emergencias en Bolivia (PRAE).
"Bolivia es una zona sísmica en potencia. Lastimosamente no estamos preparados en cultura (sísmica), ni en equipamiento de unidades de rescate. Si habría un sismo de magnitud, las unidades no darían abasto", lamentó.
La falta de capacitación y concientización se suma al desinterés de la población. "Cuando hay un temblor, todo el mundo quiere capacitación, si no hay nada, ni escuchan de capacitarse", remarcó Bernardo Aranibar, director del SAR-Bolivia.
Para Aranibar la idea de la prevención es "estar preparado y no necesitarlo a que de pronto necesitarlo y no estar preparado".
De acuerdo a la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) de la Gobernación se cuenta con un plan de contingencia articulado con varias instituciones para responder ante una situación de riesgo, entre ellos los sismos. Sin embargo, no hay un departamento sismográfico en Cochabamba.
Otro problema, que viene junto a la falta de políticas educativas integrales sobre el tema, es la planificación urbana. La mayoría de las construcciones no cuentan con sistemas antisísmicos en sus estructuras. Por el momento, la Ley 602, 247 y 428 regula los asentamientos en zonas de riesgo y prevé que los municipios asuman acciones de prevención y mitigación en los lugares donde se hayan aprobado construcciones.
"Cultura sísmica"
El director General del Observatorio San Calixto dijo que esa institución brinda charlas en los diferentes departamentos, siempre y cuando lo soliciten, lo que no ocurre muy seguido, a excepción de Aiquile.
Un equipo de ese establecimiento llega cada año a esa región cochabambina para realizar encuentros informativos y capacitación sobre qué hacer antes, durante y después de un sismo.
El programa denominado "cultura sísmica" se realiza, desde 2017, en coordinación con la Alcaldía de Aiquile y la parte episcopal. En la actualidad, esa localidad cuenta con un equipo de última generación que permite la trasferencia de datos de los sismos en tiempo real.
Se trata de un acelerómetro y sismómetro, el primero en la historia del país. Permite realizar los reportes en el menor tiempo posible.
"Cochabamba es una región a la que no queremos descuidar. Estamos realizando gestiones para instalar (otra) estación sísmica para que cubra la parte norte, en la zona del trópico probablemente", manifestó.
El Observatorio tiene una experiencia de 106 años en el área. Monitorea los sismos registrados en Cochabamba, Bolivia, pero también en el mundo. Es el Centro Nacional de Datos, Autorizado por la Red Mundial de Estaciones Sísmicas.
Un equipo multidisciplinario trabaja las 24 horas, los siete días de la semana. Tiene 16 estaciones en los diferentes departamentos y cuenta con profesionales altamente capacitados en países como Alemania, Japón, Brasil y Colombia.
Análisis
Estela Minaya Ramos, geóloga e investigadora, con maestría en geofísica
"No le damos la importancia que se debe"
En el país no hay trabajos actuales sobre sismología. En años pasados se realizaron investigaciones sobre las fallas e implementación de una estación sismográfica, pero sin éxito. Por el momento solo Aiquile cuenta con una con todos los equipos adecuados. No hay en la ciudad de Cochabamba.
Este es un tema al cual no le damos la importancia que se debe. Es primordial conocer de todos los riesgos geológicos, entre ellos los sismos. Por lo menos lo elemental, a pesar de que en nuestro país no se den forma periódica o de magnitud fuerte.
Por otra parte, el estudio de los sismos debería se multidisciplinario, un trabajo conjunto entre geólogos, geofísicos, arquitecto, entre otros profesionales. No tenemos un estudio del tipo de suelo y construcción por ejemplo.
Se necesitan investigaciones integrales y multidisciplinarias sobre sismicidad, que se hagan en base a un protocolo y de forma continua, y en coordinación entre autoridades y universidades.
Lo adecuado sería realizar una revisión cada tres años sobre la evolución de la actividad física, y de acuerdo a ello hacer los análisis correspondiente.
En la actualidad, se hacen los estudios individuales, es decir solo cada vez que hay un sismo y se acaba ahí.
Por Giuliana Jaldín
Fotos: Los Tiempos / Marvin Rodriguez / OMS / OSC