¡BOLIVIA DEBE PERDER EL MIEDO Y TRABAJAR!
El Ministro de Educación Roberto Aguilar, ha dicho en la IX Asamblea Regional de Derecho a la Educación (México) que “El principio básico es que no pueden aplicarse evaluaciones estandarizadas cuando los contextos de cada uno de los países son diferenciados. Por eso es que el concepto que Bolivia ha ido trabajando y difundiendo es el de no evaluar la calidad educativa en sentido singular, sino evaluar las calidades educativas en sentido plural, y de esa manera hacer que sea reconocido el sentido de la diversidad como principio del desarrollo educativo”. Cuando Aguilar habla de “calidades educativas” da por hecho una educación diferenciada lo cual es contradictorio a la CPE y la Ley 070 que reconocen una sola educación.
Los países que ocupan los primeros lugares en los rankings internacionales tienen una sola educación; Finlandia por ejemplo, ha trabajado durante décadas para tener una oferta (calidad) educativa única y se sitúa entre los cinco mejores del mundo en educación regular, según el informe PISA 2016 conocido hace pocos días.
Bolivia, no solo reconoce diferentes calidades educativas, sino que en nombre de ella, se niega a participar de esta prueba internacional como lo hacen otros países (Venezuela, por ejemplo). Sin embargo, otras 72 naciones sí participan convencidas de las ventajas que supone contar con una evidencia comparativa global para el diseño y consecución de las políticas educativas de un país.
La prueba PISA evalúa tres áreas: ciencias, matemáticas y comprensión lectora. Singapur está en el primer lugar del ranking general en las tres categorías; y a la ciudad Autónoma de Buenos Aires primera entre los países de la región latinoamericana (Argentina como tal fue descalificada porque el gobierno de Cristina Fernández no habilitó a tres mil establecimientos educativos lo cual hizo que los organizadores consideraran el porcentaje de participación como poco “robusto”; sin embargo, los puntajes alcanzados por las escuelas de la ciudad de Buenos Aires sí se dieron a conocer). Los demás países vecinos se sitúan a partir del puesto 44 siendo los tres más destacados Chile, Uruguay y Costa Rica tanto en ciencias como en matemáticas y lenguaje. Es decir, Latinoamérica está muy por debajo de la media, mientras que España y Estados Unidos se acercan a la media en ciencias y lenguaje, y por debajo en matemáticas.
¿Qué significa ocupar los últimos lugares en esta prueba? Que la mitad de los estudiantes latinoamericanos de 15 años no comprende lo que lee ni calcula de manera adecuada; que seguiremos hipotecando el futuro en nombre del miedo, la mediocridad, la ideología y los créditos chinos (entre los 10 países con mejor educación).
En los primeros lugares están Singapur, Japón, Estonia, Finlandia, China, Canadá, Vietnam e Irlanda, países a los que -coincidentemente- se los reconoce por su disciplina, su capacidad y autonomía productiva, científica y tecnológica, y su impenetrable identidad cultural.
El Ministro Aguilar ha destacado que Bolivia nunca antes había invertido tanto en educación y que esto es un avance. El informe PISA 2016 destaca que Colombia, México y Uruguay gastan menos por estudiante que Brasil pero logran mejor desempeño. Evidente, el dinero, la infraestructura y los recursos tecnológicos no son variables absolutas cuando de calidad educativa se trata.
Las pruebas PISA se concentran en competencias y no en contenidos; esto implica una educación basada en la resolución de problemas importante porque busca facilitar la transferencia de conocimiento (teórico) a la práctica (vida real).
Cierro con palabras del Ministro de Educación argentino que lamenta la decisión del Kirchnerismo: “Queremos ser un país en el que se valore la verdad, por más dura que sea para que se construyan soluciones. Queremos un país que valore la transparencia… que Argentina sea noticia porque se sacó sobresaliente, no porque no hizo bien los deberes”.
Mónica Olmos Campos
Comunicadora Social y Doctora en Ciencias de la Educación.
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