Toledo, el ex presidente más buscado
RECOMPENSA | EL MINISTERIO DEL INTERIOR PERUANO OFRECE 30 MIL DÓLARES POR INFORMACIÓN QUE AYUDE A CAPTURAR AL EX MANDATARIO. SIN EMBARGO, NO ES EL PRECIO MÁS ALTO POR UN FUGITIVO EN EL PAÍS VECINO. UN NARCO VALE MÁS.
La imagen del mandatario que relevó a la cuasi dictadura de Alberto Fujimori y acentuó el crecimiento económico peruano se vuelve cada día más opaca y borrosa. Literalmente hoy es una imagen con perfil delictivo perfectamente apropiada para una comisaría.
Hace tres semanas, la justicia peruana sentenció al ex presidente Alejandro Toledo a prisión preventiva y orden de captura tras el escándalo de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht. Toledo se convirtió así en el primer exmandatario latinoamericano en ser acusado formalmente por los sobornos de la constructora brasileña, que plagaron buena parte del continente involucrando a políticos de 12 países.
Se presume que el expresidente peruano recibió 20 millones de dólares de Odebrecht para la adjudicación de la licitación de la carretera Interoceánica del Sur. Vía que atraviesa Perú desde el Océano Pacífico hasta la frontera con Brasil, por lo que un juez peruano ordenó medidas preventivas de encarcelamiento.
El exmandatario peruano no vive en su país. En el momento en que se conocieron las pretensiones de su captura, Toledo se encontraba en París. De hecho, una de las razones que dio el fiscal encargado fue que el expresidente tenía todas las posibilidades de huirle a la justicia. Y así fue, pero no tardó en ser localizado tanto oficial como extraoficialmente.
Luego de que se diera la orden de captura se supo que Toledo intentó viajar a Israel, pero la solicitud de asilo fue negada por lo que finalmente se quedó en Estados Unidos. Allí hace casi un año se estableció para convertirse en investigador de la Universidad de Stanford.
Aunque dicha universidad ha negado que el expresidente haya hecho parte de la planta de su planta de docentes y ha asegurado que solo ha trabajado dentro del claustro como investigador, es claro que San Francisco ha sido bastión del exmandatario. Gracias a una beca que recibió del “Cuerpo de Paz”, estudió economía en la Universidad de San Francisco, y posteriormente una maestría en Recursos Humanos en la Universidad de Stanford. Allí conoció a su esposa, la científica y antropóloga Eliane Karp. En las pasadas dos semanas, en cuestión de días después de la sentencia, diversas denuncias gráficas mostraron fotos de Toledo en EEUU.
EL LÍO DE TOLEDO CON ODEBRECHT
El expresidente peruano fue acusado por el exrepresentante de Odebrecht, Jorge Barata, de haber recibido 20 millones de dólares en sobornos para la adjudicación de la licitación de la carretera Interoceánica del Sur, que atraviesa Perú desde el Océano Pacífico hasta la frontera con Brasil.
Al parecer, Toledo recibió nueve millones de dólares, entre 2006 y 2010, a través de cuentas “off shore” que se presume están a nombre de Josef Maiman, el empresario israelí que le habría servido de testaferro. Además se cree que la otra parte del dinero fue desviado a la firma Ecoteva, por la que tiene abierto otro caso por lavado de activos, esto debido a que su suegra adquirió dos predios que, se asegura, no fueron declarados.
En un primer momento explicó que el dinero salió de las indemnizaciones que recibió la mujer como superviviente de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, los medios corroboraron que para la época la familia vivía en Bruselas y lo que pudo recibir en indemnización no alcanzaría para la compra de las tierras, por lo que pronto Toledo cambió su versión y dijo que el dinero salió del préstamo que le hizo un amigo a su suegra.
Actualmente, por los sobornos de Odebrecht Alejandro Toledo es investigado por los delitos de tráfico de influencias y lavado de activos. Por ello un juez ordenó encarcelamiento preliminar por 18 meses mientras se aclara su situación.
El caso afecta especialmente al nuevo Gobierno peruano, liderado por Pedro Pablo Kuczynski, pues en los tiempos de la presunta comisión del delito era ministro de Economía y titular del Consejo Directivo de Proinversión. Por ello la Fiscalía Peruana ha anunciado que citará como testigo de cargo al actual mandatario. Mientras tanto, la mayoritaria bancada fujimorista salió al ataque. Su vocero, Luis Lagarreta, señaló que el caso “ha aterrado a la gente en Palacio de Gobierno” y se preguntó por qué Kuczynski no ha retirado del gabinete a las “cuotas que Toledo tiene”.
El caso afectó incluso a la actividad diplomática de Pedro Pablo Kuczynski. El viernes 24 de febrero, el presidente peruano se reunió con su par estadounidense Donald Trump. A pesar de que se esperaba que los dos mandatarios hablaran respecto a la posible deportación de Toledo, ambos se reservaron comentarios respecto al tema. "Ese es un tema judicial del cual no se ha hablado por más de unos segundos en esta reunión, es un tema que lo maneja el poder judicial en el Perú, el poder judicial aquí, eso seguirá su curso -dijo el presidente peruano-. Nosotros no estamos directamente envueltos en eso".
En ese marco, Toledo fue incluido por el Ministerio del Interior de Perú en la lista de los prófugos más buscados. Pero no es lo único pues los fiscales ofrecen de recompensa 100.000 soles, cerca de 30 mil dólares a quien posibilite su captura. Los cargos que citan los afiches que anuncian la oferta policíal citan: acusado por lavado de activos y tráfico de influencias, luego de recibir sobornos por 20 millones de dólares por parte de Odebrecht.
Sin embargo, la “cabeza” de Toledo no es la más cara para el estado peruano. En primer lugar se encuentra Raúl Enulfo Palacios Matamba, acusado por narcotráfico, por quien se ofrece 300.000 soles, alrededor de 90 mil dólares. O sea, el equivalente a tres recompensas por el ex jefe de Estado.
Hasta el momento, Toledo puede moverse libremente por territorio estadounidense, ya que el juez federal de ese país todavía no ha atendido el pedido de detención en su contra.
El Caso Odebrecht es una investigación del Departamento de Justicia de los Estados Unidos publicada el 21 de diciembre de 2016 sobre la constructora brasileña Odebrecht. Allí se detalla que la empresa realizó coimas de dinero y sobornos, a funcionarios públicos del gobierno de 12 países: Angola, Argentina, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela durante los últimos 20 años, para obtener beneficios en contrataciones públicas
Odebrecht creó esta «Caja B» a finales de los años 1980 con el nombre de «Sector de relaciones estratégicas» para disimular la maraña de coimas. Concepción Andrade, entonces veinteañera y empleada de la empresa, fue la primera secretaria del ilegal departamento de sobornos, con base en Brasil, desde 1987. A su despido, en 1992, se marchó a casa con los registros que había levantado y los guardó durante tres décadas hasta entregarlos a la justicia brasileña y a la Comisión del Congreso encargada de la investigación.
(Con datos de La Tercera, El Espectador, Perú 21, CNN y Expreso EC)
