El primogénito “fidelito” castro, la forzada sombra de Fidel
Fidel Castro Díaz- Balart, o Fidelito, como se le conocía popularmente, fue sin duda el hijo de Fidel Castro Ruz a quien más golpearon la Revolución Cubana y el peso del poder de su progenitor. Fue una de esas personas a las que el destino les arrebata recurrentemente la normalidad, para las que el tedio es sólo antesala de cambios radicales.
Su madre fue Mirta Díaz-Balart, a quien Fidel conoció cuando ella estudiaba Filosofía en la Universidad de La Habana. Se casaron en 1948 y Fidel Ángel Castro Díaz-Balart –su nombre completo– nació al año siguiente. Mirta era hija de Rafael José Díaz-Balart, un notario habanero con una pudiente posición económica.
Un hermano de Mirta, Rafael Díaz-Balart, era entonces líder de la mayoría en la Cámara de Representantes y ministro del interior del gobierno de Fulgencio Batista, contra quien su cuñado se alzaría en armas tan sólo cinco años después de la boda.
Por ello, Fidelito vivió parte de su infancia en la casa de la familia paterna en Birán y siendo un niño visitó a su padre cuando fue encarcelado tras el asalto al Cuartel Moncada, en 1953.
Mirta Díaz-Balart se mantuvo al margen de las actividades políticas de su esposo. Se divorciaron en 1955, cuando Fidel Castro se encontraba exiliado en México. Poco a poco, la vida sentimental de Mirta se reorientó y cuando debía formalizarla, para evitarle mayores golpes a Fidelito, optó por enviarlo a su padre. Nada sabía entonces de las formas bajo las cuales Castro preveía volver a La Habana.
Disputa paternal
Juana Castro, la hermana menor de Fidel Castro, contó en su libro de memorias que Mirta envió al niño a México mientras ella estaba de luna de miel en segundas nupcias, sin saber que el padre preparaba la célebre expedición armada a la isla.
Se asegura que para entonces Fidel no quería enviar a su hijo de regreso a Cuba y encargó a una pareja de amigos en ese país que se ocuparan de Fidelito. El niño, ya sacudido en medio de sucesivos cambios, apenas tenía seis años. “A mis hermanas encomiendo otra petición: que escondan a mi hijo en una montaña si es necesario”, pero que no se lo entreguen a Mirta”, escribió Juana Castro en el libro “Fidel y Raúl: mis hermanos”, de 2009.
Mientras la revolución maduraba, Fidelito se convirtió en objeto de una afiebrada disputa entre sus progenitores. De acuerdo con el testimonio de Juana Castro, el 8 de diciembre de 1956 Mirta orquestó un secuestro a mano armada en el barrio Chapultepec para llevarse al niño a Cuba, aunque la familia Díaz-Balart sostiene que fue Fidel quien había secuestrado al pequeño.
Como haya sido, el resultado de la disputa no fue una vida en Miami o Madrid, sino en las casas del nuevo poder cubano. Fidelito se reencontró con su padre en 1959. En una de las fotos de la entrada triunfal a La Habana de los rebeldes liderados por Castro, aparece de pie, vestido con un pequeño uniforme verde oliva, agitando un banderín.
“Que sea físico nuclear”
En los primeros meses de la revolución vivió alojado junto a Fidel en el hotel Habana Libre. Luego sus pasos comenzaron a difuminarse y comenzó a desaparecer del ojo público, en la medida en que el líder revolucionario tendió un manto de secreto sobre su vida privada.
Poco después de la llegada al poder de Fidel Castro, Mirta Díaz-Balart se radicó en España con su segundo esposo y formó otra familia. Fidelito pasó a vivir con su tío Raúl Castro y la familia de éste. Mientras tanto, Fidel organizaba el poder y sus propios espacios familiares con su nueva esposa. Aquella agitada década antecedería a la que a sus 19 años le esperaría en Moscú.
En 1968 fue enviado a la Unión Soviética, con el seudónimo de “José Raúl Fernández”. Allí inició cursos preuniversitarios y parecía aplicado a la Educación Física en la universidad de Vozorech, dado su privilegiado físico. Pero una oculta vocación le fue descubierta y su vida académica cobró un cambio radical. Se comentaba que los moscovitas le habían dicho a Fidel que su hijo era muy bueno en matemáticas y que Fidel respondió, sin pensarlo dos veces: “¡Entonces que sea un Físico Nuclear!”. En 1970 empezó sus estudios de Física Nuclear y se graduó con máximos honores, suma cum laude, de la Universidad Lomonósov de Moscú.
Se convirtió así en el hijo científico del dictador cubano. Alcanzó grados excepcionales de conocimiento. De hecho, Castro Díaz-Balart pasó gran parte de su vida viajando a la Unión Soviética. Logró dos doctorados curriculares y recibió doctorados honorarios de las universidades estatales de Moscú, Rostov y Vorozneh. Además, publicó 12 libros de temas científicos.
De retorno a La Habana, en la década de los 80, se consagró al desarrollo de la energía nuclear para Cuba. Fundó el Instituto Superior de Ciencias y Tecnología Nucleares de La Habana, fue responsable de la construcción de la fracasada planta nuclear cubana de Juraguá, y dirigió la Comisión de la Energía Atómica desde 1980 hasta 1992. Hasta que su propio progenitor puso la mancha más visible de su carrera: lo destituyó personal y públicamente, y alegó “deficiencias” en el desempeño de sus funciones.
Años después, volvió a la esfera pública y en 1999 fue nombrado asesor del Ministerio de la Industria Básica. En 2005, estuvo entre los 12 científicos reunidos por el organismo de la Energía Atómica de Naciones Unidas en la Conferencia Mundial, en ocasión del Año Internacional de la Física por el centenario de Albert Einstein.
El menos político
Su marginación de la política siempre fue objeto de especulaciones. No deja de llamar la atención que, pese a ser el primogénito, a su evidente parecido físico con el caudillo, e incluso a un carisma reconocido por sus contados allegados, sea el menos político de los descendientes de los hermanos Castro.
“Ser un rostro público de la dictadura no le interesó a este hombre, evidentemente traumatizado desde niño, en manos de un tirano que lo encerraba en una residencia lujosa y solitaria del Country Club, ante la menor indisciplina”, escribe la analista Tania Díaz. Otros han buscado ahondar algunas probables heridas. “Mirta Díaz-Balart, primera esposa de Fidel Castro y madre de ‘Fidelito’, recién suicidado, tiene 90 años y ha sufrido mucho en silencio”, escribió el crítico radical del régimen Alberto Montaner, “ahora, que ya no puede perjudicar a su hijo, debe escribir sus memorias y contarlo todo”.
Según personas allegadas, su madre Mirta viajaba de España a la Unión Soviética a visitarlo, y él mismo iba a verla a Madrid, donde ella residía.(Con datos de BBCmundo, Perfil, CubaNet yTeleSur)
DEPRESIÓN
Fidel Castro Díaz-Balart vivía con María Victoria Barreiro, hija de un general cubano. Tenía tres hijos, fruto de su primer matrimonio con Olga Smirnova. La nota de prensa oficial señaló que “atentó contra su vida en la mañana de este 1 de febrero”, reza la nota oficial. Era “atendido por un grupo de médicos desde hace varios meses con motivo de un estado depresivo profundo”.
TRES HIJOS
Estuvo casado con la rusa Natasha Smirnova, con la que tuvo tres hijos: Mirta María, Fidel Antonio y José Raúl.Se divorció y contrajo un nuevo matrimonio. Por parte materna era familiar de varios congresistas cubano-americanos, como los hermanos Lincoln y Mario Díaz-Balart, que desde Miami se han caracterizado por su fuerte discurso anticastrista.