Inconformismo… ¡por qué no!
Me enamoré de esta mujer, escribió un amigo en un mensajito brevísimo de WhatsApp que venía acompañado de un video. Con mucha curiosidad abrí el archivo porque cualquiera se enamora, menos este amigo. Debe ser algo bueno, pensé. Después de unos segundos, la segunda idea fue: ¡Esta mina, se cree el hoyo del queque! la conozco, la he escuchado antes y es cierto que aunque a regañadientes, coincido en algunas, pero sólo algunas de sus afirmaciones.
El video inicia con un relato de mujeres que al entrar en una zapatería preguntan por zapatos inventados, pero nunca solicitan de entrada los que se exponen, las que en una paleta de colores de 500 opciones exasperan al vendedor solicitando mezclas que ni están seguras que comprarán, las que encuentran bajo, chico, gordo, pelado, pobre, aburrido, flojo, etc., etc., etc. a los hombres con los que se emparejan... la lista interminable de mujeres indecisas e inconformes es lamentable. Terminé agotada.
“Algo pasa con las mujeres que nunca estamos conformes con lo que hay”, dice la conocida psicóloga y escritora chilena, Pilar Sordo, en el video. Peor aún, sentencia que las mujeres además de inconformes, no saben lo que quieren.
Investigando para esta columna, descubrí un estudio científico que revela que efectivamente las mujeres, en gran porcentaje, son inconformes en casi todas las acciones de su vida. Las influencias, dice el documento, podrían provenir de los medios visuales, que proponen un “Prototipo” de perfección, que en muchos casos nunca pueden llegar a obtener.
El estudio afirma, en coincidencia con la conferencista, que las mujeres siempre se quejan como cuando nos arrepentimos de los tacones a media mañana, que quisieran estar solteras cuando tienen novio, o casarse cuando apenas se han divorciado. Pero no creo que ninguna queja de una mujer medianamente segura de sí misma, sea gratuita.
Y claro, tanto se habla del empoderamiento femenino en estos días, que escuchar a esta “experta” con sus críticas que rozan el machismo y los estereotipos, provoca a cualquiera. ¿Acaso ellos no desean el auto o la mujer del vecino, el puesto del colega? ¿No fantasean con hacer el mejor gol de la pichanga del sábado y edifican castillos en el aire? Pensamiento mágico, le llaman, e injustamente lo aplican sólo a las mujeres.
La inconformidad, estoy convencida, es generadora de acción. Es la que estimula al pequeño a ser grande y al grande a desarrollarse aún más. Nos garantiza un crecimiento constante. Y está bueno ser inconformistas porque, aclaro, viene por partes iguales para hombres y mujeres.
El mensaje de fondo es que el inconformismo al extremo, impide el disfrute de lo que se tiene, que debemos aprender a valorar lo que hemos elegido y a cuidarlo, que esta miopía emocional al acecho espera una oportunidad para destruir lo que tenemos. Problemas tenemos todos, Pero esta vida es demasiado corta como para andar remilgando y refunfuñando por lo que nos falta.
PAULA MUÑOZ ENCINAS
Editora OH!