Al vuelo Travesías de un jinete y su “caballo viajero”
Cerrar con broche de oro su carrera competitiva ecuestre, representando a Bolivia en los últimos Juegos Suramericanos como binomio anfitrión, era uno de los sueños del jinete paceño y campeón nacional Jorge Mauricio Galindo Canedo, con su caballo Ciwan Van Beek. Pero lo que había planificado con años de antelación se frustró por esos azares de la vida, en los que se vio obligado a elegir entre el campeonato realizado en Cochabamba (en mayo pasado) y la salud de su “mejor amigo equino”.
Ciwan Van Beek (de 11 años) es un hermoso animal —de 1,82 m y 700 kg de peso, de procedencia alemana, nacionalizado boliviano— que vivió una travesía singular junto a su propietario, a la que contados caballos llegan, y menos jinetes aspiran: viajar por distintas regiones del mundo, en avión y carro, para completar una gira de entrenamiento y concursos que permitieran elevar su rendimiento y adquirir un nivel competitivo de roce internacional.
DE VIAJE Y AL VUELO
Todo empezó en Alemania. Jorge, con una destacada performance deportiva, viajó en octubre de 2014 rumbo a Holanda y Alemania acompañado por su hermano en busca de “un caballo especial” que llenara sus expectativas. Algo así que el mismo jinete describe como amor a primera vista.
Buscó por varios lugares de Europa, pero además de los precios exorbitantes, faltaba química… “hasta que hallé a Ciwan Van Beek. Fue amor a primera vista porque es un caballo bello de pinta, muy noble y un gran deportista”, afirma, aunque confiesa que su hermano trató de desanimarlo. Consideraba una locura importar desde tan lejos a un “bicho enorme”, más aún conociendo la delicadeza de los caballos y habiendo excelentes ejemplares cerca, en Argentina.
Pero nada ni nadie cortó su sueño. Concretó la compra del animal, que fue despachado rumbo a su nuevo hogar en Bolivia, en avión desde Dinamarca hasta Buenos Aires y luego en camión hacia La Paz.
“Temía que algo le sucediera, pero no estaba inseguro de la decisión. Lo esperaba por horas”, recuerda.
PERFORMANCE
Desde pequeño, Jorge se declaró amante de la equitación. Se inició en este deporte a los ocho años gracias a su padre (del mismo nombre). “Somos una familia tradicional hípica, y él siempre nos motivó a montar, como yo a mis hijos”.
Durante años concursó y preparó a distintos caballos. Cumplió una actuación sobresaliente a nivel nacional, sobre todo con Look Of Love, (su otro amor) con el que logró varios títulos. En 2015 ocupó el primer puesto del FEI en la categoría Mayores “A” con apenas una falta, lo que le valió clasificar al mundial de Rabat,en Marruecos, realizado en abril de 2016, cuando se ubicó entre los mejores jinetes del mundo. Según el informe de resultados generales del FEI World Jumping, el paceño logró el cuarto lugar de la cita y, gracias a ello, dos importantes reconocimientos: uno de la Cámara de Diputados y otro de la brigada parlamentaria paceña, la medalla “Chacaltaya de Oro”, por sus logros en concursos ecuestres internacionales y su aporte al hipismo nacional.
LA LLEGADA DE UN CAMPEÓN
Ciwan llegó a Bolivia a mediados de febrero de 2015 y comenzó a aclimatarse y a entrenar, adaptándose rápidamente a la altura hasta convertirse en el nuevo binomio favorito del país. Clasificó a los Bolivarianos de Colombia, en la categoría “A” y viajó en avión a Lima, para salir rumbo a Bogotá con la delegación de caballos peruanos.
“Pasó tres días solo en un box portátil. Equitación no fue como el resto de disciplinas en Santa Bárbara, y fue en Bogotá”, dice. Tras el concurso bolivariano, partió a EEUU al campamento ecuestre.
“Pasé amargos momentos entre la incomodidad de dormir junto al caballo en una casa rodante, hasta el tremendo sentimiento de extrañar a mi familia, que me apoyó en todo momento.
“Por la inversión que representa, aunque no haya apoyo, en Bolivia es más fácil hacer equitación que en otros país, incluso por la ventaja de contar con caballerizos que ayuden en detalles del cuidado de un caballo. Al estar afuera, la preocupación y dedicación es personal… la alimentación, la limpieza, las curaciones, incluso el tema veterinario de inyecciones, vitaminas, etc. las hace uno mismo, logra cultivar mayor integración con el animal”.
El viaje de retorno en avión a Bolivia, vía TAM, fue épico, una verdadera travesía. “Si para un humano es complicado estar encerrado en una cabina presurizada, ¿imaginas lo que sucede con un animal tan grande?”.
Al margen de ello, llegar y decidir no continuar en la última fase de todo lo planificado para clasificar a los Juegos Cocha 2018 por lesiones, cansancio y el estrés acumulados, dolió demasiado, asegura, “pero valió la pena”.
Esta semana el binomio regresó al picadero del Country para participar del torneo FEI con otros 105 binomios en el Country Club Cochabamba y está puntero en el Gran Premio Caplan de 1,40 y 1,45 m de altura, explotando su gran potencial.
BOLIVARIANOS
Tras los Juegos Bolivarianos en Bogotá, Colombia, el binomio boliviano partió a un campamento de entrenamiento hípico en Wellington, Estados Unidos, para continuar su entrenamiento durante cuatro meses para desarrollar mayores destrezas y relacionarse con caballos de nivel y adquirir roce internacional.