René Jaldín, un luchador con 146 de coeficiente intelectual
René Jaldín Cladera es un luchador. Un luchador sobresaliente y de inteligencia superior, pues está en ese 0,11 por ciento de la población que posee una superdotación intelectual alta. Tiene 14 años y cursa el segundo semestre de ingeniería Biomédica. “Estoy por acabar mi primer año de universidad y cuando termine mi licenciatura yo tendría 18 años”, dice con tranquilidad y convicción, sentado a la mesa donde estudia cada día, en el escritorio de la casa de sus padres.
Este muchacho saltó de curso cinco veces, concluyó el bachillerato a los 13 años y ahora es un universitario dedicado a sus estudios y apasionado por lo que aprende. “No pienso que la universidad sea algo fácil. No es fácil. Es interesante e incluso bonito poder recorrer este camino de la carrera universitaria”, señala.
Pero emprender ese bonito camino que lo conduce a profesionalizarse, a una edad en la que sus coetáneos estarán terminando el colegio, le costó esfuerzo y tuvo sus complicaciones. Y lo cuenta con total serenidad: “En los primeros cursos a los cuales llegué mediante el aceleramiento (salto de curso), había gente que, se podría decir, me tenía un poco de envidia. No todos obviamente, ya que también había gente súper buena que me aceptaba. Pero la razón por la que creo que otros me rechazaban era porque pensaban que yo era una persona muy engreída, que me creía lo mejor del mundo.
Ese rechazo era en cierto el famoso bullying, (acoso físico o psicológico al que someten, de forma continuada, a un estudiante sus compañeros). Afortunadamente, nunca llegó a los golpes, pero sí me molestaban. Por ejemplo, me decían que yo no era muy bueno, sobre todo en las materias de educación física. Es decir, yo no tengo mucha agilidad para el fútbol, porque en educación física lo más que hacíamos era fútbol. Y por eso, cuando se formaban equipos, los de mi equipo consideraban que era una desgracia que yo sea parte, como yo no era bueno decían que yo les iba a hacer perder”.
LUCHA
Definitivamente el fútbol no era lo suyo. Ni le gusta, “aunque a mucha gente eso le resulte raro”. Pero René es, también definitivamente, un luchador. “Al principio me lastimó un poco que algunos compañeros no me toleraran, pero, después pensé que todo se llega a superar, y así fue. Con el paso del tiempo yo logré sobrellevar todas esas experiencias”. Y a superar otras tanto o más trascendentales, como prepararse para los exámenes del “proceso de aceleración”: ¡cinco en cuatro años! Y también a superarse a sí mismo, a sus temores. Como cuando aprendió –a pesar del temor que le tenía al agua después de su primera experiencia en una piscina grande– a nadar.
“Pensaba que me estaba ahogando. Después de eso no me atrevía a nadar hasta que accedí a clases de natación para superar mi miedo y al principio estuve un poco nervioso, pero luego de aprender a nadar totalmente, ahora, es uno de los deportes que más me encantan”, cuenta. El otro deporte que “lamentablemente (ha) dejado de lado” es el karate, en cuyo ejercicio alcanzó el grado de cinturón negro.
DIVERSIÓN
Un universitario de 14 años no es nada común y eso puede hacer pensar que René es una rareza. Sí lo es, al menos en términos estadísticos, pues sólo una de cada 924 personas tiene 146 de coeficiente intelectual, como él. Pero René es un muchacho de 14 años y, como todo adolescente de su edad, quiere pasarla bien.
“Sinceramente, creo que lo que más me gusta hacer en la vida, o al menos una de las cosas que más me gusta hacer, es divertirme. Juego videojuegos, sobre todo con mi hermano (menor) y también intento hacer dibujos que –debo decir con toda humildad– no me quedan nada mal, y también me gusta ver televisión y videos en youtube. Y voy al cine, me gustan las películas de súper héroes de Marvel. Muchas personas dirán que eso es algo infantil, pero a mí me gusta. Aunque también me gustan películas de terror y las animadas y también estoy enganchado con las últimas películas de Disney y con las de acción y suspenso”.
Pero sus momentos gratos no sólo son los lúdicos. “El semestre pasado, cuando llevaba química, recuerdo que en varios ejercicios teníamos que ajustar las ecuaciones químicas, y una vez que uno ya empieza a cogerle el hilo a eso y a practicar un montón de veces, es raro, pero hacerlo desestresa”, señala, serio.
SUPERDOTADO
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a una persona superdotada como “aquella que cuenta con un coeficiente intelectual superior a 130”, pero eso no es suficiente, otra característica de estos individuos es “un alto grado de dedicación a las tareas”. Como René.
“Estudio entre tres y seis horas, cada día, después de las clases de la universidad”, explica este universitario que parece ignorar que los hábitos de estudio de la mayoría de los estudiantes, de educación media o superior en Bolivia son bastante relajados”
“Mi rutina la veo bastante normal no creo que difiera de la del resto”, dice. “Antes me levantaba muy temprano. Ahora que comienzo mis clases en la universidad a las 10:25, me levanto aproximadamente a las 9:00 de la mañana, si puedo antes, para llegar más temprano. Me alisto, desayuno y salgo hacia la universidad. Luego de clases, regreso, trato de descansar, y después hago mis tareas y estudio. Comienzo a estudiar más o menos a las 17:00 o 17:15, hasta las 11:00 u 11:30 de la noche, con una pausa para cenar. Y me voy a dormir cerca de la medianoche.
Pienso que lo mejor es descansar máximo a medianoche, pues si una persona se queda estudiando más tiempo su visión y su cerebro van a cansarse y no va a poder aprovechar bien esa información”.