Havana, el boom del primer hotel cholet de Bolivia
La 16 julio es una de las avenidas donde viven varios de los más importantes empresarios de El Alto. La señal más clara radica en los encendidos cholets que se han edificado a ambos lados de esta doble vía con jardineras. Como es sabido, los cholets son el símbolo del poder económico de los capitalistas de origen aymara, apodados frecuentemente como los “fenicios andinos”. Y,aproximadamente a 200 metros al sur de la plaza La Paz, se halla uno de los cholet más famosos del momento: el Havana Hotel.
“Es un hotel ‘bed and breackfast’, pero mantiene todas las características de lo que en la moderna cultura andina significa un cholet”, dice Ana Quispe, una de las anfitrionas, “por ello, la parte baja del edificio está dedicada a negocios, como el salón de eventos y algunas tiendas. Sin embargo, todo guarda un cuidadoso decorado y ornamentación, acorde a las exigencias que el hotel debe cumplir”.
Ana, al igual que sus pares estudiantes de la carrera de Turismo, guía paseos con visitantes que quieren conocer las características de este nuevo estilo de edificaciones. La filosofía con la que se erigen los cholets implica la complementación entre diversos negocios y vivienda. Los negocios generalmente pagan el costo de la construcción que ha sido financiada con significativos créditos.
En varios casos, según datos debidamente cruzados, los cholets llegaron a costar entre uno y tres millones de dólares. Por ello, resulta frecuente que en la planta baja funcionen tiendas o ferreterías, en la segunda restaurantes, en la tercera algún karaoke o discoteca y así hasta la cuarta, quinta o sexta, según los casos. Eso sí, encima de toda esa torre de negocios, surge casi aislado completamente un chalet de dos o tres plantas que corona el edificio.
“Todos los cholet tienen su nombre. Al culminar su obra, los o las empresarias bautizan la edificación, muchas veces en homenaje a las labores que les permitieron alcanzar prosperidad. Es una especie de señal de realización social y económica”,relata Ana.
Así, por ejemplo, un minero llamó a su cholet “Illampu”, pues al pie de aquel nevado halló las vetas que le dieron sustento y más. Otro, dedicado al comercio de automóviles con la dirección u otras partes reacondicionadas, bautizó al suyo como “Transformer”. Es posible hallar “Avengers”, “Faraón”, “Cocamama”, etc. y hacer las interpretaciones del caso.
El Havana, con sus seis plantas y 10 habitaciones, fue primero Cholet y luego Hotel. Según explicaron en el lugar, lo nombraron así porque el socio y gran amigo del dueño tenía nacionalidad cubana. Cuentan que repetía constantemente “la ciudad más linda del mundo es la Habana”. Y aquella ensoñación dio nombre al cholet.
Obviamente, no tiene vistas caribeñas, pero no le faltan paisajes. En el piso, previo al chalet de los propietarios se ubica el comedor del hotel. Su vista impacta a todo visitante. Desde los vitrales polarizados de los ventanales se puede observar el paso de los teleféricos detrás de los cuales se yerguen los gigantes nevados como el Huayna Potosí y el Chacaltaya.
Si algo de caribeño puede ofrecer, eso se halla, de cuando en cuando, en las fiestas que cobija su afamado salón de eventos. Un espacio que, a principios de agosto ya estaba reservado para festejos o espectáculos a realizarse hasta principios de 2019. Y los espectáculos bien pueden ser primiciales.
Suman también novedosos recorridos por zonas singulares de la planicie alteña. De hecho, éstas empiezan a pocos metros de los cholet, en, por ejemplo, la feria comercial más grande de Latinoamérica: la 16 de julio. Ahora se la puede “sobrevolar”, casi de puerta a puerta al Havana, en base al servicio de la línea azul de los teleféricos paceños. Ésta, además, bien puede conectar a la telaraña que ya seha entretejido entre las dos ciudades siamesas en un circuito de más de 20 kilómetros.
En el interior del Havana también se han organizado atractivos. Todos los ambientes tienen características andinas: desde mantas pintadas por el artista Mamani Mamani hasta series de muñecos vestidos con trajes de los bailes folklóricos de la región. Las salas de estar se hallan decoradas con aguayos y platería, y los espacios de bebidas y alimentos ofrecen dulces y licores de coca. En los corredores y escalinatas destacan pantallas “led” en las que se exhiben videos de celebridades que filmaron en cholets. También abundan cuadros con imágenes de señoras vestidas de pollera en toda la edificación.
Sin embargo, no faltan nuevas fechas primiciales para los hitos que va fijando el Havana. Ha sido el caso del primer “Rock Fest con cholitas wrestling”. Es decir, Rock más las célebres atletas de pollera que practican lucha libre y que son el atractivo de cientos de turistas europeos y norteamericanos.
Se llevó a cabo la noche del 10 agosto. En representación de las bandas de Rock de la movida paceña María del Carmen Véliz anunció este novedoso encuentro nada menos que en el Ministerio de Culturas, una semana antes. Mientras que el gerente propietario del Havana, Roy Abel Mamani Condori celebró el encuentro con una elocuente reflexión.
“La capacidad de permear espacios económico sociales y la emancipación de estructuras económicas complejas y vanas dio lugar a la genialidad de diversas personas en la ciudad de El Alto. Personas que dejaron de lado los términos peyorativos como “cholo” o “cholet” o “cotillón” para dar lugar a una identidad, a una representación de su lucha y su esfuerzo. Hoy esa identidad se llama “arquitectura cholet” y deja de lado el aún existente colonialismo”.
ESPECTÁCULO
Las cholitas luchadoras son las diosas del cuadrilátero en los cholets.
ARQUITECTURA PECULIAR
El diseño se caracteriza por diversas figuras geométricas, columnas y arcos.
ELEGANTES DORMITORIOS
Las habitaciones no tienen nada que envidiar a los hoteles de 5 estrellas.
elegantes dormitorios
Las habitaciones no tienen nada que envidiar a los hoteles de 5 estrellas. Cortesía havana