Familia: El padre “Moderno”
A dos días de celebrarse el Día del Padre y en un mundo en constante cambio, globalizado y en el que cada vez se popularizan más teorías y cosmovisiones, la familia-ese núcleo que se nos ha enseñado desde niños que es el más importante de la sociedad-asume con todas estas tendencias nuevos desafíos.
En la actualidad, ese padre proveedor, rígido, autoritario y atenido a que su esposa o compañera de vida se hiciera cargo de todas las actividades de la crianza de los hijos ha ido desapareciendo con el paso del tiempo.
Marzo es un mes que abre una ventana para reflexionar cómo ha cambiado la paternidad en la sociedad y qué significa realmente ser un padre moderno. Oh! consultó con dos especialistas sobre el tema: Cristina Rubín de Celis, psicoterapeuta en Psicoconsulting y docente en la Universidad Mayor de San Simón, y Lorene Congrains, psicóloga clínica asociada de la Nueva Escuela Lacaniana (NEL) Cochabamba, quien tiene una maestría en clínica psicoanalítica en la Universidad de San Martín (Buenos Aires-Argentina).
EL ROL EN LA ACTUALIDAD
¿Ha cambiado el rol paterno en la sociedad? Rubín de Celis plantea que no necesariamente, sin embargo, explica que actualmente se hace mayor énfasis en la importancia del rol de éste en la crianza y en las repercusiones del desarrollo bio-psico-socio-afectivo de los hijos, más aún cuando este rol falla o falta.
La psicóloga clínica, Lorene Congrains, agrega que la preocupación en torno a la paternidad en diferentes países, es relativamente reciente. Antes de la II Guerra Mundial, no existían políticas públicas en temas de bienestar social y salud. “Vivimos en una época marcada por un declive de lo viril. Todo esto repercute en el rol de la paternidad”, indica.
La experta explica que la igualdad de género influye en este cambio de paradigma. La concepción del padre proveedor, el primero en comer en la mesa y el que tenía la última palabra ha cambiado a partir de los movimientos feministas y los cambios sociales y económicos de las últimas décadas.
Congrains manifiesta que hoy en día para muchos hogares es imposible sostenerse sin el trabajo remunerado de ambos progenitores. No es una época sencilla, en el sentido de que existe un empuje al consumo masivo de objetos, entretenimiento y experiencias.
Rubín de Celis también coincide en que tiene que existir un equilibrio de roles para que no se sobrecarguen labores ni existan frustraciones de ninguno de los miembros de la familia. “Ambos progenitores brindan roles de identificación para los hijos y es necesario proveer esta homeostasis para una vida familiar estable”, añade la psicoterapeuta.
Congrains señala una paradoja de la época actual. Por un lado, se habla de igualdad de género y de buscar lo homogéneo, y por otra parte, existe la tendencia de buscar moldes prefabricados del “rol de padre” o “rol de madre” bien diferenciados.
Todo lo mencionado deja abierta la interrogante: ¿Qué es ser padre? “No se trata de buscar qué debe hacer un padre o qué debe hacer una madre. Se trata de buscar la diferencia…padres y madres no cumplen la misma función. Se trata de respetar esa diferencia y hacerla funcionar”, afirma Congrains.
Rubín de Celis enfatiza que la presencia del padre juega un rol importante en la vida de un hijo desde que es bebé, creando vínculos afectivos de seguridad, protección y apego seguro para que más adelante en la infancia pueda sociabilizar, comunicar y desempeñar sus actividades con confianza, espontaneidad, disciplina y equilibrio emocional. Cuando ya sea adolescente, la presencia del padre afianzará la confianza, templanza y ayudará a delimitar conductas bajo la protección de ambos progenitores. En la edad universitaria, la compañía y apoyo total (económico y afectivo) de ambos marcará el éxito del hija hasta la edad adulta.
“Como es el padre con la madre, el hijo varón será con su futura esposa. En el caso de las hijas, escogerán un hombre con las virtudes del padre y cómo éste fue con la madre”, añade.
LA POSICIÓN DE LA MADRE O PAREJA
¿Qué papel desempeña la mujer ya sea como madre o esposa? Desde su experiencia, Congrains cuenta que es muy común escuchar en la consulta a pacientes cómo sus madres nunca consintieron la palabra de sus padres. O madres que no permiten que los ellos se involucren en la vida de sus hijos. “Es importante que las madres no sean absolutas y deseen más allá de sus hijos. Es decir, son madres, pero también mujeres, forman parte del mundo, tienen intereses y aspiraciones. Esto produce alivio en los hijos y permite que los padres puedan desempeñar su rol”, resalta la psicóloga clínica.
Rubín de Celis recomienda que las mujeres enseñen a sus hijos varones con ejemplo (acciones), comunicación y afecto los valores de responsabilidad, respeto, tolerancia, confianza y trabajo para que puedan formar una familia estable.
La psicoterapeuta aconseja que desde el rol de esposa es importante que la mujer haga partícipe a su pareja de todos los eventos del embarazo: consultas médicas y ecografías para que él pueda estar presente y generar así vínculos afectivos desde la concepción del bebé.
Debe permitir que el padre asuma la responsabilidad de cuidado y crianza de sus hijos con gusto y cariño. Resalta, además, que es importante motivar a la pareja con palabras y acciones positivas y que demuestre aproximación con los hijos como él sabe hacerlo. Alerta que cortar esas aproximaciones puede ser desmotivante a la hora de aproximarse a los hijos.
En cuanto a cómo reaccionar cuando el padre corrige al hijo, Rubín de Celis sugiere intervenir de una forma disimulada para calmar ánimos, pero jamás cortar la autoridad o distorsionar la llamada de atención. “De esta forma, se instaura la ley, límites y respeto a los progenitores, además de formar conductas positivas”, subraya. Recomienda que, antes que exista la necesidad de sanciones o llamadas de atención severas, la pareja se ponga de acuerdo en la forma de educar a los hijos. “Siempre deben ser prudentes al delimitar conductas con tolerancia, respeto y comunicación”, complementa.
MASCULINIDAD Y PATERNIDAD ¿VAN DE LA MANO?
Rubín de Celis aclara que la masculinidad es distinta al machismo. “La masculinidad es un conjunto de características físicas, psicológicas y de rol social consideradas propias del varón o del rol del hombre, que marca la diferencia con las características femeninas”.
La psicoterapeuta plantea que la idea de cumplir un buen rol paterno no es contradictorio a ello, por lo tanto, el padre que asume con responsabilidad la crianza y educación afirma su posición masculina en la familia. “Marca su posición, autoridad y rol masculino en la vida de los hijos, bajo el ejemplo de valores, virtudes y acciones mostrándose el complemento de la pareja y el apoyo del hogar”, agrega.
Congrains dice que ser buen padre no tiene por qué entrar en conflicto con la idea de masculinidad. “La paternidad es una función que va más allá del género o de lo biológico. Se trata de aquella persona que logró transmitir a su hijo una manera de arreglárselas en la vida y todo lo que implica: sus vicisitudes, tropiezos, alegrías, encuentros y desencuentros”, adiciona.
CUALIDADES DEL BUEN PADRE
Congrains contextualiza que el mito del buen padre proviene de la religión, por ello se conmemora el 19 de marzo por el Día de San José, padre de Jesús.
Considera que no existen recetas sobre ser un buen padre. “No existe un instinto paterno o materno, no es algo natural…cada quien deberá encontrar su propio estilo y lo que a él le funciona”, agrega. Sin embargo, dice que es importante que el padre sea capaz de ofrecer y trasmitir una versión acerca de la vida, permitiendo que su hijo construya, a partir de su marca, su propio camino. “Esa será la insignia que ese padre deje”, resalta.
LA LICENCIA DE PATERNIDAD EN AMÉRICA LATINA
Extender a los hombres la licencia de paternidad en América Latina es una de las medidas que redefiniría culturalmente el papel de padre y reduciría la brecha salarial y de empleo entre hombres y mujeres, afirman expertos en un estudio publicado por Euro News a inicios de este mes.
Uruguay, Perú y Colombia son algunos de los países a la cabeza en legislación sobre los permisos por paternidad, los primeros con 10 días de licencia de paternidad y el tercero con ocho. Argentina está en la cola de la región con sólo dos días de licencia.
En Bolivia, el Decreto Supremo 1212 instituye tres días de licencia pospaternidad para que los hombres “cuiden a su esposa” o conviviente tras el nacimiento de cada hijo. La norma se aplica en el sector público y privado. La norma establece también que el beneficiario goza del 100 por ciento del total ganado con la presentación de la licencia pospaternidad.
(Con datos de EuroNews)