“NN”… ¿EN QUÉ PENSABAS?
Columnas
Publicado el 02/07/2018 a las 18h56
“NN” (evito el nombre real) era su nombre, pero podía haber sido Julia, Roxana, Patricia, Ximena, Estela, Victoria o cualquier otro; hoy fue ella. Dicen los periódicos (21.06.18) que tenía 15 años cuando se enamoró de “XX” (30) que también podría haber sido Juan, Pedro, Martín, José o Rodolfo; hoy “NN” con 19 está muerta y él condenado a 30 años en prisión.
Esta historia relata que en ese entonces cuando “NN” tenía 15, “XX” le cortó los glúteos y las piernas, por ello estaba en la cárcel por dos años, lugar donde ella lo visitaba, se embarazó de dos hijos más, lo perdonó y además declaró haber sido ella quien se automutiló. Él salió en libertad y en ejercicio de ella, en una escena de celos y en estado de ebriedad (muy común en nuestro medio, tanto que la gente confunde lo “común” con lo “normal”) la mata. Dicen los familiares que ella a pesar de lo que hizo nunca quiso dejarlo.
“NN”… ¿en qué pensabas?
Si tratamos de entrar en la mente de ella o de cualquier otra persona que vive situaciones semejantes, es posible que nos quedemos con más interrogantes que al principio porque hay preguntas que ni ellas mismas pueden responderse. Sin embargo, desde afuera, desde nuestras miradas frías y ajenas deducimos o tal vez intuimos que existe un “doble vínculo”, una relación enfermiza que se mueve entre el amor y el odio. Sienten que aman a tal punto que no pueden vivir sin la persona que las daña y, al mismo tiempo, sienten que los odian a tal punto que les desean la muerte; pero inmediatamente en esa confusa mente y a modo de hacer uso del silogismo aristotélico entonces deducen que: los aman por ello están ahí a su lado; los odian porque las ultrajan y entonces les desean la muerte; pero –ellas piensan– si se mueren, no pueden vivir sin ellos y entonces ¿qué hacen solas?
¿En qué momento se arma toda esta trama?, sigamos intuyendo. ¿Será que las personas faltas de afecto, buscan donde cobijarse y a la mínima muestra de cariño o aceptación vuelcan todo su presente y futuro tratando de huir de un pasado donde fueron desvalorizadas? Y ¿qué tal si pensamos en perfiles de comportamientos que inconscientemente son buscados? Digamos que pertenecieron a familias donde existía el abuso, el irrespeto, la agresión o el maltrato y, por tanto, se generó algo así como tendencia a seguir reproduciéndolo (entonces, entendemos cuando se dice que sólo Dios puede librarnos de estas maldiciones generacionales, de patrones referenciales que asumimos que también deben ser nuestros). Qué enorme responsabilidad conlleva la paternidad/maternidad pues a los hijos en realidad se los educa cuando no queremos enseñarles algo; vale decir, se los forma con el ejemplo, con lo no dicho, con el día a día.
“NN” tal vez estaba confundida, claro y es que la mayoría de las personas no definimos notoriamente lo que es el amor; muchos piensan que se pasa del amor a la dependencia emocional; sin embargo, es poco probable pues no son caminos paralelos donde se pueda extender un puente y se transite sigilosamente por el para pasar de un lado al otro. El amor es una decisión manifestado en un sentimiento puro, genuino, desinteresado, que busca el bien del otro y no el propio. La dependencia emocional busca la subyugación, el control, el dominio, la búsqueda de la propia satisfacción y cuando se llega a ese estado ya se vive una incapacidad de romper o dejar la relación, algo así como una adicción.
“NN” ¿en qué pensabas?; bueno, ahora ya no importa… No puedes responder, es tarde para ti (sin embargo, puedes alertar a otras).
JEAN CARLA SABA DE ALISS
Pedagoga Social / Life Coaching
Facebook: Jean Carla Saba
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