Gonzalo Ribero el picapedrero de sueños

Luego de una prolongada ausencia, al artista plástico cochabambino Gonzalo Ribero, presentará desde este 25 de agosto su muestra “Picapedrero de sueños”.

Si bien la mitad de las obras que se expondrán en el Centro Simón I. Patiño son nuevas, se trata también de una retrospectiva de su obra, con pinturas desde 1967.

OH! conversó con el gran artista, que una vez más nos regala su obra y muestra su vigencia con mayor fuerza que nunca.

“Siento que aún puedo dar mucho”, dice Ribero y no hay duda, las imágenes son elocuentes.

La exposición estará abierta hasta el 4 de octubre.

 

OH!: Cuéntanos sobre esta nueva exposición. ¿Después de cuánto tiempo expones?

La exposición será en el Centro Simón I. Patiño, a partir del 25 de agosto. Vuelvo a exponer después de ocho años en Cochabamba. Tuve solo una exposición breve, “Adviento”, en el Centro Boliviano Americano; fue una exposición mixta entre antropología, fotografía y pintura.

Esta exposición la realizo gracias a la invitación del Centro Patiño e intitula “Picapedrero de sueños”, que es un calificativo que me dio el crítico de arte y amigo mío Ronald Martínez Castedo.

 

OH!: ¿Por qué eliges para la exposición, el nombre del poema que Martínez escribió para vos?

Porque en mi obra casi desde el inicio –yo empiezo a exponer desde 1965 cuando termino la carrera de arquitectura-, trabajé con materias pétreas y fui evolucionando el tema de los muros, los batanes, espacios siderales durante todo ese tiempo hasta nuestros días. Como motivo principal se han mantenido las piedras y Ronald, que ha acompañó mi obra hasta que falleció, ha observado mucho esto de la técnica de la piedra. Es lo más característico de mi obra, esa atmósfera de piedra, que recibe la luz, el efecto de la naturaleza, de los cambios climáticos, de la humedad y del tiempo. Es una piedra sin tiempo. Hay muchos cuadros que yo los titulo a tempore porque es el tiempo sin tiempo. El título de la exposición es poético porque Ronald además de crítico y músico, ha sido poeta.

 

OH! ¿Por qué tantos años de ausencia? ¿Significa que no has estado pintando?

En Cochabamba no he expuesto estos años, sin embargo lo he hecho en Tarija. Y claro que he seguido produciendo, inclusive antes del accidente que tuve he trabajado en dos años como 30 obras. Hay épocas en que también dejó de pintar y ese hecho es bueno porque uno elabora mentalmente las cosas. Es un descanso del ejercicio manual pero interiormente uno sigue trabajando y salen cosas nuevas. Es bueno parar de vez en cuando.

 

¡OH! Entiendo que además de presentar pinturas nuevas, esta exposición es también una retrospectiva de tu obra.

El cuadro más antiguo que presentaré es del año 1967, pero son pocos los cuadros antiguos, son más los nuevos. Se puede decir que esta exposición es una preparación para una retrospectiva que se podrá hacer cuando me muera (ríe).

Muchos cuadros míos están colecciones privadas en La Paz. Esta exposición ha sido un poco apresurada y me he prestado cuadros sin pensar en muchos cuadros importantes que están en colecciones privadas.

Sin embargo, hay cuadros buenos de épocas pasadas en esta exposición.

 

OH!: Me imagino que al recopilar cuadros para esta exposición, te has reencontrado con muchas pinturas que no veías muchos años. ¿Cómo te has sentido?

Les sigo teniendo mucho cariño a estas obras. Alguien que ya ha visto esta muestra antes de que se inaugure, me dijo que se sorprende de ver tanto cambio. El cambio se refiere al colorido, principalmente. Al inicio eran colores monocromos, grises, ocres. Poco a poco se han vuelto luminosos.

 

OH!: Tu pintura era también más concreta, eran portones, objetos, temas arquitectónicos, ahora es más abstracta.

Sí, es más abstracta y más libre porque no me preocupa mucho el tema. Yo comienzo sin saber qué cosa voy a pintar, espontáneamente se va dando.

 

OH!: ¿A qué atribuyes ese cambio en tu pintura? Si bien tienes un estilo muy marcado, es indudable que hay un cambio.

Bueno, una cosa ha llevado a la otra y tal vez se deba al estado anímico. Yo ahora, a pesar de mi edad un poquito avanzada y a pesar de mi accidente, me siento pleno de energía y siento que todavía puedo dar mucho. Inclusive estoy sacando unas técnicas que no he usado antes, pero que dan esa atmósfera también pétrea.

 

OH!: ¿Se puede hablar de una evolución en tu trabajo?

Sí, es una evolución que se refiere a luz a transparencia, ahí hay evolución.

 

OH!: Decías que el cambio de color puede tener que ver con estados de ánimo. Viendo atrás en tu obra, ¿puedes reconocer etapas de tu vida?

Claro que sí. Al comienzo estaba influenciado por los temas arquitectónicos, principalmente arquitectura antigua, esa de piedra enmohecida, que me ha incentivado mucho. Los pueblos lejanos, pero profundos en mi corazón, siempre me han cautivado, hasta el día, pero ya no los pinto. Los portones, por ejemplo, los encuentro místicos, no solamente un documento arquitectónico sino que hay una parte espiritual. Pero en mi pintura actual se advierte más ese aspecto espiritual, un poco evolucionado.

 

OH!: Un elemento presente en tu pintura son los batanes. ¿Por qué?

Es el motivo generador de mucha obra que he hecho. Como decía Mario Estenssoro, el leit motiv. Alfredo La Placa también se refirió a los batanes como trituradores de lluvias siderales, porque están conectados con espacios cósmicos. Los batanes que sirven para uso doméstico de la cocina, por el movimiento pendular, se elevan. Claro, eso es una ficción mía, pero tiene un sentido. Yo había visto un eclipse de luna cuando tenía unos seis años en Vinto, y los campesinos movían los batanes, sin moler nada. Hay un cuadro en la exposición que refleja ese tema, del batán en la luna, que se llama Sideral Andino. Ese cuadro fue expuesto en el pabellón de Bolivia en la Feria de Sevilla.

 

OH!: ¿Cuáles han sido tus exposiciones más importantes?

Debo tener aproximadamente unas 65 exposiciones individuales, entre ellas, me dejó muy satisfecho la primera exposición del Pacto Andino. Estábamos Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia en Museo Italiano en Lima por el año 70. Gracias a Marina Núñez del Prado, que propuso mi nombre para que participe. En esa exposición estaban Fernando Botero, Antonio Mata, Alejandro Obregón, es decir, lo mejor de cada país. Para mi fue una satisfacción tremenda, sentirme a lado de los grandes de América. Otra que me gustó mucho fue en la Unión Panamericana en Washington.

 

OH!: ¿Qué significa para vos esta exposición en el Centro Patiño, después de tantos años?

Es mostrar después de una ausencia prolongada, mi vigencia como artista y como persona. Si bien mi taller ha estado siempre abierto, es importante mostrar. Es muy diferente comunicarse en una sala amplia, con los medios de prensa, eso es muy valioso para el público como para el artista.

 

 

PICAPEDRERO DE SUEÑOS

Gonzalo Ribero

 

 

YO TE QUIERO AMIGO MÍO

Tiene la culpa de creer en la esperanza.

Humano de vocación y artista de nacimiento,

llega siempre temprano a la honradez

de ser sincero en sus actos.

 

Es un pintor de piedras, un picapedrero de los sueños,

de los sueños ancestrales

en las noches que vendrán.

 

Es un respetable director de la Orquesta del silencio,

del silencio que es igual a la palabra,

y de la palabra, que es igual al silencio.

 

Es un artista duro de roer

que siempre elude el caro

alquiler del paraíso.

 

Tiene el pecado de ser noble

en esta longitud proterva de la vida

porque aún cree en los Dioses

y en los mitos y en alguna

superstición cercana que la olvida.

es el gran hacedor de su universo

que cree en la gran conciencia de la piedra

donde toda la latitud histórica,

le cuesta el sueño, el cuerpo

y la vigilia.

 

Hablo de mi cómplice, de mi aliado,

de mi hermano mayo, en fin,

hablo de este cultural NOSOTROS,

hablo de las piedras silenciosas

que él pinta, porque aún

están con vida.

 

Ronald Martínez Castedo.