Edwin de La Fuente: “Ademaf no es una institución casual”
La Agencia para el Desarrollo de las Macroregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf) constituye una de las más novedosas instituciones estatales de la última década. Su director, el general Edwin de La Fuente, conversó con OH! sobre las dificultades que implica el viejo reto de sentar soberanía en el complejo territorio boliviano. Apasionado por la historia y la geografía La Fuente responde con meticulosidad a la hora de hablar de estrategias y operativos. Ya celebra diversos resultados que le han merecido dos reconocimientos internacionales.
OH!: Una de las grandes dificultades históricas del Estado boliviano ha sido sentar soberanía en sus más de 5 mil kilómetros de frontera. Escasa población, limitaciones económicas, vecinos más desarrollados, topografía, etc. suman entre las dificultades. ¿Qué estrategia ha asumido Ademaf para semejante cometido?
Lo primero que se analizó al crear Ademaf es la deuda histórica de que en más de 180 año no hubo ningún Gobierno que haya tenido una decisión objetiva de sentar presencia en las zonas fronterizas. Ello pese a que, como ningún país en Sudamérica había sufrido tanto en pérdidas territoriales precisamente por el abandono de las fronteras por parte del Estado. Y ni bien se iniciaba este proceso de cambio se empezó a proyectar esa institución.
Estamos todavía en construcción, somos una de las instituciones más jóvenes del proceso, tenemos siete años de existencia. Sin embargo, desde que nació Ademaf hubo un cambio fundamental en la presencia del Estado en las fronteras. Lo primero es que ya hay instituciones del Estado recorriendo las fronteras. Luego, hay todo un proyecto, basado en la Ley que crea Ademaf, que deriva en dos áreas estratégicas de desempeño: seguridad de fronteras y desarrollo de fronteras. Se considera que seguridad y desarrollo son dos temas políticos demasiado importantes para cualquier Estado que nunca se desligan.
Una de las crisis que tenía el país es que cuando se pensaba en seguridad se lo hacía solamente en términos militares. Y cuando, los políticos pensaban en fronteras, solamente pensaban en desarrollo. Entonces ahí hubo un error clásico, y por ello es fundamental ligar seguridad con desarrollo. Todo lo que se hace en desarrollo tiene una connotación en seguridad nacional y todo lo que se hace en seguridad nacional tiene una connotación en desarrollo. Ese es el concepto estratégico de la creación de Ademaf.
OH!: ¿Y cómo se plasma esa visión en lo territorial?
Al principio se crean cuatro macroregiones (amazonía, chaco, chiquitanía- pantanal y el altiplano) y 36 zonas fronterizas. Se hizo un estudio geográfico-físico, hidrográfico, orográfico… Se tomaron como referencia muchos documentos, que ahora son patrimonio bibliográfico de Ademaf. Luego, perfeccionamos aquella estructura y sumamos tres macro regiones más: los yungas, los llanos y los valles.
Es importante resaltar que nos pusimos a investigar las características geográficas, pero, más que todo, las grandezas y fortalezas que tiene Bolivia como escenario con tanta diversidad. Esto nos permite entender también por qué las mentalidades sociopolíticas y socioculturales de las comunidades indígenas son tan diversas.
Entonces acá hay una preparación y una visión estratégica, no se ha tratado sólo de crear una institución para que vaya a recorrer fronteras, sino además de tratar los temas específicos, como la cosmovisión chiquitano-pantanal, el mundo guaraní, etc. Debido a que no se hizo eso antes, a que no se comprendió la importancia de esas culturas, sus propias historias, sus luchas libertarias, en muchos pasajes históricos Bolivia cometió errores. Por ejemplo, en la Guerra del Chaco tuvimos que convivir con weenhayekes, con tapietes, y ellos poco o nada sabían del conflicto.
No podemos entrar a hablar de desarrollo a esos lugares sin entender su vida, su sufrimiento. Entonces la importancia de este proyecto está en que va a entrar una institución del Estado a las áreas fronterizas, pero con una comprensión profunda de lo que son esas comunidades, de lo que son esos grupos sociales. Es fruto de una larga reflexión propia del proceso de cambio, no podíamos nosotros entrar a estos territorios con la mente del colonizador. Teníamos que entrar con la mente del nuevo boliviano, respetando las culturas. Ahora de verdad estamos preocupados por ellos y su desarrollo. Ellos deben ser ahora parte activa de la construcción del nuevo Estado. Por esas razones, debemos entender que Ademaf no es una institución casual.
OH!: ¿Cómo han operado específicamente en el territorio?
En base a una experiencia inicial del año 2008, antes de la creación de la agencia, trabajamos con las brigadas solidarias. Son el primer potencial de Ademaf. Nosotros recorremos áreas fronterizas que nunca fueron transitadas por delegaciones estatales, peor hablar de que hayan participado varias instituciones al mismo tiempo.
Cabe resaltar que ya hemos recorrido más de 85 mil kilómetros de frontera. Invito a imaginar lo que significa ese reto en un país donde muchas veces no hay caminos y a veces ni siquiera sendas en áreas donde incluso no hay habitantes. Es un logro estratégico de grandes dimensiones. A la fecha, a Ademaf sólo le falta recorrer el 17 por ciento del espacio fronterizo boliviano que prevemos cubrir hasta fin de año.
Otro hecho muy importante es que hasta hoy hemos atendido a casi 700 mil personas en áreas fronterizas. Pensemos en las dificultades que implica ese cometido, a veces se recorre cientos de kilómetros y se halla cuatro casas con cuatro familias. Me parece que es algo muy valorable.
OH!: ¿Qué instituciones participan en esa asistencia y qué labores han hecho?
El Ministerio de Salud, con sus médicos safci (salud comunitaria), odontólogos y otros apoyos. A veces, donde podemos entramos incluso con el bus hospital móvil. En diversas oportunidades también evacuamos a enfermos y accidentados graves desde áreas de difícil acceso. Paulatinamente fuimos mejorando hasta poder llegar con atención médica especializada.
Por otra parte, participa el Servicio General de Identificación Personal (Segip). Por ello, para lograr esta carnetización, donde entramos debemos instalar antenas de alta tecnología. Se habilita internet, se enlaza con la central del Segip y se entrega a las comunidades sus cédulas de identidad en sitio. Trasladamos equipos a veces en bote a remo, a veces a pie… Estamos, de alguna manera, legalizando a nuestra gente en frontera, gente que a veces tenía carnets de los países vecinos. En esa labor otra necesidad es que muchos habitantes no tienen certificado de nacimiento y, por lo tanto, también participa personal del Servicio de Registro Civil (Sereci).
Igualmente hay funcionarios del Banco Unión. Ellos van a pagar los bonos sociales, como el Dignidad, el Juancito Pinto y el Juana Azurduy. También se deben trasladar equipos, antenas, paneles solares. Pensemos en que en esas zonas hay ancianos que hubiesen tenido que caminar 12 horas y hasta varios días para cobrar su bono.
También va gente de la Contraloría que brinda instrucción sobre leyes y normas a los alcaldes de las fronteras. A ellos se suman además, circunstancialmente, otras instituciones.
Y claro, siempre acompaña a las brigadas un aparato de la dirección de Seguridad de Fronteras. Ellos abordan el tema de los ilícitos. El resto del personal de Ademaf va evaluando las necesidades que tienen los habitantes de esas zonas. Estamos comunicando a las comunidades con el resto de Bolivia. Hay que ver cuánto significa un teléfono celular para un habitante de frontera. Los brigadistas son patriotas, enfrentan desde fríos extremos hasta terribles calores y grandes adversidades.
OH!: ¿Cuánto suelen durar las misiones de las brigadas solidarias?
Normalmente duran entre 25 a 30 días, pero otras mucho más. La más larga salió de Riberalta, por el río Beni, hasta el límite con La Paz, y duró 58 días. Organizamos brigadas solidarias navales, terrestres y aéreas. Cuando nació Ademaf (2010) hubo seis brigadas solidarias, en 2014 ya hicimos 12 brigadas, cada brigada ya atendía a más de 12 mil personas. Desde 2015 operan entre 18 a 20 brigadas.
Ademaf ya es conocida en las áreas de frontera. Frecuentemente recibimos llamadas de los pobladores. Las demandas se multiplican y estamos en constante evaluación y aprendizaje para ir mejorando.
OH!: ¿Y cómo actúa Ademaf en relación a las crónicas intimidaciones que han recibido los habitantes y los centinelas bolivianos desde los otros países?
Ahí actúa el otro brazo que es la división de seguridad de fronteras. Realizamos operaciones. Dentro de una semana, por ejemplo, haremos un operativo combinado en la frontera Perú-Bolivia. Ya hicimos otro con ellos el año pasado en el río Madre de Dios por los casos de la explotación ilegal de oro. Ademaf es la primera institución que realiza operaciones combinadas con instituciones de otros países en frontera. Tuvimos un éxito total, capturamos 18 dragas ilegales, trabajamos con la Armada, ingresamos con fiscales y destaco el apoyo de la Fiscalía General que nos ha apoyado en otro tipo de operativos.
Ello implica previos reconocimientos de inteligencia, recabamos información a través de diferentes medios, etc.
Los operativos combinados tienen la ventaja de que los ilícitos no pueden trasladarse de un lado al otro de la frontera como sucedería si fuera sólo la acción de uno de los países. Pensamos que hasta fin de año también podremos trabajar con Brasil.
Adicionalmente, el personal de la dirección de Seguridad de Fronteras recorre constantemente esas zonas. Desde 2014, por ejemplo, ya hicimos dos veces el reconocimiento de hitos desde el tripartito en Charaña hasta el tripartito en Villazón. También hicimos reconocimiento en el Abuná, por el caso de asentamientos brasileños. Y están previstos diversos operativos.
OH!: Varias zonas de frontera coinciden con parques nacionales y áreas protegidas. ¿Qué se está haciendo frente a las violaciones medioambientales que frecuentemente se denuncian?
Siempre hacemos contacto con las instituciones de cada caso, por ejemplo, en este con los guardaparques. Desde un principio lo hicimos, recuerdo que una vez viajamos por el parque Noel Kempf Mercado con el creador de Ademaf, el entonces ministro Juan Ramón Quintana nos reunimos con ellos en la zona de Flor de Oro. Dada nuestra función de interlocutores, viabilizadores y coordinadores, somos la institución que más convenios ha firmado con las diversas instituciones del Estado. Por ejemplo, hasta que llegue el poder del Estado, llevamos educación en escuelas itinerantes. En ese caso, tenemos cinco containers donde se brinda educación alternativa, aulas inflables, computadoras, etc. Queremos llegar a tener 21 camiones para ese propósito, tres para cada macroregión.
OH!: ¿Cuál es el presupuesto de Ademaf?
Llega a 23 millones de bolivianos, pero están básicamente destinados para el mantenimiento de la institución y su funcionamiento. Pero tenemos un plan para que Ademaf y sus capacidades crezcan, hasta hacerla auto sostenible. Tenemos otra división que es la de ingeniería social donde disponemos de una empresa de construcciones con la que hacemos obras sociales en fronteras. No dispone de presupuesto, pero el Estado nos proporciona recursos. Se basa en la antigua fuerza binacional Venezuela – Bolivia que pasó a depender de Ademaf más dos plantas asfaltadoras.
OH! Leí que sus proyectos han recibido reconocimientos internacionales
Sí. Participamos en un encuentro mundial en Lima. Nuestras tres estrategias fueron valoradas y recomendaron el proyecto Ademaf como material de estudio, en el acta de conclusiones. Eso derivó en un reconocimiento internacional que recibimos en España y hay otro que se realizará en Francia.
OH!: ¿Qué es lo que más le preocupa en relación a los objetivos de Ademaf?
Por una realidad histórica Ademaf está destinada a crecer. Hace falta material, personal, oficinas, etc. Necesita crecer. Si en los próximos cinco años no creciera, se sentiría ahogada. Pero si lo hace como debe, hasta 2025 tendremos una institución que va a asegurar nuestras zonas fronterizas.
Perfil
Edwin de La Fuente
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Edwin de La Fuente fue Comandante en Jefe de las FF.AA. del Estado Plurinacional. Ha dirigido y fundado diversas instituciones militares como el Centro de Investigación y Estudios Estratégicos del Ejército y el Departamento de Investigación y Estudios Estratégicos del Consejo Supremo de Defensa Nacional. Es además docente reconocido por la Unesco, historiador, investigador y analista. Ha recibido diversas condecoraciones.
