Carlos Valverde: “Lo de Evo pudo ser bueno y estamos terminando mal”
Las redes televisivas que otrora le abrieron sus puertas no pudieron lidiar con ciertas presiones. Por ello, hoy, Carlos Valverde Bravo apuesta al periodismo alternativo. En términos de audiencia, no le va mal. Cada día interactúa con cientos de seguidores, es visto en horario por varios miles y en diferido por decenas de miles.
En septiembre pasado, retornó al país, luego de un año y cuatro meses en Argentina, donde tuvo que refugiarse por el polémico caso Zapata. En esta conversación con OH!, el periodista hace un balance de los casi 12 años del Gobierno de Evo Morales.
- ¿Ve a Evo como candidato en 2019 y, más aún, como presidente en 2020?
No, porque yo sé que es ilegal siquiera la idea de ponerlo en una encuesta.
Evo Morales ya cumplió sus periodos constitucionales y no le corresponde ser candidato nuevamente. Así que es imposible mirarlo como tal.
- ¿No cree que pese a esa circunstancia, se fuercen los mecanismos y él sea candidato?
En ese caso estaríamos hablando de un gobierno inconstitucional, de otro estado de cosas del que uno no puede hablar. Es como si alguien nos dijese: “¿Me la puedo embarazar a su hija?”. Uno probablemente lo saca a patadas. Pero si el tipo la embaraza a tu hija, entonces probablemente hablas, ¿no? Para mí no hay el caso hipotético, resultaría una subversión del orden institucional, y eso es un golpe de Estado.
- ¿Con qué palabra definiría el actual momento del llamado “proceso de cambio”?
Lo calificaría como “lamentable”.
- ¿Por qué?
Por lo que pudo haber sido y no fue. Todos esperábamos que este Gobierno, habiendo salido de donde salió y habiendo generado tanta expectativa y esperanza, cambie las cosas. Yo tenía la sensación de que iba a ser el gobierno que cerraría por fuera la puerta de un modelo democrático que se había agotado en sí mismo. Pero Evo Morales es parte de ese mismo modelo democrático, con el problema de que estamos viviendo una otra democracia.
Antes estábamos con la democracia pactada, que es el mecanismo de solución a la no mayoría absoluta que se da en todos los países del mundo. El Presidente habla mucho de la señora Ángela Merkel y la destaca porque ganó nuevamente una elección. Sin embargo, no toma en cuenta que Merkel es parte de una democracia pactada.
- ¿Y cómo es esa otra democracia?
El Presidente reniega de los gobiernos de pactos y, sin embargo, él tiene una otra democracia con otros pactos. Pactos que no son del eje democrático, sino son pactos de fuerza, pactos de presión: mineros cooperativistas, cuando le sirven; mineros del Estado, cuando le sirven; cocaleros de los Yungas o cocaleros del Chapare, aunque estos últimos son inconmovibles. Entonces, él tiene un concepto de una otra democracia que no es la democracia formal.
En esa democracia en la que vive, sueña y piensa el Presidente, su reelección es absolutamente posible. Pero no es posible en la democracia de la Constitución Política por la que el propio Morales mató en Sucre.
- ¿Cuánto pesa en el desgaste del Gobierno eso que el Vicepresidente califica como “microcorrupción” y a lo que otras voces le ponen calificativos más fuertes?
El Gobierno tiene una tentación totalitaria muy grande. Eso de la “microcorrupción” es una idea muy sesgada de lo que de verdad está pasando en el país. Son miles de millones de dólares que se han perdido. El Fondo Indígena no es microcorrupción, por más que digan “los tenemos presos”. Los tienen presos porque era el único camino que quedaba frente al repudio popular.
Yo denuncié, en la gestión de Carlos Villegas, el sobreprecio por más de 40 millones de dólares en la planta separadora de Río Grande, nunca se aclaró. Hay otro sobreprecio en la planta separadora de Yacuiba. Los negocios turbios con la planta de Bulo Bulo, sobredimensionada en varios cientos de millones de dólares.
Luego está Papelbol, que sigue sin funcionar por más que digan lo contrario. Donde uno mira, hay corrupción. Y ese es el hecho: la corrupción más el autoritarismo, o sea, el negar la división de poderes. Todo eso te configura a lo que llamo la otra democracia. Ellos han intentado construir una democracia que en los hechos no les funciona, pero les sirve para avanzar en su proyecto totalitario.
- Siempre la relación cocaleros, coca ilegal y narcotráfico ha afectado a este Gobierno. ¿Qué tanto considera que se ha agravado ahora?
Oficialmente, datos del PNUD, nadie sabe a dónde va el 95 por ciento de la hoja chapareña, pero todos sabemos que va al narcotráfico. La coca del Chapare es el 45 por ciento de la producción nacional. Hasta ahí, el 40 por ciento de la coca del país va al narcotráfico. Si sumamos los excedentes de los Yungas, podemos hablar de un 50 a 55 por ciento. Lo sabe el Presidente. ¿Y sabe qué es lo peor? Lo peor es que ya lo sabe el mundo.
La última declaración de la DEA donde señala que cocaína boliviana llega a Cuba para ser trasladada a México y EEUU, no es una locura.
En Bolivia hay cada vez más coca, a tal punto que tuvieron que hacer una ley que aumente 10 mil hectáreas. A ello sumemos el hecho de que hoy los métodos de fabricación de cocaína son más eficientes, se producen tres kilos de cocaína con la misma cantidad de hojas de coca que antes se producía un kilo.
- Y eso inquieta mucho más en Brasil y Argentina
En el concierto internacional se considera que Bolivia es el proveedor de cocaína de Sudamérica. Los brasileños nos acusan de meter el 70 por ciento de la cocaína que entra a su territorio. Y Brasil es el país, en la media internacional, número uno en consumo. Frente a ello, Bolivia no está haciendo una tarea eficiente. Y, por supuesto, los cocaleros de Cochabamba y del trópico tienen un plus en la política del gobierno de Evo, son insustituibles.
Es insustituible el Chapare porque ocupa el estómago mismo del país. Se vuelven una fuerza política y una fuerza de presión de la que seguramente Morales no piensa deshacerse y más bien pretende incrementarla.
Nunca he dicho que fotografías de ciertas personas al lado de autoridades sean documentos para acusar a alguien de narcotraficante. Me refiero a los casos de la señora Lima Lobo de Andrade y de Rómer Gutiérrez Quezada. Pero lo que sí digo es que esta gente, los narcotraficantes, tiene mucho y fácil acceso a los grandes jerarcas políticos. Es un hecho que se puede comprobar.
¿No le parece raro que a estos muchachos Andrade Lima Lobo y Gutiérrez los detengan en Brasil, pero no se detecte cuáles son sus contactos en Bolivia? Y uno mandó 450, y el otro 100 kilos de cocaína. Tiene que haber toda una logística detrás y, sin embargo, no aparece. Significa que el Gobierno no tenía idea de cuáles eran las actividades de ellos y no hay duda de que eran grandes.
- ¿Errores? ¿Debilidades? ¿Por qué el Gobierno dejó que el narcotráfico recobre semejante auge?
Tengo la impresión de que pensaron que los cocaleros iban a regular la cuestión. Creo que ahí se equivocó el Presidente. Pensó que iba a haber un autocontrol en el Chapare, sobre todo porque de ahí sale la coca que va a San Germán.
Hoy vemos que el 95 por ciento de las fábricas bolivianas de cocaína están en Santa Cruz. Más o menos el 50 por ciento se lo puede encontrar en la provincia Ichilo, donde están Yapacaní y San Germán. El otro 50 se halla en las provincias cercanas a la frontera con Brasil. Me pregunto: ¿no era que los cocaleros iban a controlar que no haya narcotráfico?
El mantener al Chapare como santuario y decir que aquí no se fabrica droga, que se fabrica afuera, no les dio resultado. No fueron capaces de hacer que la gente no se meta en el narcotráfico, de concientizarla. Y hoy se vuelca contra ellos el hecho, demostrable, de que de los propios cocaleros están saliendo la coca que será convertida en cocaína. Ahora, el Gobierno tiene que hacerse cargo de sus culpas porque ellos son la base del poder político.
EEUU vuelve a poner su atención en Bolivia por el tema narcotráfico. A ello se añade el giro a la derecha que se produce en Sudamérica. ¿Se le viene al Gobierno un aislamiento o una presión internacional?
Uno podía estar tranquilo con relación a Estados Unidos porque se sabía que allá sólo llegaba el 3 por ciento de la cocaína que se producía en Bolivia. Bolivia ya no era una preocupación para ese Gobierno. Hoy veamos lo que se deduce de las nuevas informaciones: Venezuela es uno de los principales exportadores de cocaína del mundo y no tiene una hoja de coca.
Liguemos el informe del coronel Cardona con el informe de los brasileños sobre la presencia de aviones venezolanos en 2008 en Bolivia, los cárteles de los soles y las estrellas, Venezuela y Cuba. Se me antoja pensar como decía recientemente el diputado Yerko Núñez: “En el Beni estamos viviendo la época del narcotráfico de los 80”. Entonces recordemos que, en los años 80, Pablo Escobar y Roberto Suárez pagaban un millón de dólares al día a Cuba para usarla como cabeza de playa para dejar la droga en Estados Unidos. ¡Y eso lo dice en su libro la viuda de Roberto Suárez!
A Temer, con todos sus defectos, en Brasil no lo van a bajar, no pueden darse el lujo de bajar dos presidentes tan seguido. Y Temer va a seguir insistiendo contra la cocaína. A eso juntemos al presidente Cartes de Paraguay, que también tiene problemas con la droga.
Sumemos el caso de Macri en Argentina. Allí la ministra Patricia Bullrich es muy dura contra la droga. Ellos tienen la experiencia de la gobernadora de Buenos Aires, amenazada por la mafia narco. Va a entrar probablemente Piñera en Chile, que tiene una postura muy fuerte contra la droga.
Y en Perú, Kuczynski tiene problemas tanto con los narcotraficantes propios como con los vecinos. Es decir, Evo va a quedar aislado si no toma acciones radicales contra la droga. El panorama, volviéndolo a meter a Estados Unidos por los negocios de los narcotraficantes que envían droga boliviana, no es bonito para don Evo.
“EVO MORALES NO TOMA EN CUENTA QUE ÁNGELA MERKEL ES PARTE DE UNA DEMOCRACIA PACTADA”.
“ME PREGUNTO: ¿NO ERA QUE LOS COCALEROS IBAN A CONTROLAR QUE NO HAYA NARCOTRÁFICO?”
“Y UN ACIERTO QUE TUVO EVO MORALES FUE NO MOVER MUCHO EL MODELO ECONÓMICO”
Carlos Valverde. Foto archivo
CHINA EN BOLIVIA
¿Qué opina de la creciente presencia china en Bolivia?
Es un ingreso terriblemente corrupto a nuestro país. Sin embargo, no creo que haya una intención de China de influir en la política boliviana. China no viene con esas ganas del viejo partido maoísta de hacer un modelo chino. Los chinos saben que su modelo es irreplicable. Eso sí, si las empresas chinas nos pueden sacar hasta el último peso y si nos pueden estafar, lo van a hacer. Funcionan como el peor capitalismo. Es ese capitalismo salvaje que sólo quiere llevarse todo lo que puede y dejar, como decía Jaime Paz, las tablas de un país campamento.
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Usted es uno de los críticos más duros del Gobierno. ¿Qué de bueno rescata de lo hecho por Evo y el MAS?
Hubo más inclusión en el país. Alguna gente abusó de esa inclusión, pero fue algo bueno. Otro aspecto es que el país estuvo bien visto por algún tiempo a nivel internacional, pero no pudieron mantener esa imagen. Además de eso, la Nacionalización de Hidrocarburos está claro que arrancó, pero no dio buenos resultados. Es decir, invirtieron muy mal el proceso de nacionalización y se llenaron de corrupción.
También salva que al principio, hasta 2008, se pudo demostrar que podemos vivir entre nosotros más allá de nuestras diferencias. Ahora me temo que van camino a la destrucción de la democracia.
