Javier Moscoso y su vida volando
TESTIMONIO | HA SIDO PARTE DE LA HISTORIA DE LA AERONÁUTICA BOLIVIANA Y A LOS 98 AÑOS, LLEGÓ AL PAÍS PARA VISITAR A SUS PARIENTES.
Don Javier Moscoso se veía sorprendido después de dar un paseo por Cochabamba, hace un par de semanas.
“Es tan diferente todo lo que estoy viendo en Cochabamba que todavía no entiendo cómo en tan poco tiempo han hecho tanto”, dice sobre su visita a la llajta después de 33 años.
Ha llegado a los 98 años con mucha lucidez, actualmente vive en Barcelona, España y estuvo en Bolivia recorriendo ciudades como Santa Cruz, Sucre y Cochabamba, donde tiene parientes que visitar.
Javier Moscoso es parte viviente de la historia aeronáutica de Bolivia. Ingresó a las Fuerzas Armadas el año 1941 cuando se inauguró la escuela de aviación en Santa Cruz.
“Fuimos a Santa Cruz y estuvimos los años 42 y 43. Me destinaron a Cochabamba para terminar un curso de acrobacia aérea, después me llamaron a La Paz, me mandaron a hacer un curso en Canadá sobre aeronáutica civil y cuando regresé a La Paz, me nombraron Director de Aeronáutica Civil. El ministro de esa época me dijo que con la experiencia que había tenido, él quería que se haga en un año la ley de aeronáutica”, comenta y añade que cuando fue a Canadá encontró una realidad muy distinta a la boliviana, ya que los aviones de hélice estaban desapareciendo y aparecieron los jets.
“Había que cambiar toda la organización mundial, porque no era lo mismo que un avión lleve a 20 personas, que a 200 o 300, la pista no es igual, la potencia de los motores es distinta y recibir a la gente es totalmente diferente. Había que tener una ley para que todo eso esté regido, antes cualquier avión volaba sin ninguna norma”, dice.
Entonces, Moscoso trabajó durante un año en la primera Ley Aeronáutica boliviana, entregó el trabajo al entonces Ministro para que llegue hasta el Congreso y ahí se haga la última corrección.
“Yo renuncié a la Dirección Aeronáutica porque me ofrecieron el cargo de copiloto para una mina, volábamos a todos partes con carga, fueron 5 años de vivir en la mina y volar con ese avión, una experiencia fabulosa, mi último vuelo fue en 1953”, cuenta.
Después fue nombrado Director Nacional de Industria y Comercio dependiente del Ministerio de Economía, en la época del Presidente René Barrientos. En ese puesto también le tocó hacer leyes, sobre todo para frenar el contrabando, además se capacitó en Israel en industrias comerciales, alrededor del año 1968.
Ha conocido tantos lugares que ha perdido la cuenta, estuvo en Grecia, Turquía, Londres, Libia, Marruecos, Argelia, vivió varias dictaduras, incluso estuvo cerca de las juventudes nazis.
Ya en su última etapa laboral se desenvolvió como cónsul de Bolivia en Barcelona, fue nombrado al regresar de uno de sus viajes durante el mandato del Presidente Juan José Torres, quien fue su compañero en el Colegio Militar.
Durante toda su vida no ha dejado de trabajar y asegura, entre risas, que el secreto para vivir tanto es portarse “bien y mal”.