“PIENSO…”
Las constantes conferencias o los escritos como éste, me han regalado el privilegio de conocer a muchas personas, pero sobre todo interactuar con muchas más que en la mayoría de los casos no las conozco; un ejemplo de ellos, son los correos que habitualmente recibo, donde sí existe una firma, pero no siempre un rostro. En ese sentido, recibí un mensaje que textualmente decía lo siguiente (hice un copy/paste):
“Estimada Jean Carla:
Primero expresar mi cariño y respeto por lo que escribe en su columna del periódico, la leo siempre que puedo. Me anima mucho sus palabras y mensaje.
Me preguntaba si alguna vez ha escrito algo relacionado al posicionamiento de las mujeres profesionales en nuestro medio, es decir cómo estamos, si valoradas en cabal dimensión, o subvaloradas, apreciadas o relegadas. Quiero decir si desde hace unos años han cambiado en algo las actitudes en una sociedad primordialmente machista (lo digo pues trabajo en un lugar donde el 80% son varones, las voces de “mando” son siempre varones, los que hacen carrera son varones, los que se postulan a decanos o a jefaturas son casi siempre varones, hablo de la universidad).
Me encantaría saber cuál es su perspectiva de esta arista de nuestra realidad, quiero decir cómo la interpreta, por qué ocurre así... y si se podría cambiar en algo, cuáles piensa podrían ser las vías correctas y honorables, en medios a veces muy difíciles de lidiar”.
Mi respuesta ha sido que nunca escribí al respecto, pero que si me permitía le podría dar una respuesta pública de lo que pienso, lo que no significa que es mi última palabra; sencillamente, mi opinión a priori y mi manera de interpretar este tema, considerando las limitaciones que existen al no poderlo hacer verbalmente.
“…cómo estamos, si valoradas en cabal dimensión, o subvaloradas, apreciadas o relegadas…”
Pienso que el valor y el aprecio en primera instancia deben partir de uno mismo. Una de las premisas de la fe cristiana versa “ama a tu prójimo como a ti mismo”; nadie puede amar, aceptar, reconocer o valorar al otro si no se ama, acepta, reconoce y valora primero a uno mismo. Un primer elemento de evaluación sería tratar de indagar ¿cómo estamos internamente? En la mayoría de los casos, el problema está en uno y no en el otro (seamos hombres o mujeres). En la medida que nosotros nos valoramos, generalmente los demás lo hacen o lo harán.
“…Quiero decir si desde hace unos años han cambiado en algo las actitudes en una sociedad primordialmente machista…”
Pienso que las actitudes como tal no han cambiado, lo que sí ha cambiado es la legislación o los movimientos activistas al respecto. La pena es que una ley sin conciencia es letra muerta, como también un movimiento activista movido por sentimientos negativos es insano. La actitud en mi entender es la disposición interna del corazón que va más allá de un comportamiento o una conducta, éstas las puedes aprender o controlar; sin embargo, la actitud está en relación con el contenido personal… y la pregunta se repite ¿cómo estamos internamente? (seamos hombres o mujeres).
“Me encantaría saber cuál es su perspectiva de esta arista de nuestra realidad, quiero decir cómo la interpreta, por qué ocurre así...”
Pienso que los espacios deben ser otorgados por derecho, entendiendo que todo derecho no es algo que se debe dar; es algo que nadie lo puede quitar. Es posible que en algunos momentos se vea a las mujeres como amenazas, pues se dice que en las relaciones humanas y en la administración lo hacemos mejor (así dicen).
“… y si se podría cambiar en algo, cuáles piensa podrían ser las vías correctas y honorables, en medios a veces muy difíciles de lidiar”.
Pienso que al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios (como principio de justicia).
JEAN CARLA SABA DE ALISS
Pedagoga Social / Life Coaching
ethos.capacitaciones@gmail.com
Facebook: Jean Carla Saba