El mundo quiere conocer más de Bolivia
Se llama Bahman. En persa –el idioma que se habla en Irán, su país de origen– su nombre significa avalancha. La calma de este hombre está lejos de lo que evoca la idea de una avalancha. Pero hay algo en su actitud y en la convicción con la que cuenta su película, que hacen pensar en la fuerza y determinación de eso, de una avalancha. Como cuando se refiere a su búsqueda de financiamiento para producir su primer largometraje de ficción y a la opción elegida para encarar ese reto “esencial para todo cineasta”.
“Ha sido muy difícil ganar la confianza de canadienses y estadounidenses y conseguir que financien una película en Bolivia. Estamos hablando de la Bolivia de Evo Morales, que no es muy amistosa con algunos gobiernos de países como Canadá. Además, con el trasfondo del Che Guevara. Miami, donde reside la coproductora estadounidense, ¡está llena de cubanos en exilio!”, cuenta Tavoosi.
Pero pudo ganar la confianza necesaria y conseguir el dinero suficiente para producir una película de más de una hora y media de duración, filmando en varias locaciones, todas alejadas de la ciudad y con unas 200 personas involucradas en el rodaje.
PRIMERA FICCIÓN
Y aquí está, venciendo un reto que se lo atribuyó él mismo: “Es mi primer largometraje de ficción y, para cualquier director, su primer largometraje es algo esencial. Imagino que otros directores, cuando quieren hacer su primer filme, eligen un reto mucho más fácil”, cuenta, antes de añadir que el proyecto inicial del filme que está terminando de rodar en el país, “primeramente era una película mucho más ambiciosa, que debía rodarse en Bolivia, Brasil y Rusia. Pero los financiadores canadienses me dijeron que debía ser una película producida en un solo país”.
Acomodó su proyecto a las condiciones favorables, logró el financiamiento por un monto que no puede divulgar y aquí está, dirigiendo su película, con su guión, en un país donde “no hay una industria cinematográfica muy fuerte, entonces, para un director extranjero trabajar aquí, es siempre un tanto difícil”.
“Imagino que para los realizadores bolivianos es menos difícil porque ellos tienen sus propias maneras de encontrar cosas. Yo tenía mis propios retos para Bolivia. Todo mi equipo es boliviano. Antes tenía un director de fotografía canadiense, pero ahora tengo uno boliviano. Todo el equipo de filmación es boliviano, excepto yo. Pero tenemos productores de Canadá, EEUU y Colombia”.
ÚNICA DIFICULTAD
Aunque Bahman no se queja de las condiciones locales para filmar, observa que “la única dificultad es la ausencia de industria cinematográfica”. Esto se manifiesta en parte con la carencia de recursos técnicos, pero sobre todo en la falta de “mentalidad y educación de la gente”. Una mentalidad que sí existe, “pero sólo entre muy poca gente. Conozco a varias generaciones de gente en Bolivia. En marzo tengo una invitación de mi amigo Jorge Sanjinés para hacer un taller de unos cinco días sobre puesta en escena, en su escuela de cine Ukamau, en La Paz”.
Entre los más jóvenes, conoce a Pablo Paniagua, Kiro Ruso. Luego, gente de aun otra generación, como Juan Carlos Valdivia o Marcos Loayza. “Después de dos años, todos son mis amigos”.
EL MUNDO Y BOLIVIA
¿Y qué piensa del cine boliviano? Responde sin vacilar: “Yo siempre he dicho que el mundo está interesado en Bolivia. No hay demasiadas imágenes que el mundo conozca de Bolivia. Entonces, es lo que les digo a Kiro, Juan Carlos y a otros: están produciendo imágenes muy frescas de Bolivia, para el mundo.
El mundo quiere conocer acerca de Bolivia, entonces se trata de producir, enviar y mostrar al mundo imágenes frescas de este país que es exótico y bello, tiene extraordinarias características geográficas, su gente es muy especial, es un país maravilloso, pero cinematográficamente perdido”.
HOLLYWOOD
Respecto de la meca occidental del cine, Brahman Tavoosi tiene una opinión razonable y optimista. “Es muy fácil atacar ideológicamente a Hollywood sólo por su éxito financiero”, dice.
“Sí, es una maquinaria de producción de riqueza, pero Hollywood es una maquinaria muy interesante, una máquina de soñadores. Obviamente se puede hacer observaciones y análisis ideológicos, pero es un fenómeno interesante y amplio”, constata.
¿Y no es una máquina ideológica?. “It is, also yes, it is”. “Lo es, sí, también lo es”, responde. “Pero también es una máquina que representa un montón de sueños inalcanzables”, e intereses políticos y fantasías también. Y también Hitchcok (director de cine y productor de origen británico) es Hollywood, Billy Wilder (director de cine y productor estadounidense de origen austríaco seis veces ganador del Óscar) es Hollywood, Chaplin es Hollywood. Todas estas grandes figuras han sido parte del sistema y todos han sido maestros del cine.
Yo pienso, yo tengo la predicción personal de que Hollywood podría cambiar, va a abrirse a voces nuevas, jóvenes e independientes. Va a cambiar, ese es el futuro de Hollywood, con seguridad”, concluye. “El tiempo de las voces independientes y jóvenes está llegando”.
¿Directores que admira, que lo inspiran?
“Es un poco difícil de hablar sólo de directores”, observa pensativo . Y agrega que sus preferencias se dirigen más bien “al cine de algunos países, como el cine italiano de cierta época, el cine alemán, el cine de Hollywood de las décadas de los años 50, 60 y/o 70. Pero yo tengo una relación muy fuerte con el cine de Irán”, concluye.
DOS CARRERAS
“En Irán comencé haciendo dos carreras simultáneas: periodismo era una, pero también actuación y cine era otra. Empecé actuando en películas cuando tenía siete, ocho años”.
OFICIO ABSORBENTE
”Mi padre era productor de cine en Irán. Entonces, mi introducción en el cine ha sido mucho más temprana que en las letras. Así, me fui de Irán a Canadá donde continué como periodista. Pero luego me concentré sólo en el cine”.