Desde hace tres semanas, los vecinos que viven cerca de la laguna Alalay, en la OTB 9 de Abril, soportan el olor nauseabundo del agua putrefacta a causa de las cianobacterias que han proliferado en el embalse y provocaron una segunda mortandad de peces en agosto. La primera crisis se dio en marzo y obligó a aplicar un plan de emergencia.