El médico ginecólogo congoleño Denis Mukwege y la yazidí Nadia Murad, exesclava de los yihadistas convertida en activista, recibieron el Premio Nobel de la Paz, una ocasión para denunciar la impunidad de la que goza la violación empleada como arma de guerra y la indiferencia para proteger a las víctimas de violencias sexuales.