Fármaco contra cáncer de pulmón
El diseño de los nuevos fármacos contra el cáncer se parece mucho al trabajo de un miniaturista, ajustando piezas capaces de encajar en las células tumorales para bloquearlas. Un nuevo estudio publicado en la revista 'Nature' y comentada en elmundo.es demuestra que este conocimiento de la célula puede traducirse en el desarrollo de un nuevo tratamiento contra el cáncer de pulmón.
Hasta ahora, los pacientes con un tumor de pulmón de células no pequeñas que además son portadores de una mutación en el gen EGFR se beneficiaban de la acción de una familia de fármacos específica: erlotinib y gefitinib. Estos medicamentos, denominados inhibidores del EGFR, están diseñados para ocupar un hueco en la célula tumoral destinado en realidad para otra molécula. Al impedir a esta pieza ocupar su sitio y enviar señales para que el cáncer se divida, los medicamentos logran su misión de detener el crecimiento del tumor.
Sin embargo, transcurrido cierto tiempo (una media de ocho meses aproximadamente), la célula es capaz de zafarse de este mecanismo de control y seguir creciendo a pesar de los fármacos.