Déficit de atención, ¿qué es y cómo tratarlo?
¿Su hijo tiene problemas para prestar atención? ¿Le cuesta controlar su comportamiento?
Para algunos niños, estos pueden ser síntomas de trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Pero, ¿qué significa esto y cómo afrontar esta situación?
Se trata de una condición que se diagnostica cuando un niño no tiene la capacidad de concentrarse en una sola cosa; la carencia en la selección y el mantenimiento de atención y las consecuencias que esta actitud puede acarrear a nivel psicológico. Es decir, se refiere a una persona que presenta dificultades para permanecer quieta, actúa sin pensar primero o empieza a hacer algo pero nunca lo termina, entre otras situaciones.
El psicólogo clínico humanista Francisco Cortés Abad señala que cuando se habla de niños y niñas “inatentos” se alude a aquellos que presentan un déficit de eficacia atencional.
“La eficacia atencional es la calidad de la capacidad de atención: atender a los detalles, establecer conexiones entre los estímulos, comprender y relacionar las señales, identificar los estímulos relevantes, etc.”, dijo.
Asimismo, mencionó que el déficit de atención (con o sin hiperactividad) es básicamente un trastorno de tipo neurobiológico.
“Estos niños no son discapacitados intelectuales a pesar de que es muy probable que desarrollen problemas específicos del aprendizaje y se produzca un cierto retraso escolar. Pero esto no es impedimento para que ellos consigan logros académicos o laborales más adelante”, señaló.
¿Cómo reconocerlo?
Todo niño puede en alguna etapa de su crecimiento distraerse con facilidad, mostrarse arrebatado o demasiado activo, por lo que resulta importante distinguir si estos comportamientos son propios de la edad o son manifestaciones de la patología.
Cortés aseguró que desde el hogar se debe “captar” los síntomas y, posteriormente, acudir a su médico familiar, quien determinará si realmente se trata de este trastorno y lo enviará a valoración con un especialista. Se diagnóstica a partir de los 6 o 7 años en adelante.
¿Cómo tratarlo?
Mediante técnicas cognitivo-conductuales, orientadas a que el niño alcance autonomía física que respete el orden, desarrolle hábitos, que sea colaborador. En relación al área cognitiva, que pueda autoevaluarse, se autocorrija y tenga la capacidad para seleccionar la información. Respecto a lo emocional, que fortalezca su autoestima, que enriquezca la calidad de las relaciones y sea autónomo.
En el hogar puede desarrollar distintas actividades como, por ejemplo: realizar rompecabezas lo que favorecería la concentración. Otra tarea puede ser colorear sin que deje espacios en blanco, o pintar mándalas. Es de gran ayuda tener un espacio de tiempo para trabajar con los padres y que supervisen la realización de los deberes.
¿Cómo tratarlos en la escuela?
El déficit de atención se puede trabajar desde la escuela y en casa si se conoce los pormenores del trastorno y cómo hacerle frente. Las instrucciones deben ser claras y concisas, adecuadas a la capacidad y características del niño. Mejor sólo una instrucción en cada emisión verbal. Los niños con déficit atencional aprenden mejor cuando la información es presentada visualmente.
DATOS
Laberintos. Pueden ser materiales preparados por los propios padres, y se puede adaptar si se trata de un niño o una niña: camiones, mariposas, deportes, etc. Utilizar desde laberintos muy sencillos, hasta realmente complejos.
Sopas de letras. Este juego ampliamente conocido puede abordar varias temáticas y uno mismo puede hacerlo. Además, están los juegos de mesa que utilizan este sistema.
Diferencias. En este tipo de actividades, es importante la figura del adulto como apoyo por ejemplo, si el niño emplea un tiempo excesivo en encontrar una determinada diferencia, apoyarlo para que no se frustre, darle pistas, etc.
Memoria. A través de diferentes dinámicas se desarrolla y potencia esta capacidad. Se puede iniciar con nombres, países, etc.