“Bocadillos”, frutas y barras, ideales para horas de trabajo
Las jornadas de trabajo y las exigencias laborales durante al menos ocho horas ininterrumpidas exigen comidas ricas en proteínas y que proporcionen energía.
La médica nutrióloga Verónica Ayala recomienda pensar en las características del trabajo que realiza cada persona, puesto que hay mucha diferencia entre las actividades de desgaste físico y las de oficina o más estáticas.
Para los trabajos que son más físicos y exigen un gasto calórico alto, se necesitan alimentos ricos en calorías como los productos lácteos y barras de cereales lo más naturales posibles. Los frutos secos como las almendras, nueces y maní son ideales.
Cuando no se realiza trabajos muy desgastantes físicamente se recomienda frutas con yogurt, queso o con galletas; frutas solas y agua, café con galletas o lonjas de jamón, verduras con alguna salsa.
Según Claudia Abastoflor, nutricionista, las barras de cereales son mejores si se hacen en casa, puesto que las industrializadas no son recomendables. En lugar de consumir dulces y galletas, lo mejor como merienda a media mañana o tarde es el chocolate amargo en cantidades limitadas, ya que el cacao es sano y ayuda a adelgazar.
En el trabajo, además, ambas profesionales coinciden en que debe tomarse en cuenta que lo que se coma debe ser práctico y consumirse en tiempo breve. Las barras de cereales como la linaza y chía tienen un buen resultado.
Respetar las comidas
La persona que trabaja debe organizarse para consumir sus alimentos en hora. Por ejemplo, el desayuno es elemental especialmente cuando el oficio es altamente físico o mental. Las horas de concentración también exigen estar bien alimentado, recalca Ayala.
En caso de no haber desayunado antes de ir a trabajar es recomendable que éste se ingiera a más tardar una hora y media después de levantarse. Si el desayuno se toma en la oficina debe tener proteínas, por ejemplo ponerle leche al café y untar el pan con mantequilla de maní.
Como el desayuno, todas las comidas son importantes.
Si por cualquier motivo no se puede comer algún tipo de merienda, lo ideal es consumir las tres comidas, desayuno, almuerzo y cena.
Para quienes no cenan pueden reemplazar esta comida con yogurt u otro alimento, al menos dos horas antes de dormir, destaca Abastoflor.
Todos diferentes
Es difícil dar una dieta para todos, puesto que lo ideal para cada persona depende de si es hombre o mujer, el peso, la talla, el requerimiento por su trabajo y si tiene alguna enfermedad o no, dijo Ayala.
Por ejemplo, si se trata de una mujer, por la capacidad de acumular grasas, se debe comer raciones menores a la de un hombre.
Entre comidas
Lo ideal, según Ayala, es intercalar bocadillos saludables en la mañana o en la tarde, puesto que si esperamos más de cuatro horas sin comer nuestra ración será más grande de lo que necesitemos y puede ser muy rica en grasas cuando elegimos comer fuera, lo cual no es saludable.
Si se trata de bocadillos como pasteles, sándwiches u otros ricos en grasa y azúcar, no es un gran perjuicio siempre y cuando sean esporádicos, puesto que para muchos el trabajo es estático y no realizan actividades físicas. No deben consumirse más de una vez a la semana, destaca Abastoflor.
Los carbohidratos deben ser evitados por los trabajadores que no realizan muchas actividades físicas y se recomienda que consuman mayores proteínas (lácteos, carnes y huevos).
Una buena hidratación es elemental para la concentración y el trabajo. Consumir de un litro y medio a tres de agua es importante, aconsejó.
DATOS
Buena hidratación. La cantidad de agua que una persona debe beber en el día depende de su tamaño, constitución física y necesidades de su organismo, por eso puede variar de un litro y medio a tres.
Consumir grasas buenas. La preferencia para todas nuestras comidas o meriendas debe orientarse a las grasas vegetales, como el aceite de girasol, sésamo y otros. El consumo de grasas animales puede provocar enfermedades cardiovasculares.
Barras caseras. Las barras de cereales caseras pueden elaborarse con frutos secos, avena, ajonjolí, canela, miel y aceites naturales como el de sésamo. Existen muchas variantes y algunas precisan ser horneadas.