La música ayuda a aprender y combate emociones negativas
No hay duda que la música puede cambiar nuestro estado de ánimo, darnos energía o hacernos recordar buenos o malos momentos.
Y en el aprendizaje, el efecto de la música como un instrumento de terapia es común y efectivo, según el caso.
Algunos de sus efectos demuestran la versatilidad de la música y dan un vistazo a un increíble mundo de posibilidades.
En la educación
“La música ha acompañado desde siempre al ser humano” y se sabe que a través de ella las neuronas se conectan, así como los dos hemisferios del cerebro”, afirma el profesor de la orquesta juvenil del Instituto Eduardo Laredo y director de la Orquesta Sinfónica de Cochabamba, Augusto Guzmán.
El psicólogo educativo Germán Burgoa señala que en la educación la música puede ayudar en la memoria, relacionando contenidos pedagógicos con canciones.
Cuando se trata de un problema de dislexia, por ejemplo, para conservar el ritmo, unir o separar correctamente las palabras, puede trabajarse desde los tres o cuatro años de edad con música lenta y pausada. Así se mejora la lectura y la comprensión, dice.
La música también sirve para mejorar la pronunciación, incluso los niños dejan de lado el tartamudeo, afirmó Burgoa.
“Se habla de efecto Mozart para la estimulación de los niños, en el vientre, pero puede hablarse también del efecto Haydn o del efecto Bethoven”, lo importante es que se logra con la métrica, armonía, tonos y melodías de la música clásica, señaló Guzmán.
En las emociones
La música ayuda a disminuir el estrés. Pero también a superar diferentes momentos difíciles, teniendo mucho cuidado. No se le recetará ritmos lentos a alguien que tiene depresión, por ejemplo. Y para superar el duelo, la música más dinámica es una alternativa.
La música clásica o instrumental es la más utilizada porque al no tener letra evita el mensaje directo o vínculos no deseados. Si es una canción conocida llevará a la persona por sus recuerdos y podrían ser negativos, dijo Burgoa.
Estas terapias funcionan en algunos casos y no en otros, aclaró. Se trabaja con estados de ánimo y con los tonos diferentes de cada pieza musical.
Los placeres de la música
Las personas que dedican a la música encontrarán en ella una isla donde desestresarse de la vida laboral o de estudios, es un complemento en las actividades diarias, afirmó Guzmán.
Y los que aprenden a tocar algún instrumento, por ejemplo, serán mejores ciudadanos porque seguirán las normas y el orden incluso en las calles, no tolerarán el desorden ni la desorganización, serán más sensibles y tendrán un sentido estético distinto, sustentó.
Además, para quienes aprecian escuchar música en conciertos, por ejemplo, saldrán de una cadena mecánica de vida rutinaria. “Con la música se vuelve a sentir como un ser humano, la música sensibiliza, nos permite transportarnos por mundos internos y hasta encontrarnos con los recuerdos”, apuntó.
MÁS BENEFICIOS
Efecto Mozart. Aunque no ha sido del todo comprobado, los defensores del efecto Mozart señalan que la música del compositor austriaco ayuda en el desarrollo de la inteligencia y otras capacidades cognitivas, sobre todo durante el desarrollo temprano.
Beneficios en la salud. La música puede ayudar a disminuir eficazmente el dolor (artrosis y artritis). Ayuda a superar la migraña y dolores de cabeza. Acelera la recuperación de accidentes cardiovasculares. Puede aumentar la inmunidad mediante la secreción de hormonas. Mejora la concentración, atención, el movimiento y la coordinación del cuerpo. Además, estimula la memoria y reduce la ansiedad.