El “maltrato infantil” no era un concepto
En 1962, un doctor estadounidense publicó un artículo describiendo lo que llamó “el síndrome del niño maltratado”, uno que el mundo médico había estado ignorando rutinariamente durante años.
“Potencialmente, todos podemos golpear a nuestros hijos y todos nos enojamos con nuestros bebés de tanto en tanto”, dijo el doctor Henry Kempe.
Sus palabras siguen siendo difíciles de escuchar décadas más tarde pero más lo fue a finales de los años 50 y principios de los 60, cuando el concepto de abuso de menores sencillamente no existía.
Por eso, el verano en el que Kempe publicó su estudio con el deliberadamente provocativo título de “El niño maltratado” causó conmoción.
Kempe contó que cuando era jefe de pediatría en el hospital general de Colorado le desconcertaban la cantidad de lesiones sin explicación con que llegaban los niños.
“Probablemente la gente se negaba a creer que los padres podían maltratar así a sus hijos”, señala Annie Kempe, la hija.
El doctor Kempe evaluó de manera sistemática las placas de rayos X de los niños menores de cuatro años que estuvieran en sus salas en el hospital, y confirmó su sospechas.
La historia que mostraban los rayos X no coincidía con los cuentos que le contaban
Para 1961 ya tenía suficiente evidencia para ofrecer una conferencia sobre el tema.
Al terminar, cuenta su hija, “algunos pediatras estaban agradecidos pues les había dado una etiqueta para conectar lesiones sinsentido; otros pensaban que su reacción era desmesurada”.
TESTIMONIO
“Acuñé el término ‘síndrome del niño maltratado’ como un mecanismo para llamar la atención a una condición que no se diagnosticaba y para la que siempre había otras explicaciones —como huesos de cristal o, en el caso de retraso de crecimiento, unas 300 causas—, cuando lo que estaba ocurriendo era que el bebé no estaba siendo alimentado”.