Los animales también sienten celos
Aunque desde el punto de vista científico es difícil estudiar las emociones de las mascotas, los resultados de las investigaciones están comenzando a sugerir que los celos, al menos, son una emoción “primordial” que se comparte con otros animales sociales, particularmente perros y primates. Los celos surgen cuando se cree que hay alguien más que puede arruinar la relación.
Investigadores de la Universidad de California en San Diego adaptaron los experimentos con perros y descubrieron que actuaban mucho más celosos cuando sus dueños interactuaban con un perro falso (acariciándolo y tratándolo como si fuera real) que cuando acariciaban otros objetos.
Un tercio de los perros estudiados intentaron interponerse entre sus dueños y el perro falso, y un cuarto de ellos incluso atacó al muñeco. En el caso de los perros que no mostraron celos, los investigadores sospechan que identificaron que los animales eran de peluche y no reales, o simplemente no tenían vínculos muy fuertes con sus dueños.
Los científicos también han documentado los celos en los monos tití cobrizos.
Los machos de estos pequeños primates pueden ponerse agresivos frente a sus rivales románticos, y se colocan entre sus parejas y sus rivales potenciales. En ocasiones llegan a restringir físicamente a sus parejas para evitar que se muevan hacia los machos intrusos.
Aunque estas dos investigaciones sólo se han enfocado en perros y monos, los celos también se han observado en caballos, aves y gatos.