Conoce a Romeo, la rana de Bolivia que conmueve al mundo
Ojos grandes de color verduzco-café, antebrazos robustos, de amplia sonrisa, piel lisa y con pliegues sobrantes, soltero y en etapa de reproducción son algunas de las características con las cuales Romeo, una rana boliviana, se presentó a nivel mundial para recaudar unos 20 mil dólares que ayuden a los científicos a hacer expediciones a lugares donde podrían encontrar a su Julieta y de esa manera, conocerla, aparearse y preservar la especie.
Romeo, del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny, es una especie endémica de Bolivia que fue hallada en la Siberia el 2009 por el herpetólogo boliviano Oliver Quinteros, quien comenta que esta especie (Telmatobius yuracare) ya fue descrita para Bolivia por el investigador español Ignacio de la Riva y que desde su registro se han encontrado pocos individuos.
“Durante 10 años esta rana ha estado en el museo y no se le ha conseguido un pareja. Se han realizado algunas expediciones y búsquedas de esta especie en diferentes lugares, sin resultados positivos”, comenta Ricardo Céspedes, director del Museo de Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny, en Cochabamba.
La campaña de Iniciativa Anfibios de Bolivia del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny cuenta con la colaboración del Global Wildlife Conservation y Match —el mayor lugar de encuentros por Internet—.
Quinteros explica que es una especie completamente acuática y que la encontró en un riachuelo debajo de las piedras junto a un sapo de la especie Rhinella quechua.
En cuanto a la importancia ecológica de estos animales, Quinteros explica que en general “los anfibios son principalmente indicadores de la calidad del agua y controladores de plagas”.
En Bolivia, esta especie de rana está cataloga “En Peligro” y sus mayores amenazas son el cambio climático, la pérdida de su hábitat, la introducción de predadores como la trucha en los ríos (que se comen los huevos y larvas de las ranas) y el hongo quitrido que ha causado la extinción de otras especies a nivel mundial.
El Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny brinda a Romeo un lugar similar en el que se encontraba y con las condiciones que necesita , por el ejemplo el agua es más fría de lo normal, lo alimentan, le dan rayos solares, lo pesan y lo controlan día a día. Gracias al trabajo que se está realizando con Romeo, “se tiene bastante información de la especie como sus patrones de actividad, qué comen o cuánto pueden medir y vivir en cautiverio”, explica Quinteros.
“Nosotros estamos trabajando en la conservación de las ranas, esperamos que los cochabambinos y los bolivianos se involucren en proyecto de preservación de la naturaleza ”, dice Céspedes. “ Que Romeo no sea el símbolo de las pérdidas que tenemos en la naturaleza sino que sea una especie de introducción conciencial para colaborar al Centro de Cría en Cautiverio del museo”, señala el director.